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El suave llamado de Wei WuXian fue respondido al instante, recibiendo los ojos brillosos de la mujer frente a él, junto al sonido de aquella voz que tanto adora, llamándolo de ese modo tan cariñoso como siempre lo hacía, tan frágil como si tuviera miedo de que sea solo un sueño o una alucinación.

-A-Xian. -Las palabras salieron como un dulce suspiro. Unas cuantas lágrimas cayeron de los ojos ámbar de YanLi, al mismo tiempo que sonreía.

Liang observó el encuentro desde un punto un poco lejano, primero porque estaba terminando de atender a un herido y segundo porque no quería interrumpir el anhelado reencuentro entre los hermanos.

Terminó con su ronda y regresó a su tienda a descansar.
Ya tendría oportunidad de charlar con sus amigos. Tenían entendido que habría un nuevo ataque a Qishan, no sabía cuándo o cuánto tiempo duraría, pero los comentarios decían que con el último golpe que darían, finalizarían la guerra.
No le quedaban dudas de que los líderes de secta más involucrados en la lucha arriesgaría todo para que la masacre terminara de una vez por todas.

Esa noche se celebró un banquete en la residencia Nie.
Liang no asistió ya que era su turno en guardia, aunque YanLi insistió en que participara, no podía dejar su lugar.

Los días siguientes fueron en la medida de lo posible tranquilos, los heridos seguían llegando de los diferentes flancos.
Algunos de gravedad, otros con heridas leves y uno que otro sin vida.
De vez en cuando se escuchaban gritos de dolor y agonía, a veces el sonido de un Dizi o un Guqin rompían el silencio.
Una de las últimas noches que estuvieron en QingHe Nie, Wei WuXian convocó a las personas que él consideraba importantes siendo Jin Liang, Jiang Cheng y Jiang YanLi los que acudieron a su habitación, donde los esperó con varias botellas de licor.
Cuando los tres se hicieron presentes, lo primero que recibió el de negro fue un regaño por parte de A-Li, los otros dos rieron divertidos ante el suceso.
Se sentaron a la mesa y Wei Ying comenzó a servir el alcohol en los pocillos correspondientes a cada uno, hasta YanLi aceptó. Bebieron de un trago el líquido, haciendo una mueca ante el leve ardor en sus gargantas.

-Ningún licor me satisface más que "La sonrisa del emperador". -Se quejó Wei WuXian.

-Tch, eres una molestia. -Jiang Cheng rodó los ojos.

- ¿Sonrisa del emperador? -Preguntó Jiang YanLi sonriéndole a su hermano.

- ¡Es el mejor licor del mundo! -Enfatizó Wei Ying, mientras servía una nueva tanda para todos. -Es delicioso Shijie, nunca he probado algo más fantástico que ese licor.

-Es el de Ciudad Caiyi, ¿No? -Preguntó Liang, bebiendo de nuevo.
Los demás también bebieron el líquido, pero esta vez más lento.

-Así es, Jin-Mei. ¿Cómo sabes que es de Caiyi? -Wei WuXian la miró con curiosidad, al mismo tiempo que Jiang Cheng se ahogaba al escuchar el modo cariñoso en que el mayor llamaba a la señorita Jin.

-Bueno... -Liang estaba a punto de responder, cuando otra voz la interrumpió.

- ¿"Jin-Mei"? -El tono burlesco en la voz de Jiang Cheng sonaba mezclado con algo similar al asco. - ¿Acaso te volviste loco Wei WuXian? Debes tratar a la señorita Jin con respeto.

-Tranquilo A-Cheng. -Fue A-Li quien contuvo al menor y lo calmó. -A-Liang y A-Xian son amigos, pasaron un pequeño tiempo juntos en Yunmeng cuando estuviste en Gusu.

- ¿Y porqué no me lo dijeron? -Jiang Cheng se cruzó de brazos. -Por eso fue al rescate con nosotros. -Esta vez dirigió su mirada a la joven de amarillo mientras hablaba.

-Así es, Líder Jiang. Quería asegurarme que Wei-Gege y el Joven maestro Lan estuvieran bien, además aproveché la oportunidad para pedirle que entregara aquel mensaje, lo siento si mi actitud fue algo osada.

Sacrificio con aroma a lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora