Bakugou se sentía muy cansado, sobre todo mentalmente, pero... La calidez se encargaba de acariciarle y eso aumentaba su pulso. Era la primera vez que Todoroki y Bakugou le daban la cena juntos a Deku. Que sí, que los dos eran unos molestos, pero... En fin, digamos que son dos imanes y su campo electromagnético.
Una vez más, Midoriya recibía el avión repleto de comida que Todoroki conducía, incluso con efectos especiales. Eso, llenaba de ternura a Bakugou. No conocía esa faceta de su compañero. Era muy diferente.
Claro, eso NO quería decir que él quisiera cariñitos por parte del bicolor, que va.
Deku le sacó de su ensoñación, con una risita tímida. Fijó sus rubíes rojos en su ex amigo, con menos odio del que le hubiera gustado. ¿Desde cuándo era tan difícil mirar mal a un niño pequeño? Si son horribles. Lloran, cagan, hacen ruido, chillan... No aportan nada bueno.
No obstante, si a Bakugou le dijeran que tenía que entregar a Deku, se lo tomaría a malas. Probablemente, incluso explotaría. Deku bebé se había convertido en una pequeña parte de sus mares... Junto a Todoroki, ya que el océano no es océano sin olas.
-¿Quieres?- Shoto extendió en su dirección la cucharita morada de plástico. Su mano, desde esa perspectiva, parecía cálida. Acogedora.
El rubio se limitó a bufar antes de acceder a la propuesta. Una vez más, sus manos se rozaron. Parecía que querían estar juntas. Entrelazarse. Que había una cuerda invisible que les impedía separarse, y se intensificaba cuanto más cerca se encontraban.
Trató de evitar el sonrojo que se formó en sus mejillas, mediante las palabras.
-Deku, imbecil. No te lo voy a repetir. Abre la boca- Gruñó, levantando la cuchara tras coger un poco de papilla rápidamente. Sin embargo, el pequeño solo ladeó la cabeza, sacandole una sonrisa al bicolor -Aaah- Mostró Katsuki, abriendo la boca y señalándola.
-Becil- Repitió Izuku, con las mejillas sonrosadas, alzando los brazos hacia el rubio. Este, por su parte, sintió la cólera en su interior. ¡DEKU LE HABÍA LLAMADO IMBÉCIL! Hubiera gritado si un límite invisible no se lo hubiera impedido.
Una risa.
La más bonita que Katsuki juraría haber oído.
Era comparable a la melodía más delicada. Tímida. Sincera. Limitada. Puesto que tenía todas estas cualidades, la dejó resonar en la paredes, asegurándose de que se le tatuara en el tímpano.
Deku le secundó, así que Bakugou tuvo que ceder también.
Allí estaban los 3, riéndose de la nada, entre 4 paredes que nunca habían sido tan reconfortantes. Cabalgando sobre el tiempo incontrolable, que les regalaba un momento único e inigualable.
Los dos adolescentes desearon repetir aquellos momentos. Desearon reír más veces. Pero, sobre todo, desearon seguir juntos. Todo lo que pudieran.
Era una pena que no se pudieran leer la mente el uno al otro, aunque cualquiera que los conociera negara que no lo hicieran.
Terminaron de darle la cena, entregándose alguna que otra mirada de complicidad, que no pasaba desapercibida por el otro.
Sin embargo, ese pequeño momento llegó a su fin. El caldero se llena de oro monedita a monedita... Pero, ese día, habría alguna más.
Bakugou de repente se sintió un poco desprotegido y Todoroki lo notó.
-Puedes quedarte, si gustas- Invitó, al ver que se notaba resiliente para salir de su habitación.
-Y una mierda- El rubio, se cruzó de brazos. ¿Acaso ese idiota pensaba que le daría el gusto de verle vulnerable? Y, lo peor, ¿de verdad creía que podría dormir teniéndole tan cerca?
-Bakugou- Shoto fijó sus ojos en los de Katsuki. Eran brillantes. Como diamantes pulidos, como diamantes preciosos. Daba una seguridad inaudita, era imposible negarse a ese cobijo -No quiero dormir solo- Vale, era una excusa muy barata, pero lo suficientemente importante.
-Tch, solo por esta vez, cobarde- Gruñó, saboreando la última palabra. Después, abrió la puerta.
-¿Adónde vas?- Cuestionó el bicolor, mirando la puerta con curiosidad.
-A por mis cosas- Respondió, sin girarse siquiera, con las manos en los bolsillos. Lo último que vio Todoroki antes de que pasara al pasillo, fue una sonrisa tímida formándose entre esas mejillas cálidas.
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Bakugou bajó a su cuarto, todavía pensando en que iba a compartir habitación con Shoto Todoroki.
HABITACION CON SHOTO TODOROKI
O SEA, SU CRUSH.
Eso, por mucho que quisiera negarlo, lo había soñado desde que le conoció. Desde que las mariposas se volvieron adictas a la flor de su estómago cada vez que percibían la fragancia de Todoroki. Desde que sus ojos heterocromaticos le congelaban tanto que quemaban. Un arduo calor que no quería sentir solo en su pecho.
Cuando estuvo frente a su puerta, vio a Kirishima, saliendo de su cuarto con una toalla alrededor de su cuello. Su característica mirada brillante y potente no tardó en iluminarse aún más cuando vio al rubio.
Bakugou le mataría por mirarle así si no fuera su mejor amigo.
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La casa por el tejado [Todobaku]
FanfictionDebido al quirk de un villano, Izuku Midoriya se había convertido en un bebé. Un bebé llorón del que la clase tenía que hacerse cargo. Por eso, el profesor Aizawa tuvo la gran idea de encargar a sus alumnos del cuidado del infante. Cada semana, una...