"Los perjuicios siempre provocan una consecuencia"
Vaitiare estaba enamorada y ya no era un secreto.
Aquel veleidoso chico de mirada esmeralda y cabello oscuro como el solitario espacio, quien en sus ojos atrapaba el mismo infierno, la había echo enloquecer, o era eso lo que ella se comenzaba a repetir diariamente cuando se encontraba en la soledad de su habitación.
Él había logrado calar en ella de una forma distinta a lo que experimentó en algún momento, haciendo que todos sus sentidos terminasen en un inexplicable vacío que golpeteaba contra su pecho cada vez que no sentía su presencia.
—Me cautiva tu esencia, es una perfecta armonía. —El averno de mirada esmeralda mencionó en una ocasión, mientras ambos se encontraban aún desnudos, envueltos entre las enredadas sábanas de su sombría habitación. Vaitiare no enloqueció ante su oscura voz pronunciando aquellas palabras en insuperable sinfonía, porque ya estaba desequilibrada por él.
No respondió nada al respecto, seguía siendo una pequeña niña que se ruborizaba ante sus comentarios, cambiando el rumbo de la conversación de inmediato. Sabía que estaba mal, ella sabía precisamente cuál era la advertencia que los mantenía separados a pesar de estar el uno junto al otro.
Vaitiare sabía que estaba mal descender hasta el último circulo del infierno por él, pero cuando quiso evitarlo, ya era demasiado tarde.
Cayó en picada libre a un abismo del que solo él podía sacarla.
Así que lo mantuvo en secreto, por un tiempo, porque Hyder Lalouer-Boucher solo tenía tiempo para su ególatra narcisismo y sus quebrantables reglas, por lo que Vaitiare se adaptó a sus deseos, por un tiempo.
Los días pasaron y Vaitiare no puedo dejar de lado sus crecientes sentimientos hacia su carnal acompañante de cama, contrario a ello, el caos terminó por desbordarse.
Un cliché llegó a su vida en cuanto Hyder decidió echarla del infierno.
«Despierta, ma petite vanille, no eres más que una ingenua rubia tonta de preparatoria que es lo suficientemente estúpida como para pensar que alguien puede tomarla en serio. Dime ahora tú, Vaitiare, ¿alguna vez alguien te ha amado verdaderamente?»
Sus palabras quebrantaron su alma en un par de segundos.
Le había entregado lo más preciado que tenía, algo que debía obtener alguien que la amase verdaderamente.
Se enamoró sola, sabiendo que él no lo haría y aceptando el amor a medias que planeaba ofrecerle.
Un cliché llegó a su vida solo para advertirle.
Salió por la puerta de ese departamento en donde se había entregado en cuerpo y alma en indefinidas ocasiones, llenando su cabeza de sermones que terminaron por romper aún más su sensible espíritu.
Su corazón estaba destrozado, su alma estaba rota y dejó todas las piezas tiradas en el frio suelo de su habitación.
Llena de incertidumbre por el futuro, buscó refugio entre las solitarias paredes de su habitación, a la espera de que, con el pasar de los días, el dolor en su pecho fuese disminuyendo.
Aunque todavía no sucedía lo peor.
—¿Qué haces aquí? —preguntó dentro de las sombras, sumergida en la bañera de su dormitorio.
Su devastación fue completa, después de aquella noche, nada volvió a ser normal para ella y a pesar de haberle prometido a su débil conciencia que las cosas cambiarían, su voluntad no fue la suficiente como para seguir sus planes.
Todo lo que veía, todo el tiempo, eran solo palabras vacías entremezclándose en su cabeza, sucesos, momentos con significativo dolor. Rojo, presenciaba mucho el color de la sangre cuando se encontraba durmiendo y después, solo un lúgubre vacío.
—Ellos ya se divirtieron lo suficiente. —las palabras de la única persona que estuvo ahí para ella en el peor momento, ingresaron como una cálida melodía a su deshecho corazón—. Un ser celestial como tú nunca debe colmar de su amor a quien no la venera.
Las afligidas lagrimas dejaron de correr por su rostro y finalmente pudo tomar su corazón roto e intentar juntar cada pieza, pero para su mal fortunio, no fue solo su espíritu lo que quedó en aquel lugar.
Le hacían falta más piezas de lo que podía contar con los dedos de sus manos, aunque ya estaba cansada de salir lastimada cada vez que intentaba reponerse, así que tomó la decisión y siguió adelante con su creciente orgullo cubriendo su carente corazón, siguió adelante tomando su ego para ocultar su falta de virtuosa esencia.
Aunque lo realmente preocupante en el momento no fue la resiente falsedad que salía a flote desde su interior, porque a unos cuantos kilómetros de distancia, bajo la sombría noche y la luminosa luna, alguien ignoraba con esmero la cruel catástrofe para la que ninguno estaba prevenido.
La perversión te puede costar una vida imperfecta y mucho caos.
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Now and then (#2)
RomanceSegundo libro de la trilogía: Lack of Love (***) ¡ATENCIÓN! Es necesario leer el primer libro de esta trilogía para entender la trama y no llevarse muchos spoilers. . (***) Si ya viviste un cliché en carne propia, lo sabes. Sabes que hay dificulta...