capítulo 21

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Llegó la mañana del viaje a la luna de miel que nunca tuvieron, y nerviosos por la alocada sorpresa de los padres de los esposos, emprendieron a su aventura marital.

Durante el vuelo, Maximiliano y Donnatella se sentaron juntos y casi todo el trayecto fue en charlas alegres, anécdotas y muchas risas, definitivamente eran un pareja muy especial, había mucha química y atracción mutua.

Apenas aterrizó el jet privado de la pareja, entraron al hotel ya reservado para la semana de luna de miel, iban tomados de la mano, ya era normal hacer éso entre ambos, se sentían muy bien así, apenas llegaron a recepción la joven que los recibió con una Corona de flores hermosas y naturales para donna y una para el cuello de máximo, ésta la puso muy cerca al rostro de él lo cual era un descaro de coqueteo y Donnatella se percató de éso, bufo una risa y salió sin decir nada ante el descaro de la joven recepcionista, Maximiliano le llamó fuertemente la atención a la joven y salió con la llave de la suite nupcial detrás de su esposa a darle una explicación.

Donnatella lo esperaba en el lobby y sin ninguna expresión dijo sería a máximo, -- dame la llave, puedes hacer lo que quieras en éste viaje, no soy obstáculo, Maximiliano abrió sus ojos en asombro ante la actitud de su esposa y él trató de darle una explicación, -- Donna, no te molestes, te juro que no coquete con ella, de hecho la puse en su lugar y voy a poner una queja con la administración del hotel, de verdad créeme, quiero que intentemos tener una relación, tu me gustas demasiado y no estoy interesado en nadie que no seas tú.

Donnatella lo miró con incredulidad y se limitó a abrir la puerta y seguir para tomar una ducha relajante y dormir un poco.

Volteo a ver a su esposo y sintió que era sincero pero no podía confiar aún en él, así que le dijo tajante,
-- tienes mucha historia con demasiadas mujeres, será muy difícil de creer que es cierto lo que me dices, un mujeriego cómo tú jamás se conformará con una sola mujer, tarde que temprano te cansarás de la misma y sólo la harás sufrir.

Maximiliano no quiso decir nada más, no porque fuese verdad, si no porque no quería molestar a Donnatella, quería enamorarla y para éso debía armarse de paciencia y darle mucha confianza. --Definitivamente no es un capricho, me estoy enamorando de mi esposa... pensó máximo.

Sin decir ninguna palabra más, descansaron un poco, cada uno tomó un extremo de la cama, Donna estaba muy nerviosa y trató de parecer normal, pero era la primera vez que compartía cama con un hombre y más un hombre que le atraía tanto.
Luego de un rato quedaron profundamente dormidos, e inconscientemente cuándo despertaron estaban abrazados y con las piernas entrelazadas, quien se despertó primero fue Maximiliano y la reacción cuando notó cómo estaban durmiendo, fue de una sonrisa tan grande que quería que durara para siempre el despertar así al lado de su esposa, Donna empezó a despertar y Máximo fingió seguir dormido, pero para asombro de Donna ver el rostro de su esposo así le agradó y se aferró más y siguió durmiendo, máximo estaba feliz con la actitud de su esposa y la abrazó aún más, para seguir fundidos en un solo cuerpo y profundamente dormidos.

Despertaron y ahora si decidieron ir a cenar al restaurante del hotel, para salir y estirar las piernas, Donna estaba apenada por la forma en que durmieron y estaba muy sonrojada al punto que sentía su rostro se sentía caliente.
Maximiliano lo notó y le pareció hermosa y tierna verla así, pensó que tal vez llevaba mucho tiempo sin dormir con un hombre y por eso estaba tan sonrojada, y creía que ya no le importaba quien estuvo antes, ahora el será el último.

Ropa de Máximo para salir a cenar...

Algo casual a comparación de los trajes de diseñador que usa todos los días

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Algo casual a comparación de los trajes de diseñador que usa todos los días.

Donnatella salió del baño con un hermoso y largo vestido acorde clima y a la hermosa playa.

Algo así...

Maximiliano la miró de pies  cabeza sin ninguna vergüenza, se sintió tan atraído y tan excitado por el sensual vestido de su esposa

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Maximiliano la miró de pies  cabeza sin ninguna vergüenza, se sintió tan atraído y tan excitado por el sensual vestido de su esposa.

--- está hermosa, tanto que no debería de salir así, todos la mirarán y ella es Mi esposa, mía, sólo yo la puedo ver con lujuria.
Pensó máximo.
Trató de fingir que no le molestaba el atuendo de donna, y se limitó a decirle.
--- estás bella. Vamos?

Salieron como ya era costumbre, tomados de la mano.
Llegando al restaurante varios de los comensales miraban a Donna de manera lujuriosa, ella no se percataba de nada ya que estaba embobada con su esposo, y la forma posesiva que él la traía, tomando la cintura y atrayendola más a él, y depositando un suave beso en los labios de su esposa, Maximiliano marcaba territorio ante los ojos de todos en el restaurante.

Será que me estoy volviendo masoquista? Pensó Donna, porque le encantaba la manera tan posesiva y agresiva de su esposo hacía ella, éso realmente me excita? Que me pasa? Pensó.

Mi Esposa, Mi Obsesión... (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora