—¿Aló? —preguntó la voz de Hache—. ¿Se escucha? Probando... ¡Probando!
—¿Qué carajos? —preguntó la voz de Mitya.
—Hola, Mitya —dijo Hache—, tú no lo recuerdas, pero ahora vuelves a estar en un espacio de tu mente donde tu cuerpo no te obedece y tu cerebro no puede responder de una manera satisfactoria. Aquí es donde yo tengo la libertad absoluta de hacer lo que quiero con tu psiquis, como plasmar tus más profundos miedos y revivir tus más desgarradoras aflicciones para torturarte durante horas hasta hacerte morir de un infarto cardiovascular o cerebrovascular. Ahora sí que me divertiré de verdad y sin que nadie pueda venir a ayudarte. Empezaré diciéndote que... quiero jugar un juego.
—¡Fuera de aquí! —exclamaron las voces de Yanshuf y Keseb.
—¡Demonios! —exclamó Hache antes de esfumarse.
—¿Qué mierda está pasando? —preguntó Mitya.
—Nada, Mitya —respondió Keseb—. Continúa soñando.
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Simarg: Primer Libro de Las Guerras de Tabula
FantasyAl igual que una buena fracción de la humanidad, Mitya fue escogido por el Ser Absoluto como un avatar, el receptáculo viviente del poder de un espíritu sobrenatural. Dos años después de mudarse a la Ciudad de Axis, el alcalde lo envía en su primer...
