Capítulo 25. Negocios

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Capítulo 24. Negocios

Canción: Teoremas, etc. – José Madero

Durante todo el transcurso de la noche, ambos durmieron tan plácidamente que, cuando el sol comenzó a asomarse, ninguno se molestó. Rodrigo había despertado hacía ya media hora como de costumbre, pero se sentía tan en paz que no le molestaba estar ahí acostado junto a Nara. La chica se cubría del sol con el cuerpo de su novio, Rodrigo la veía con ternura: Era una dulce y amable chica, muy educada y atenta, pero al mismo tiempo sabía cómo imponerse, no dejarse intimidar y claro, era otra cuando estaban en la cama.

Conocer todas sus fases era ahora su misión. Había pasado ya mucho tiempo desde que había intentado entablar una relación seria, las fiestas, el compromiso del trabajo y estar todos los días al pie del cañón para hacer nuevas estrategias de venta, nuevos productos, abrir fronteras.... Shark Tank México. Era mucho para él, pero ahora tenía la convicción de que podía hacer todo eso, después de todo tenía ahora a Nara con él, su empresa iba viento en popa y con el programa habían aumentado sus vistas en sus videos y asesorías.

La vida no siempre era un dolor de trasero, era mucho, mucho más. Y él lo sabía. Habría deseado conocer a Nara antes aunque si lo pensaba detenidamente... Posiblemente aunque la hubiese conocido, no la hubiera estimado o no la habría querido como lo hacía ahora.

De joven puedes pensar que tienes todo el tiempo del mundo, que el mundo espera por ti, que una vida sentada y con estabilidad estarán siempre a tu disposición, él nunca había dejado su destino en manos del azar o de "vivir el momento" era un planeador astuto. Era un estratega, visionario, que sabía que tendría que trabajar para lograr lo que deseaba, pero sabía muy en el fondo de su corazón que todo aquello de las relaciones y responsabilidades quizá no eran para él. Después de todo tenía en mente crear una gran marca de cosméticos y farmacéutica... ¿Qué mujer se quedaría esperándolo por tanto tiempo?

Las fiestas, el alcohol, sus idas a las discotecas... No hubiera puesto atención en Nara y posiblemente Nara sería una de sus empleadas más. Ni más ni menos. Sólo una chica más a la que le debía ajustar el sueldo y ya. Seguiría siguiendo su camino de ir a Europa de vez en cuando, de tener modelos como pareja. Sin saber si realmente algo serio podría darse ahí. Odiaba la incertidumbre, en todas sus formas posibles.

-Tenía que conocerte ahora, justo ahora- Dijo despacio, en voz baja para no despertar a Nara, que aunque él no lo veía, ella se encontraba despierta escuchándolo- Si no hubieras sido tan impertinente, cuando te interrumpí... No estaríamos aquí. Tenía que ser ahora, no antes ni después mi pequeña Nara. Ojalá te hubiera visto desde antes.

Tenía claro una cosa: El tiempo era lo más valioso. La salud y el tiempo era lo más preciado que tenía, pues si no era así, no podrías hacer nada. Sin salud, sin tiempo nada había, no para el ser humano.

-Dios... Siempre arreglas todo en mi camino- Dijo con una alegría que no imaginaba sentir en un buen tiempo- No te decepcionaré, ni a ti, Nara.

La chica estaba escuchando, ojos relajados y respiración suave, no se daría cuenta de que lo estaba escuchando. Su novio había tenido uno de esos momentos en los que agradecía a todo lo que pudiera, lo había visto cuando cerraba tratos o cuando recibía buenas noticias y ahora, agradecía por ella. Probablemente lloraría de la emoción, pero se controló, quería seguirlo escuchando.

-Aquel día cuando te vi, a punto de firmar en ese museo para trabajar con otra compañía... Sentí un arrebato de emociones: Ira, nostalgia y hasta cierto punto me sentí despreciado por ti. Una chica que apenas era lanzada al mundo, que no había nada que perder, no se dejó pisotear, fuiste firme conmigo y con toda la seguridad del mundo te levantaste para irte. Tenía que ir por ti, sentía que debía ir por ti o me arrepentiría... Y tenía razón.

Latido | Rodrigo Herrera - Sharktank México |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora