Con las expectativas selectivas de su abuelo por las nubes, un apellido sin buena reputación y un perfil bajo que, espera, mantener; Lily esta decidida a que puede pasar siete años en Hogwarts, sin llamar la atención de nadie. La de nadie salvo la d...
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Capítulo cuatro: Criaturas mágicas
10 de Diciembre de 1910
Su amistad comenzó a prosperar, de una manera rara, pero a prosperar. Resultaba extraño pensar que un combate en el que los dos casi morían había logrado reanudar su relación. De la manera más dolorosa pero lo logró. Ya que antes de ese duelo eran solo compañeros, eso creía Lily. Pero Newt siempre la considero una amiga -no tan cercana y llevadera como lo era Leta- un tanto afectuosa. Le había agarrado cariño y demostró su estima en todos los ratos libres que podía, se había convertido en su pasatiempo.
Ya para inicios del último mes del año, eran una dupla de muy buenos amigos. Por estadística, los Hufflepuff eran muy buenos en Herbologia, y Newt la ayudaba en todo lo que podía y le inducía conocimiento o le revelaba secretos acerca del cuidado de plantas mortales; cosa que Lily apreció mucho.
Mejores amigos no era el término con el que se sentirían identificados. Aunque todos los que los veían caminar por los terrenos del colegio o bajar por la explanada a los invernaderos los consideraban muy unidos; así que se dejaron llevar por los rumores y en público eran el buen par de mejores amigos. Siempre con Leta detrás, indudablemente.
Así que sí, se podría decir que Lily era la mejor amiga de Newt, y él la suya. Ahora no había más celos por parte de Lily o desentendimiento en el caso de Newt.
Y Leta, bueno. Ella había ascendido de nivel en la pirámide de vínculos cercanos de Lily. Había pasado de «enemiga mortal» a «aliada».
Ni ella podía explicar porque odio tanto a Leta la primera vez que la vio con... bueno, tenía una idea de dónde venía tanto odio irracional. Pero no quería ver que estaba creciendo y comenzando a desarrollar otros sentidos.
Ellas dos apenas intercambiaban palabras cuando no contaban con la presencia de Newt. Y cuanto este por motivos no estaba, se iba de brazos abiertos al lado de su mejor amiga, Seraphina Picquery, quién estaba siempre en la sala común de su casa siendo el centro de atención por su maravilloso cabello o el centro de problemas de la mano de Septimus Nosequé.
De las cosas relevantes que Lily charlaba con Leta incluyen las relaciones personales de Newt; como su comportamiento tímido pero correcto con los profesores, su personalidad introvertida con los de su casa, según contaba; y la atracción física que tenía Newt por los rasgos faciales de las personas. No eran temas entretenidos, al parecer de Lily, solo fingía que escuchaba cuando Leta le contaba (en tono embelesado frente al lago) con lujo de detalles como Newt le describe a la chica perfecta, que se tomaba la molestia de remarcar que se lo contaba únicamente a ella.
Pero las indirectas de Leta se agotaban. Sus indicios se agotaban. Su paciencia se agotaba. Lily era muy ingenua para darse cuenta a lo que se refería. También Newt, que había sido víctima de los ataques de las insinuaciones de Leta, no parecía darse cuenta de que estaba hablando. Pero, como su apellido era Lestrange, ella seguiría intentándolo. Por algo era partícipe de la casa de las serpientes.
