Flores de cerezo.

247 16 1
                                    

—¿Para quién, disculpa? —alcé una ceja, haciéndome el que no sabía nada.

—Para la chica que vine a ver —respondió poniendo en marcha el carro.

—Oh, claro —asentí mostrando interés. —¿Y... cómo es ella?

Tenía que hacer como si no supiese absolutamente nada de ella, aunque fuese casi lo contrario.

—Bueno, ella... ella es... —sonrió negando. —Ya la verás... —asintió mirando al frente.

¿No sabe cómo describir a Brianna? ¿Eso era bueno o malo? Mmm.

Guié a Renn hasta una floristería, la más cerca. Al tipo se le había antojado complarle flores y rosas y todo eso. Llegamos y nos bajamos del auto. Renn entró y yo entré detrás de él.

Flores de cerezo, flores de cerezo, flores de cerezo... —susurraba Renn mirando alrededor y chasqueando los dedos.

—¿Flores de cerezo? —pregunté caminando detrás de él y mirando los arreglos que tenía la floristería en cada esquina.

—Son sus favoritas —dijo sin dejar de buscarlas.

—Nunca había escuchado de esas flores. —fruncí el ceño agarrando un tulipán.

Como no escuché respuesta de Renn, alcé la mirada y lo busqué. Estaba en una esquina con un ramo de flores en sus manos, eran rosadas. ¿Así se enamora a una Brianna?

—Disculpe, ¿lo puedo ayudar? —preguntó una chica, admito que no la había visto. Era muy pequeña o yo era muy alto, tal vez la segunda opción.

—No, no, tranquila —sonreí negando. —Solo lo estoy acompañando a él. —señalé a Renn, que se encontraba pagando las flores.

La chica miró a Renn y sonrió ampliamente. —Flores de cerezo. —susurró. —Son muy lindas.

—¿Soy el único que no conocía esas flores? —pregunté para mi mismo.

—No —negó la chica a mi lado y soltó una risita. —Somos muy pocas las personas que conocemos esa flor, o por lo menos aquí. Pero son muy muy lindas.

Asentí, y volteé a mirar a la chica. —¿Cómo te llamas?

Ella se quedó un rato mirando a Renn y luego volteó a verme. —Ammi.

—¿Ammi? Es un nombre corto y lindo. —reí leve. —Yo me llamo Luke. —extendí mi mano, saludándola.

—Digo lo mismo del tuyo. —rio conmigo y correspondió mi saludo. —¿Eres de por aquí?

—Sí, vivo en Wolseley Road. —la chica soltó una risa nerviosa.

—¿Wolseley Road? —preguntó arreglando un mechón de su cabello. —No se te nota. —susurró.

—¿Por qué lo dices? —reí.

—Es que la gente de allá es engreída y grosera. —se encogió de hombros. —Y tu no eres ninguna de las dos, o por lo menos no conmigo.

—No, para nada, no soy grosero —o eso creía, —Y engreído menos.

Ella asintió. —Bueno, tengo que volver a trabajar, cualquier cosa me puedes encontrar aquí los martes y los jueves.

Asentí riendo y dejé el tulipán, que antes tenía en mis manos, en su lugar.

Busqué a Renn en la tienda y no estaba. Volteé al carro y se encontraba sentado en el asiento del piloto viendo a mi dirección. Rodé los ojos, salí de la tienda y entré al lado del co-piloto.

Don't hurt me, please. || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora