"Inquietantes sinfonías que tranquilizan el alma"
La ceremonia comienza y las compras entre las personas ricas del lugar se vuelven cada vez más exuberantes.
Aun así, después de haber pasado infinitos segundos en silencio con Lander y estando en el perfecto ambiente para realizar bromas sobre los extravagantes objetos en subasta, no soy capaz de pronunciar una sola palabra.
Él parece notarlo, así que me da una sonrisa cada cierto tiempo para intentar suprimir mi inquietud, pero tampoco se atreve a soltar ni una oración.
Por su actitud distante, sé que es lo que sucede por su mente, no puede quitarse de la cabeza las palabras de mi madre y aunque trate de olvidarlo, las dudas sobre mí se hacen mayores.
—Demos un gran aplauso a la familia Monteur, acreedores de la colección de monedas europeas. —el presentador del evento me devuelve al presente y por inercia choco las palmas al mismo tiempo que los demás—. Continuando con el evento, haremos mención a Margot Wade para que suba al escenario.
Los aplausos llenos de hipocresía no tardan en ser escuchados en cuanto se oye el nombre de mi madre, quien felizmente sigue las órdenes del presentador y se dirige con una gran sonrisa en el rostro.
Sus guardaespaldas caminan tras de ella mientras uno de ellos sostiene con fuerza un maletín oscuro, en el que debe encontrarse el objeto de subasta de mamá.
El silencio vuelve a reinar el jardín y Margot inclina ligeramente la cabeza en dirección del guardia que lleva el maletín en mano, indicando que es momento de hacer la gran revelación; otro de sus hombres se encarga de abrir el cerrojo con algo de misterio, revelando finalmente el interior aterciopelado que envuelve aquel objeto conocido para el público.
—¿Ese broche no es...? —la pregunta de Lander junto a mí queda inconclusa, mi mirada perdida en el objeto responde a todas sus dudas.
El broche de la familia de mi padre, aquel que él me obsequió cuando cumplí catorce.
Las personas quedan absortas observando el brillante objeto ante sus ojos, ni el mismo presentador del evento es capaz de pronunciar una sola palabra hasta que mi madre le lanza una mirada encolerizada.
—El broche de la casa Fernsby, una gran reliquia familiar. Elaborado a mediados del siglo XIX, esta hermosa joya en oro blanco con brillantes y esmeraldas, presenta en la parte posterior el escudo heráldico del apellido, finamente grabado y en perfecto estado. —El hombre termina la descripción de la joya con una rápida mirada hacia mi madre y continúa hablando apaciblemente. —. El valor inicial que se le da a esta pieza es de veinticinco mil dólares. Pueden iniciar con las ofertas.
Mis pensamientos se enredan en el broche a la lejanía y las personas alrededor no dejan de susurrar por lo bajo, comentando la deshonrosa subasta que está empezando a efectuarse.
El broche familiar de los Fernsby, una perfecta reliquia que tiene un gran precio histórico dentro de la casa de mi padre, un objeto por el que ciertas familias en la ciudad han estado esperando durante décadas a que se subaste. Sin embargo, y a pesar de la gran emoción que significa esa joya en subasta, nadie realiza ninguna oferta durante unos largos segundos.
La joya no le pertenece a mi madre y todos los presentes saben perfectamente que fue un obsequio de Dan Fernsby para su mayor hija en su cumpleaños catorce, pero la pieza fue puesta al nombre de su esposa hasta que cumpliese los veintiún años. Y aunque ciertamente, el broche legalmente le pertenece a mi madre por el momento, su apellido ya no es Fernsby y eso es lo que causa conmoción.
—Pero qué descaro —escucho a una mujer murmurar a su marido—. Esa vulgar mujer volvió a su corriente apellido de soltera y ahora decide vender una reliquia familiar a tan bajo precio.

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Now and then (#2)
RomantizmSegundo libro de la trilogía: Lack of Love (***) ¡ATENCIÓN! Es necesario leer el primer libro de esta trilogía para entender la trama y no llevarse muchos spoilers. . (***) Si ya viviste un cliché en carne propia, lo sabes. Sabes que hay dificulta...