15

2.5K 447 64
                                    

NamJoon me mira esperando por mi respuesta, no despega su atención de mí ni siquiera cuando alguien lo interrumpe para preguntarme sobre los pantalones de corduroy y las nuevas camisas de seda blanca.

—No creo que sea un buen momento—aparto mis ojos sólo para darme cuenta que el resto de mis compañeros de trabajo nos miran de forma discreta—. Jin ha venido echando humos y no creo que sea conveniente quitarle la poca paciencia que tiene.

NamJoon mira hacia sus lados pensativo. El traje formal que lleva puesto me hace pensar que acaba de salir de alguna junta de trabajo importante. Él hace una mueca—. Ya es casi medio día ¿no?, no le extrañará que fuiste a almorzar.

Antes de que pudiese decir cualquier cosa para negarme a su tentativa propuesta, él me ataca con una sonrisa antes de suspirar—. Yo me haré responsable si Jin se pone histérico, confía en mí.

No seas idiota, Kook. Ha venido a buscarte y tú quieres rechazarlo.

GaHyeon aparece y extiende sus brazos hacia mí con una sonrisa aparentemente inocente. Poco resignado y con una sonrisa agradecida dejo la pequeña montaña de ropa entre sus brazos. Sé que ella se encargará perfectamente.

No me había sentido tan nervioso por algo desde que hice el examen privado de la universidad; NamJoon me guía hasta la salida de la boutique y su C Berlina nos espera atrayendo la atención de algunos transeúntes que pasaban por ahí. Su gesto cortés me cautiva—. ¿Adónde iremos?—pregunto cuando pone en marcha el motor.

Él sonríe ligeramente, como si estuviera avergonzado—. Esta mañana salí de casa y sólo quise venir a buscarte—me ve de reojo por un momento—, ya se me ocurrirá algo.

No parece buscar una respuesta y se dedica a conducir con la vista hacia al frente. Y aunque me gustaría decir algo, las palabras quedan atrapadas en la punta de mi lengua y muriendo en el intento.

¿Acaso no le parece un inconveniente que sea Omega? Él parece estar perfectamente con ello.

Trago duro tratando de deshacerme del nudo en mi garganta y de pronto empiezo a sentir calor. Por la mañana había despertado empapado de sudor, pensé que se debía al extraño comportar que me había explicado HoSeok sobre mi celo. Pero no me sentía mal como tantas de esas veces, lo dejé pasar como un simple calor nocturno.

Pero ahora, casi siento que estoy hirviendo.

El teléfono de NamJoon suena rompiendo el muro imaginario que el silencio había construido entre nosotros. Él hace una gesto de cansancio antes de contestar—. ¿Qué ocurre? Estoy ocupado.

A juzgar por su tono de voz no parece contento en lo absoluto.

Frunce el ceño y suspira ruidosamente. Parece resignado cuando hace una maniobra digna de salir en Fast & Furious para retornar sin molestar a los autos que venían detrás.

—Voy para allá, distráelos un poco más.

Él cuelga y su frente se arruga en preocupación.

—¿Qué ocurre?—pregunto, no muy seguro de que fuera una buena opción.

—Hay un problema en el trabajo.

—¿Con la señora Lee?—arqueo la ceja bastante confundido. No creo que esa preocupación se deba sólo a un poco de barbacoa y arroz con verduras.

—¿Qué?—suelta una sonrisita—. No, no con ella.

—¿Entonces tienes dos trabajos?

Dios mío, demasiadas preguntas. Hace un momento las palabras no querían salir y ahora, mágicamente, me convertido en un odioso hablador. Pero él no parece especialmente molesto o incómodo por ello, sólo asiente y sonríe levemente.

Error 404 Not FoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora