Capítulo diez

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Capítulo diez: Nueva York, la ciudad de las oportunidades 

Mucho más alejada del mar, por donde miles de barcos circulaban, se situaba la gran ciudad de Nueva York

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Mucho más alejada del mar, por donde miles de barcos circulaban, se situaba la gran ciudad de Nueva York. Tan imponente como el barco que llevó a Newt hasta ella.

La arquitectura era simplemente bellísima. Era perfecta si alguien buscaba vivir de la buena vida. Aunque algunos precios no eran accesibles, habría que adaptarse. Y Lily buscaría la manera de no morirse hambre y pagar la renta de un departamento en el barrio más descuidado.

—Un enorme placer —dijo Newt, aún con la mano extendida. Lily la había soltado y lo miraba divertida.

—¿Bajamos? —preguntó Lily, indicando el curso de la gente con la cabeza.

—Por supuesto.

Ambos tomaron sus maletas y empezaron a caminar con el resto de los tripulantes, que empujaban y se abrían pasó con las maletas. Lily encabezaba la marcha, seguida muy de cerca por Newt. Él ladeó su cabeza para intentar ver sus ojos y su bufanda. Fueron catorce años desde que la tuvo frente a frente.

—¿De dónde me dijo usted que venía? —inquirió Lily, girando la cabeza. Comenzando a bajar por las escaleras.

—De Londres —le contestó tartamudo. Tendría que preguntarle, solo para estar seguro—. Pero no recuerdo que usted me dijera.

—Oh, de Londres, igual —respondió indiferente, retrocediendo para igualar la marcha de Newt—. De un pueblo pequeño, para ser precisa. Pequeño Hangleton —él abrió los ojos, con esperanza. El alma se le cayó a los pies cuando recordó que muggles vivían también allí—. ¿Lo conoce?

—Sí... Bueno, es posible.

—¡Entonces de ahí debo conocerlo! —exclamó Lily con razón, mirando los ojos de Newton—. Usted debe ser alguna especie de profesor, ¿no es así?

No podía mentirle a Lily. Se acordara de ella o no. Seguía con esa actitud inocente de cuando eran niños. Igual de baja, igual de hermosa.

Ella miraba el aspecto de Newt, su maleta y vestimenta. Podría ser fácilmente un profesor, no se equivocaba. Lily detuvo su inspección en los labios de Newt. Un sentimiento de confianza recorrió su cuerpo.

—Digamos que algo parecido, sí —Newt sostuvo la espalda baja de Lily al ver cómo la gente presionaba para salir. La puerta de descenso se encontraba cerca—. «Profesor» no sería la palabra adecuada, en sus términos.

A lo lejos del corredor interno, que pasaba por debajo del barco, podía verse nuevamente la luz del día.

—Pero lo es —igual de testaruda—. Una rama de eso, por lo menos.

Luego de unos minutos de caminata en silencio, dijo:

—Es curioso —relató una vez que llegaron al final de la fila que se formó para bajar de la embarcación—. Cuando iba a la escuela, estudiaba con una chica parecida a usted.

eunoia ; newt scamander  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora