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Liang se volteó a ver quién la había felicitado, pues además de que esa voz no la había escuchado en un tiempo, le sorprendía ya que pensaba que estaba sola. 

—Líder de secta. —Su voz sonó sorprendida, al mismo tiempo que hacía una reverencia. 

—Tienes movimientos muy buenos, me alegra que Xia haya pedido mi permiso para que participes en la cacería, estoy seguro que dejarás en alto a la secta. —El hombre sonreía satisfecho al comprender porqué su esposa insistió en dejar que la joven fuera parte del grupo de participantes de su secta.


—Muchas gracias por su confianza Líder Jin. —Respondió la chica haciendo otra reverencia. —Me hace muy feliz que usted autorice mi participación, puede estar seguro que seré la mejor. —Complementó sus palabras con una sonrisa.

—Ahora que aclaré mis dudas, puedes volver a tu entrenamiento. 

Jin Guangshan giró sobre sus pies y emprendió su camino de regreso a cumplir  sus obligaciones dejando a la joven seguir con lo que estaba haciendo. Los ánimos de Liang habían subido olvidando lo que había escuchado anteriormente y más emocionada aún siguió perfeccionando sus técnicas. 

Los días siguientes a su encuentro, recibió en su cuarto un regalo bastante peculiar y al mismo tiempo emocionante sumado a una carta que lo acompañaba. 

Sobre su cama, un arco descansaba en medio de la misma. Se acercó para examinarlo y leer el contenido del papel: "Para nuestra mejor cultivadora, vas a necesitarlo para la cacería. Con cariño tus tíos." 

La joven sonrió enternecida con el maravilloso regalo que sus tíos le habían hecho, tomó el arma en sus manos y la examinó con calma, sonriendo con los detalles tan delicados que lo adornan.

El arco tenía tallado su nombre, junto a la peonía típica de su secta. Sumado a eso, era liviano y fácil de manejar sin quitarle lo letal, un arma exquisita. Esa tarde, luego de agradecer adecuadamente el regalo, pidió los permisos necesarios para comenzar a practicar con el arco y así tener un manejo completo de él hasta antes de la cacería. 

En una de sus tantas tardes en el campo de los arqueros frente a una de las dianas, reconoció la voz de su primo y algunos de los demás discípulos que siempre lo acompañaban. Liang decidió dejar su práctica ahí y regresar a su habitación pues no tenía ganas de cruzarse con él aunque su relación ya estuviera mejor, pero eso no le evitaba burlas o comentarios que no estaba dispuesta a soportar. Recogió sus flechas y caminó en dirección contraria al grupo, pero algo llamó su atención. 

En el recinto, las voces y murmullos se alzaron de forma inesperada, una de ellas siendo la voz de su primo. Jin ZiXuan la había mencionado en uno de sus comentarios despectivos, por lo que decidió quedarse a escuchar. 

—Estas siendo irritante, olvídate de Jin Liang. —La voz de su primo, junto a otros murmullos inundaron el patio, aunque no era muy alta, era audible. —Ya te dije que no es para ti. Madre jamás lo permitía. 

—La doncella Liang es muy bonita, joven maestro. Si pudiera hacerle llegar mi nombre, este discípulo estaría agradecido.  —Rogó uno de los acompañantes, no por primera vez. —Por favor.

—Ella no solo es bonita, joven maestro, también es muy agradable. — Añadió otro discípulo. Con osadía, los demás acompañantes hicieron comentarios similares, bañando los oídos del joven heredero con halagos y juramentos sin sentido.

—Vamos joven maestro, ella es muy talentosa también. 

Muchos comentarios similares llegaron a los oídos del chico, así como Liang pudo escuchar casi todos. Estaba un poco incómoda al escuchar tantos halagos hacia su persona, pero estaba aún más intrigada por los comentarios. 

Sacrificio con aroma a lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora