Capítulo 22. Hogareña PARTE 2/3

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Capítulo 21. Hogareña Parte 2/3

Canción: Stuck with me – The Neighbourhood, canción enviada por una de ustedes espero que les guste mucho.

*Flashback*

El auto iba a una velocidad impresionante, pese a que Nara no quería ir de campamento con su novio y los demás, había accedido, porque claro ¿Cuándo le había podido decir que no?

-Vas muy rápido- Dijo ella aferrándose a la puerta de copiloto. La música era muy estruendosa, posiblemente no la había escuchado. Lo que podría ser una agradable vista al bosque con sus frondosos árboles y un atardecer ligeramente rosado, se veían opacados y tomaba ese color rosado como de peligro- Vas muy rápido.

Repitió, ya se sentía algo angustiada por las vueltas y curvas. Sus padres desde luego ya no apoyaban esa relación, pero no decían nada, ¿Cómo le iban a decir algo a su hija? Realmente no mostraba signos de abuso, sus calificaciones iban normal... Pero sabían que algo no iba bien y no les parecía que su hija ocultara cosas, pero no querían invadir su privacidad.

-Ya oí. Relájate.

La voz más grave de su novio la desconcertaron, Nara comenzaba a sentir miedo de él, de todo lo que él representaba y de ciertas posturas que tomaba. Nara se aferraba cada vez más a la puerta y su novio parecía disfrutarlo. Nara no padecía del trastorno de ansiedad completo, pero sí ligeramente algunos de los tonos de él, había sufrido al menos tres ataques de pánico en situaciones de demasiado estrés, dormía bastante y siempre se sentía en estado de alerta.

Su condición había empeorado con su relación. Se sentía más tensa, más inquieta, rara, como si no perteneciera ahí. Y aunque no lo admitía, ni lo sentía, su detonante era el sujeto que iba arriba de 180km/h.

-Sabes que me estreso con estas cosas, hay muchas curvas- Insistió suavemente, la voz entrecortada de sentir pánico y miedo, de pensar que en la siguiente curva el auto se volcaría y jamás volvería a casa por hacerle caso a ese patán- Baja la velocidad.

-¿Desde cuando eres así? Tan aburrida, has cambiado.

Lo mismo pensaba Nara de él. Estaba al borde del llanto, pues parecía que su novio hacía cada vez más y más arrancones, y daba vueltas con más violencia. Faltaba poco para llegar a las cabañas que habían alquilado; Cuernavaca era una ciudad popular entre los capitalinos que deseaban ir de paseo un fin de semana, de vacaciones, etc. Nara había ido cientos de veces con su familia de vacaciones, disfrutaba los paseos, caminar por los empedrados caminos, subir los kioscos y también comer todos los tipos de nieve extravagante (y artesanal) que encontraban a su paso. Excepto su madre, quien era fanática de las cosas calientes y tenía rivalidades con la comida fría.

Durante todo el tiempo en que estuvo en la carretera Nara tensó la espalda, cuando pudo bajarse del lujoso Audi negro, salió disparada al baño a encerrarse.

-¿Qué sucedió?, ¿Nara está bien?- Manuel, aquel novio tan obsesivo y asqueado de todo hombre que mirara a Nara, le proporcionó un golpe a Teodoro, quien suspiró frustrado, temía por la seguridad de su amiga- ¿Qué demonios ocurre contigo?

-Es nuestro problema y nuestros asuntos. El que esté bien o mal es mi asunto, no tuyo- Dijo metiéndose en la cabaña, sus amigos no querían decir nada pero sabían que Manuel se había convertido en un pesado e ignorarlo no era una opción. Siempre lograba meterse y arruinar un día soleado o en este caso una tarde cálida con algo de viento otoñal.

Los demás bajaron de sus autos con una mueca en el rostro, habían perdido el automóvil de Manuel hacía tiempo atrás, pero pensaron que era por reírse un rato, por reírse, por que a Nara quizá podía andarle del baño. Pero por el portazo que dio su amigo y la forma en la que ella corrió para meterse en la cabaña era obvio que no era así.

Latido | Rodrigo Herrera - Sharktank México |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora