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"Hereditario o no, no existe evidencia que pruebe que los pacientes en cuestión tengan antecedentes de padecer una salud física o mental inestable"

"Pasaron años enteros desde su primer celo sin la necesidad de llevar una rutina, que se considera dentro de lo normal según las estadísticas médicas, en la temporada joven de un Alfa"

"La necesidad por buscar una pareja estable es tan nula como la necesidad de aparearse en la época del celo"

"Parecían inmunes a las feromonas de otros Omegas, incluso llegando a sentir la obligación de apartarse de estos"

—¿Qué haces?—TaeHyung sale de su habitación y me ve con el ceño fruncido.

—Hobi me pasó unos artículos médicos que hablan sobre Alfas sin instinto—digo distraído en la lectura.

—¿Alfas sin instinto?—pregunta, mientras prepara una taza y agua caliente para el té—. ¿No es exactamente eso lo que te sucede?

Él se acerca y lee un poco por encima de mi hombro.

—Oye—dice con tono serio—, aquí dice que no sentían si quiera la necesidad de buscar un Omega para pasar el celo.

—Es una investigación vieja.

—¿Hace cuánto?—interesado pregunta, él regresa a la cocina y se sirve el té de manzana y canela.

—Poco más de cuarenta años...

Él resopla y se sienta junto a mí en la sala de estar—. Ya te dije que dejaras de ser aguafiestas.

—Perdón, es sólo que...—suelto un suspiro—. Esto me agobia, tantos estudios y de repente sale esto... tampoco he hablado muy bien con NamJoon al respecto.

—No te presiones, Kook—él me regala una sonrisa tranquilizadora—. Sólo míralo como una respuesta definitiva, tener una pareja destinada es muchísimo más interesante que lo conocí en una fiesta y empezamos a salir, ¿no te parece?

—Suena a las leyendas que mi abuela solía contarme antes de dormir—recalco.

—¡Los cambiaformas son leyendas!—exclama—. Escúchame, quizás el nombre que le dieron al misterio médico parezca un cuento de hadas, pero es lo que estabas buscando.

Tae se encoge de hombros—. NamJoon no es un Alfa y tampoco se convierte en un lobo, pero es tu pareja destinada y eso suena mejor a que mueras virgen.

—¡Ay por favor!

—¿Qué?—inocente responde—. Dudo que te encuentres satisfecho después de repetir tanto tu aburrida época de celo.

—Ni si quiera sé por qué hablo de esto contigo.

—Porque soy tu único e inigualable mejor amigo, así que deja de estar triste y habla con NamJoon.

Él continúa molestándome un poco más por el resto de la noche y durante la cena hasta que decidimos ir a dormir. Y es exactamente en este momento de insomnio en el que me pongo a pensar sobre todo esto, ¿y qué si lo llamo como un caso del mero destino? Cuando estoy con NamJoon se siente, de alguna forma, como si fuera lo más correcto del mundo; estar a su lado, es en donde pertenezco. Y si todo esto fuera así, no explicaría por qué él también tuvo una leve confusión cuando nos conocimos.

Al menos que todo siga siendo una jugarreta del mismo destino, queriendo juntarnos por el medio que sea. Eso sí que explicaría por qué, desde el momento en que nos vimos, él siguió apareciendo en mi vida. ¿Y si sólo dejo de buscar tantos por qué y dejo que el bondadoso destino siga haciendo de las suyas?