Mi Esposa, Mi Obsesión... (Terminada)

capítulo 8

Narra Maximiliano:

Que maldito dolor de cabeza, dónde estoy, que hora es?, necesito una pastilla.

Máximo se levantó como pudo y salió a buscar a sus padres o alguien que le informé sobre la noche de su matrimonio, en su interior se sintió mal por su ridículo comportamiento, tendría que dar muchas explicaciones y aguantar los sermones de sus padres, aún así se marchó a su departamento y a tomar una ducha y descarsar un poco antes de lidiar con sus padres y su ya esposa, al menos no tuve que ver su estúpida cara en la boda, pensó máximo.
Transcurrido todo el fin de semana, ya pudo planear que hacer con su esposa y cómo excusarse con sus padres y suegros.
Aunque le preocupó saber dónde viviría ahora ya casado.

Dejó de lado sus pensamientos bobos respecto a la niñita ésa y ya siendo lunes decidió ir a su empresa común y corriente.
Esperando ahí poder hablar con su padre y así dar una excusa a su comportamiento el día de la boda.

Pasado ya un mes de casado, jamás llamó a su esposa o en su defecto tampoco recibió llamadas de ella, para él era un alivio no tener que fastidiarse por ella, aunque en el fondo, sintió un poco de molestia de ver que la niñita no le dio importancia a su actitud en la boda ni lo llamó a reclamarle.
Definitivamente estaba relajado y seguía siendo el mismo Máximo, mujeriego y arrogante.

Pero ya se le iba a terminar su libertinaje, y él no tenía idea que le esperaba una reunión familiar para ponerle límite y un ultimátum a su vida descarriada, a pesar de ser un genio en los negocios, aún seguía apareciendo en páginas de revistas y periódicos en escándalos y salidas de clubes con mujeres de baja reputación.
Y éso definitivamente era una vergüenza para las familias y más para la hermosa Donnatella.

Foto Maximiliano con una de sus muchas amantes...