Malentendido.

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Desperté y lo primero que vi fue los ojos azules de Luke. ¿Qué hace él aquí?

–Te ves asquerosa recién levantada. –arrugó su nariz e hizo una mueca.

–Estúpido. –murmuré, sentándome y mirando el reloj en la mesita de noche. 10:36am.

–Cepillate esa boca –chilló como una nena, cosa que era. –Te huele horrible.

Me volví a acostar y lo pateé fuertemente en la pierna. Me volteé dispuesta a seguir durmiendo. Lástima que Luke tuviera otro planes.

–¡BRIANNA, LEVANTATE! ¡HOY ES EL VIAJE Y ESTAMOS TARDE POR TU CULPA! –gritó, quitándome las mantas y tirándolas al piso.

El viaje, cierto. Lo había olvidado. Me faltaban algunas cosas por empacar, muchas cosas a decir verdad.

Igual, tampoco le di importancia al viaje, agarré las mantas del piso, me volví a cubrir con ellas y me dispuse a dormir, otra vez.

–Brianna, cariño, despierta, estamos un poco tarde para el viaje. –escuché la dulce voz de Anne y unas leves palmaditas en mi hombro.

–Estoy desde las 9 de la mañana tratando de levantarla y no quiere. –dijo Luke. Mentiroso. O tal vez era cierto.

Puse las mantas a un lado y me levanté de la cama. Fui a mi armario y saqué la ropa que me pondría. La dejé en la cama y entré al baño. Hice lo que las personas hacen en el baño y salí envuelta en la toalla. Luke seguía en mi habitación. Tenía mi celular y se estaba tomando fotos. Uh.

–Vete y deja mi celular. –ordené, arreglando la toalla en mi cuerpo. Sería vergonzoso que se cayera enfrente de Luke.

–Te puedes vestir –dijo viendo mi celular. –No tienes nada que no he visto antes.

–¡LARGO, LUKE! –me acerqué a él y le arrebaté mi celular. Él lo halaba igual que yo. Solo que él con más fuerza, lo sé, soy muy débil.

Pasaron minutos y seguiamos halando el celular. Luego, sucedió lo que temía. Se cayó la toalla.

Luke dejó de halar el celular e hizo lo que todo chico haría. Mirar mi cuerpo. De arriba a abajo. De abajo a arriba.

Tragame tierra, por favor.

Agarré rápidamente la toalla volví a envolver mi cuerpo en ella. Miré a Luke y él no me miraba, ahora su mirada estaba en la puerta y sus labios formaban una sonrisa divertida. Había alguien en la puerta.

Me volteé a mirar a quién Luke miraba y era nada más y nada menos que Renn Penrith. Y claramente había visto la escena anterior.

–No es lo que piensas. -–dije rápido, casi no se me entendió.

–O tal vez sí. –contradijo Luke.

–No le hagas caso, Renn. –suspiré. –No fue nada.

Renn miró a Luke, él seguía con esa estúpida sonrisa. Quería golpearlo, muy fuerte, muy muy fuerte.

Agarré la ropa que tenía en la cama e hice lo que debí de haber hecho desde el principio: vestirme en el baño.

Entré y me vestí con la lentitud más grande del mundo.

Veamos el lado positivo. Luke no me vio completamente desnuda, tenía ropa interior. Desde chica siempre me pongo la ropa interior en el baño. Gracias, mamá, por haberme recomendado eso.

Después de haberme vestido, salí del baño. Luke seguía en la cama, pero Renn se había ido.

Sentí la mirada de Luke posada en mi, pero la mía no pretendía posarse en él.

Don't hurt me, please. || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora