"Hecha la ley, hecha la trampa"
Ingreso por la gran puerta con la frente en alto, a la espera de que Lilybeth se posicione junto a mi en unos cortos segundos.
Tal como lo pienso, ella se encuentra junto a mí al corto tiempo y tras un asentimiento de miradas, nos escabullimos en el interior, entre las personas que se mueven frenéticas los unos contra los otros, entre el bullicio que atosiga a mis oídos y la marea de alcohol en que todos se ven sumergidos.
A decir verdad, no me agradan lo suficiente estos espacios de fiestas universitarias, son tan alborotadas que llegan a caer en lo ordinario como para una ciudad repleta de jóvenes herederos millonarios. Hasta para alguien que puede ser considerado como una persona corriente, esto es demasiado.
Ruedo los ojos hacia Lily en señal de ligera molestia en cuanto llegamos a la cocina en donde se encuentran las bebidas, ella solo ríe divertida por lo bajo, disfrutando de tal descontrol al que me arrastra solo porque le divierte observar mi descontento.
—Sabes que prefiero ir a algún bar del centro antes que a estas...—hablo en su dirección con total desinterés por ocultar mi repelencia hacia uno de los ebrios que intenta mantenerse en pie.
—¿No prefieres uno que se encuentra casi fuera de la ciudad y tenga un nombre en italiano? —cuestiona con ironía mientras se sirve de una botella con liquido transparente, que dudo, se trate de vodka.
Me carcajeo, llamando por completo a su atención y alivianando un poco el ambiente.
—Esa fue una muy buena especificación.
—Solo calla y... —suelta un suspiro entrecortado mientras me tiende uno de los vasos que lleva entre manos—... y bebe uno de estos líquidos de sospechosa procedencia.
—¿Seré tu conejillo de Indias?
—Desde tiempos inmemorables —asegura alzando la voz, a la par en que recibo el vaso verde de plástico.
Muerdo mi labio inferior ligeramente para no reír ante la situación, ella alza una de sus cejas en señal de pregunta y finalmente accedo a chocar el objeto que contiene licor entre mis manos, contra el suyo. Ambas llevamos los vasos hacia nuestros labios y de un solo giro de muñeca, dejo que el amargo liquido ingrese directamente a mi por mi garganta, raspando y obligándome a contraer los músculos de mi rostro.
Antes de poder abrir los parpados y ver con claridad a mi alrededor, antes de poder decir una sola palabra en son de queja hacia Lily, ella ya me tiene arrastrando hacia el interior de la casa, en donde el bullicio y diversión parecen más presentes que nunca en cada una de las personas ahí.
El alcohol hace su efecto inmediato en mí y me libera de las tensiones que aún tengo presentes al estar en esta clase de ambientes, dejo que la música se divierta con mi inerte cuerpo y me dejo guiar por el bullicio exterior.
Bailo frente a Lily, divirtiéndome una noche de sábado en una fiesta universitaria plagada de gente ebria que solo se mueve al ritmo de la potente música, bailo y dejo que cada una de mis extremidades actúe por sí mismas en cada uno de sus movimientos, sincronizados, pero libres a su vez.
Lily me deja por un momento en la pista para ir por unas cervezas y en lo que yo espero, solo me dejo fluir entre las personas, mientras siento una enorme presión en mi espalda y de inmediato sé que alguien mira en mi dirección.
No me importa mucho las miradas sobre mí, de todas formas, llevo acostumbrada a estas desde hace unas largas semanas. Todo por las personas cotillas, por gente que no tiene nada que hacer y se preguntan si realmente se trata de la hija mayor de los Fernsby, miradas de personas que se preguntan en dónde han podido verme antes o simplemente, tipos calientes que no pueden mantener sus cabezas dentro de sus pantalones por una noche.

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Now and then (#2)
RomansaSegundo libro de la trilogía: Lack of Love (***) ¡ATENCIÓN! Es necesario leer el primer libro de esta trilogía para entender la trama y no llevarse muchos spoilers. . (***) Si ya viviste un cliché en carne propia, lo sabes. Sabes que hay dificulta...