7

210 22 24
                                    

Algunos días habían pasado desde que Liang dejó Yunmeng, días en los que YanLi notó como las facciones de su madre se relajaban un poco, obviamente aliviada por el hecho de que la joven de LanLing ya no estaba a su vista, le quedaba el molesto de Wei WuXian, pero de él si que no tenía escapatoria. Aquel cambio de actitud en su madre la irritó bastante, no podía asimilar que su pobre amiga se llevara consigo un amargo recuerdo de su estancia en Yunmeng, poco sabía ella que ese momento no era lo único que la chica deseaba olvidar de su estadía en Muelle de Loto. Le había prometido a Liang que no diría nada, pero las palabras dichas por Madame Yu un solo día después, reavivaron la molestia en YanLi. El comentario venenoso de Yu ZiYuan retumbaba en los oídos de A-Li. La frase "esa criada por fin dejó de molestar".
Con eso en mente, emprendió su camino. El paso firme y rostro serio de la joven ama Jiang asustó un poco a los sirvientes que la recibían en el muelle, se sentó en el centro del lugar y le pidió a una de las chicas que llamara a su madre a aquel lugar. La joven se mostró un poco incómoda al tener que darle una "orden" a su superior, pero viniendo de su joven ama, algo debía estar pasando, por lo que corrió en búsqueda de Madame Yu.
A medida que pasaban los minutos YanLi comenzaba a impacientarse, tenía por seguro que su madre se negaría a ir pero terminaría cediendo y yendo al encuentro.
Como si de una predicción se tratara, se cumplió casi a rajatabla, el encuentro fue más rápido de lo que había especulado. Antes de la llegada de su madre, pidió que le trajeran algo de té, el cual llegó segundos antes de que la imponente figura de la mujer mayor entrara en el muelle, con su ceño fruncido miró a su hija haciéndole una silenciosa pregunta que su hija decidió responder con su más radiante sonrisa.

- ¿Qué significa esto, A-Li? -Su tono ya demostraba molestia al ser interrumpida en sus actividades.

-Bienvenida, madre. -La chica no dejó de sonreír mientras se levantaba de su lugar y le hacía una reverencia. -Perdone que la interrumpa, pero deseo tomar té contigo, ¿Complacerías a tu hija esta vez? -El dulce tono que usó era demasiado para lo que la mujer acostumbraba escuchar. Chasqueó la lengua.

- ¿Solo eso quieres? -Su molestia disminuyó un poco. -En lugar de hacer esto, debiste ir a donde yo estaba. -La mirada púrpura chispeante se cruzó con el dulce ámbar en una batalla silenciosa.

-Tienes razón, pero ese lugar es muy ruidoso y deseo pasar tiempo con mi madre en un lugar tranquilo, como cuando era pequeña. -El falso anhelo en la voz de A-Li tocó el duro corazón de la araña violeta, haciendo que suspirara con cansancio. La joven se había salido con la suya.

-Está bien. -Aceptó aún molesta, pero no era capaz de negarle ese pedido. -Pero ya no tienes edad para hacer estos berrinches. -Le reprochó.

La suave risa de la menor se escuchó unos instantes. -Gracias madre.

La mujer mayor se sentó en uno de los lugares más cómodos que encontró, mientras YanLi pedía a las demás personas presentes que las dejaran solas. Las jóvenes que siempre acompañaban a su madre estaban reacias a cumplir esa orden, pero una mirada de la mujer bastó para que ambas salieran del lugar.
Entonces A-Li con maestría sirvió el té para ambas.
Luego de unos minutos, donde el silencio reinó, la menor dejó su taza en la mesa y miró a su acompañante.

-¿Por qué lo hiciste, A-Niang? -La voz de la joven dama de Yunmeng sonó baja y fría, nada comparado con el encantador tono cantarín de siempre. La mujer mayor sin mover su cabeza, levantó una ceja a modo de pregunta, incitando a su hija a seguir hablando, cosa que funcionó, ya que su A-Li agregó. -¿Por qué golpeaste a Jin Liang? -Yu ZiYuan no alzó la mirada, dejando escapar una risa desinteresada, restándole importancia al asunto mientras se llevaba su taza a los labios. Uno, dos, tres segundo pasaron sin respuesta alguna, YanLi estaba por reñir de nuevo cuando la respuesta le llegó, fría mordacidad en capas de crudo desagrado por la jovencita ausente.

Sacrificio con aroma a lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora