Capítulo 32. Último día en el paraíso.
Canción: I'll stay here - KEMAL
Nara sabía que algo ocurría, pero no atinaba a saber el qué. Durante su subida casi tropieza tres veces, tratando de ver a Rodrigo alcanzándola pero no fue así. Subió y subió, aunque despacio, Rodrigo no subió para alcanzarla. Se detuvo. No quería ir allá sola. Mucho menos ser enganchada y lanzada al vacío. La gracia de eso era prácticamente que él la viera lanzarse, etc.
Suspiró, después de todo la visita inesperada de su exnovio había logrado turbarlo y a ella también comenzaba a considerar que el iniciar una nueva relación había sido un error... Pero, ¿Por qué su corazón le decía que había hecho lo correcto? Se sentía amada, cuidada y muchísimo más segura. Era mucho mejor cargar peso entre dos personas y amaba la manera en que Rodrigo le ayudaba a cargar sus propias sombras.
El ser bueno y tus cualidades eran algo tan sencillo de hacer, el saludar al vecino, sacar a tu mascota a su paseo por la tarde, ayudar en la calle a algún peatón despistado o despistada, el regalar galletas y calcetines en Navidad... Todo eso dejaba siempre una satisfacción personal y emocional, una satisfacción de saber que estabas haciendo un buen acto. Todos quieren sentirse bien... Pero ¿Qué hay de toda esa sombra que, desde el comienzo de la vida del ser humano nos esforzamos tanto en esconder?
La vergüenza y todas esas cosas que en teoría, no deberían pronunciarse en voz alta. Esa sombra es la que realmente cuesta enseñar, si no se mide o si no se intenta controlar la sombra saldrá disparada directo hacia las cámaras y reflectores, será entonces cuando se pueda apreciar realmente lo que eres en un tono gris, ya no blanco y negro.
Quizá un gris más oscuro que el que esperaría uno mismo ser, pero así era y Nara había aprendido a aceptar esos colores grises intensos que salían de vez en cuando, pero no se preocupaba más por esconderse. Ya no. Los trabajos en que la denigraron, las burlas en la escuela y las pequeñas venganzas que tomó después (como colocar pegamento en los casilleros de los molestones o aquella vez que mezclando dos sustancias en el laboratorio de química la reacción fue ligeramente violenta y todo el equipo de sus fantasmas personales fueron reprobados con un mes de limpieza en todo el edificio de ingeniería como multa adicional) venganzas que eran ridículas, como si estuviera en secundaria y ni en secundaria llegó a hacer cosas como esas. Pero hay veces en que poner la otra mejilla no es suficiente o es demasiado ya para lo que una persona puede cargar sin quebrarse.
—¿Qué haces ahí?—Llamó Rodrigo y ella giró la cabeza enfocándolo. Tras parpadear, se desapegó de sus pensamientos infantiles y recuerdos. Jessica había aplaudido que no se dejara esa vez, aunque fuera algo tonto o una venganza sin importancia (en comparación a los volantes que pegaban en su mesa de trabajo, su casillero y todos esos chismes dañinos que llegaron a oídos del director de Ingeniería y casi le cuesta la beca) se había defendido—Parece que te contaron un chiste... ¿Me lo puedes contar?
La chica niega. Después de eso, mostró que ella quizá no era muy buena con el chisme en general y no le gustaba ser partícipe de esas conversaciones. Pero le enseñó al grupo de Manuel y sus perros fieles que tenía algo mejor: Discreción y un acceso completo a los químicos de laboratorio gracias a su materia y talleres. Nadie sabría que había sido ella; con el conocimiento entre solutos y solventes además de las propiedades de ácidos y alcalinos podría haber hecho una reacción nada divertida de espuma color blanco que salió disparado del matraz. Sino una reacción violenta entre un ácido o una base que no debió ser tocada ni siquiera mirada de mal modo.
Nara sonríe. Después de todo, tenía que admitirlo, después de haber tolerado más de un semestre de molestia, estrés y burla el verlos hasta tarde limpiando los salones era bastante satisfactorio sobre todo cuando había taller para los industriales y los mecatrónicos, usar la fresa y el torno con toda esa viruta volando por ahí que ahora tenían que limpiar.
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Latido | Rodrigo Herrera - Sharktank México |
RomanceNara es una chica que llega a trabajar a Genomma Lab con la esperanza de comenzar a hacerse de un dinero personal y pagar algunas deudas que tiene con Hacienda, recién egresada de su carrera en Ingeniería, termina haciendo más bien labores de oficin...