Capítulo 15. Presentimiento.

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Canción: Tú luz - Carla Morrison, esta canción fue enviada por una de ustedes ya saben que pueden comentar sus canciones c:

*Meses antes*

Nara caminaba sin rumbo fijo, el moretón que tenía en el pecho le avisaba que seguía ahí, dolía. A pesar del calor que había en aquel mes de mayo, llevaba un cuello alto para ocultar también unos dedos en su cuello, huellas impregnadas en su piel de quien un par de días antes, la había sujetado con fuerza. Había salido ya del hospital, se había presentado a su trabajo, pero tras confundir dos ordenes de café y romper una taza para espresso, su jefe la mandó a descansar.

Sabía que su padre había tenido un accidente y que su novio no era un chico del todo amable, desde que un día la acompañó al café donde Nara trabajaba, supo que había algo mal en él la experiencia de su jefe por haber atendido aquella cafetería por más de 15 años no eran una cosa de niños. Pero decidió no decir nada, grave error. Ninguno de los amigos de Nara le habían advertido del peligro, o quizá su novio era demasiado bueno mintiendo y ¿la manipulación? Su don más siniestro.

Ahora se sentía atrapada. Si lo dejaba... Amenazaría discretamente que se mataría sin ella, si lo dejaba amenazaría con terminar su vida y la de ella. Y seguramente, si pasaba el episodio de chantaje, las deudas vendrían a ella. Fue un error dejar que pagara todos los gastos en aquel hospital tan caro, su padre iba mejorando poco a poco no había discusión en ello... Y no había discusión: La salud no tiene precio.

No era la primera vez que le había pegado, el hombre pensaba si golpearla a ella o golpear el muro a un lado de ella... Escogió pegarle a ella. Su relación había pasado de ser divertida y tranquila a ser una pesadilla. Nara no se había dado cuenta, pero desde que salía con aquel hombre, había dejado a la mayoría de sus viejos amigos, ya no tenía contacto con mucho de ellos o la apartaban.

Como ella lo había hecho con ellos... Por preferirlo a él.

Habían evolucionado en su toxicidad: Ambos sin amigos, los amigos que Nara tenía ahora eran la mayoría de él: su mejor amigo, dos amigos cercanos, compañeros de carrera, ya no sus viejos amigos, sino los de él.

Se había encargado de hacer que su vida girara en torno a él y nada más que él. A los chicos que intentaron ayudarla, Nara creía que era una compleja estratagema que habían hecho para alejarlo de "su chico" oh qué estúpida se sentía ahora.

En el caso de las mujeres, no queda mucho más que chantajear, amenazar con la muerte, con la tortura que se harán ellas mismas si el chico las deja, el arte del chantaje y mentira tiene que mantenerse discretamente. El hombre en la relación cederá porque, ¿Cómo dejar a alguien que depende tanto de ti?, ¿Qué sufrirá sin ti? Y todo será tu culpa. En los casos donde la chica ha perdido toda la cordura buscará golpearlo, culpar al pobre chico de lo que hace, de cómo se siente y de todo lo malo que le pase a ella. Su carta favorita de ese tipo de chicas es la mentira, las lágrimas y una manipulación tan venenosamente discreta, que el intoxicado no lo ve.

En el caso de las mujeres sube el nivel si se trata de un hombre. Primero lágrimas, el mismo cuento de matarse si lo dejas, de que no puede vivir sin ti, luego viene el coraje. Un coraje de gritar, golpear muros, y por el contrario de las mujeres, hacer sentir a su pareja que la única culpable es ella y nadie más que ella. Que lo ha obligado a ir a ello... Después vienen los golpes, maltratos y muchas disculpas de su actitud con otro veneno tal, que la mujer perdona siempre los abusos.

Y nadie puede sacarte de esa nube tóxica, puede que en dos o más años estén felices sin problemas, pero, con el tiempo, volverán a donde iniciaron. Un círculo infernal del cual nadie sale bien librado... Y nadie más que el intoxicado podrá hacer algo.

Latido | Rodrigo Herrera - Sharktank México |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora