Los chicos se miraron, con una sonrisa en el rostro.
-Misión cumplida- Afirmaron a la vez, chocandose el puño. Y Deku se unió con su pequeña manita.
No obstante, al caer en la cuenta de que el niño estaba con ellos, también recordaron la compra... ¡Que estaba en el banco!
Fueron corriendo hacia allí y la vieron, intacta.
-Menos mal- Gruñó Katsuki -Si llega a desaparecer, pagas tú- Decretó, aunque Shoto no podía tomárselo a malas.
-Pero me prestarás tú el dinero- Shoto, cogió las bolsas.
-Stupido- Balbuceó el peliverde. Al escucharlo, Shoto miró a Bakugou con reproche.
-No podría haberlo dicho mejor- Afirmó este, burlón, mientras Todoroki negaba con la cabeza.
Después de esto, volvieron a la UA. Se les había hecho muy larga la tarde.
Cuando llegaron, Todoroki acompañó a Bakugou a su habitación, ya que era la primera. Este, renegó, pero no sé lo impidió.
-Bueno, hoy Midoriya dormirá conmigo-Informó, cogiendo al chico -E iremos alternando- Bakugou asintió, le parecía justo. Así que le dio a Deku, quien cambió su semblante feliz a uno triste, de golpe. Sus manos se rozaron un instante. Eran suaves, cálidas, reconfortantes.
Los chicos se quedaron un rato más, mirándose. El silencio del pasillo era reconfortante. Una especie de adhesivo que mantenía unido el recorrido de sus miradas al no haber otro ruido.
Casi se podía escuchar el corazón de Bakugou, latiendo a toda velocidad.
Y, de repente, se imaginó a sí mismo besando a Todoroki Shoto. Con la luna acunándolos desde la ventana. Dejándoles todo el escenario bajo su foco. La serenidad del momento, el tacto del uno con el otro...
Sus mejillas se tiñieron de rojo.
-Vete a la mierda ya- Le dijo a su compañero, antes de meterse en su cuarto y dar un portazo.
-Buenas noches- Se despidió desde fuera Shoto, a la vez que Deku comenzaba a llorar.
Al igual que el corazón de Bakugou, por haberse hecho falsas ilusiones. Junto a la tristeza, apareció la ira, pero no salió a la luz.
Unos segundos después, alguien llamó a la puerta.
Bakugou estaba en la cama, cansado. Le daba pereza levantarse a abrir.
-Quién mierda es ahora- Se preguntó a sí mismo, arrastrándose por la cama hasta que sus pies tocaron el suelo, donde el frío ascendía a través de sus calcetines.
Al abrir la puerta, encontró a Kirishima, Kaminari y Mina. Esta última, llevaba consigo una bolsa de palomitas.
-Hola, bro- Saludó el pelirrojo, antes de secuestrar a su amigo y arrastrarlo hasta su cuarto.
¿De verdad querían ver una película? Qué casualidad.
Oh oh, no era casualidad. ¡Le iban a hacer el interrogatorio!
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-Bueno, Bakuguin- Dijo Mina llevándose un puñado de palomitas a la boca cuando ya estaban todos situados.
Bakugou aguardaba de pie, frente a la puerta. Kirishima, por su parte, yacía sentado en la cama, abrazando el peluche. Él era el único que sabía lo de Todoroki. Denki, estaba sentado en el suelo, apoyando la espalda en la cama.
-¿Qué quieres que te diga, mapache?- Rumió, apartando la vista. Sabía perfectamente qué era lo que quería oír.
-¿Que tal con el pequeño Deku?- Desveló. Sus ojos, de repente, parecieron brillar el doble de lo que ya lo hacían de normal -Y con el guaperas de Todoroki- Se puso una mano en la frente. Simulando desolación.
-Dramática- Escupió Bakugou, pero Kirishima no pudo evitar reír un poco. Se le hacía graciosa la situación. Bueno, es lo que pasa cuando conoces los secretos de alguien y le explotan en la cara indirectamente.
Bakugou lo dejó pasar.
-Yo quería saber si habéis conocido a alguna chica guapa en el viaje- Kaminari, también se inclinó hacia delante, esperando una respuesta.
-No pienso abrir la boca, extras- Ese insulto solo se lo decía a sus amigos. Estaba reservado. Así que, cada vez que surgía de sus labios, por muy mal que sonara, se instalaba una calidez en el pecho de los aludidos.
-¿Y si...? - La única chica, se giró, en busca de algo entre los cajones de su amigo. Ni siquiera le importaba lo que pudiera encontrar. A ninguno de los dos, en realidad. Pronto, dio con lo que fuera que buscaba, ya que dio un salto y un borrón se instaló frente a los ojos de Katsuki. Demasiado enfrente, diría él -¿¡Vemos tu película favorita?!
-No veo si estás tan cerca, estúpida.
-Uy, perdón- Mina apartó un poco la cajita, y el nombre deslumbró en el fondo blanco: "La Bella y la Bestia"
-Ni de coña.
-Venga, Bakubrooo- Insistió también el pelirrojo. Sabía que se lo iba a contar antes o después, pero prefería que Bakugou socializara también con sus otros amigos.
El rubio le fusiló con la mirada, pero mereció la pena. Eso significaba que iba a contar algo.
Y así lo hizo. Mientras relataba los hechos su película favorita sonaba de fondo.
Más bien los chicos estaban gastando las palomitas escuchando a Katsuki en vez de a Bella.
-¿¡En serio?!- Exclamaron los 3 cuando el narrador llegó a la parte de Toga.
Kirishima, le miró algo preocupado. Todavía recordaba cuando Bakugou no podía dormir solo tras el incidente con la Liga de Villanos.
Katsuki le devolvió la mirada, pero era serena, confiada. Lo cual, relajó al pelirrojo y continuó escuchando la historia.
Y, rápidamente, todos cayeron en los brazos de morfeo. El primero, fue el rubio. De normal solía irse pronto a dormir, pero ese día todavía se encontraba más cansado de lo normal.
A la mañana siguiente, el sol alumbraba tenuemente la habitación. Hacía 10 minutos que el despertador había sonado, pero ninguno se había enterado.
En el exterior, se oían unos golpes. Parecían lejanos. Al menos, al principio. Cuando Bakugou se fue despejando, se percató de que estaban llamando a la puerta de su cuarto.
Fue a lavarse la cara y los dientes y salió, encontrándose a Todoroki a punto de llamar a la puerta, pues, tras llamar incontables veces a la del rubio, desistió y decidió probar suerte con la de Kirishima.
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La casa por el tejado [Todobaku]
FanficDebido al quirk de un villano, Izuku Midoriya se había convertido en un bebé. Un bebé llorón del que la clase tenía que hacerse cargo. Por eso, el profesor Aizawa tuvo la gran idea de encargar a sus alumnos del cuidado del infante. Cada semana, una...