capítulo 25

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Después del bochornoso incidente en la oficina de Donna, Maximiliano tuvo que disculparse con el asistente de su esposa, pero aún felíz y sintiéndose triunfante con las palabras de Donnatella, max regresa a su oficina, y al llegar ve que su secretaria no estaba en su puesto de trabajo, igual ignora eso ya que está felíz y nada le arruinaría su dicha, pero ésta no dura mucho ya que encuentra en su escritorio a una de sus ex en una lencería más que provocadora y escasa, Maximiliano realmente se asombra y se siente extraño al recordar las faenas desenfrenadas con dicha mujer, su mente y su cuerpo reaccionan de una manera diferente, se debate en la tentación y el amor por su esposa...

Cambiar hábitos de años no serán fáciles, pensó Maximiliano.

Se acercó a la mujer y se detuvo un momento ante ella, la miró fijamente y sin hacer o decir algo, se quedó de pie sin emoción alguna, ésta por su parte ante el gesto de él, se pone de pie y camina de forma pausada y sexi tratando de llegar a éste y hacerlo caer ante la seducción y belleza que ella creí que poseía.

Lo rodeó cual animal a su presa, abranzandolo y atrayendolo a ella, lo besó, lo lamió, y lo trato de seducir de la manera más descarada posible, max estaba inmóvil, no reaccionó, cómo si su mente lo hubiera abandonado, no sintió deseos por ella, su cuerpo ya cerca de ésta y su aroma no lo despabilaron, la mujer se estaba frustrando cuando vio que Maximiliano no le correspondía.

Pero cómo todos pagamos un karma, Donnatella se dirigió a la oficina de su esposo a revisar el tema de las campañas publicitarias de los japoneses, no vio a la secretaria de su esposo y decidió entrar, pero lo que vio partió su corazón, su rostro reflejo la tristeza más grande de su vida y sin poder evitarlo, lloró silenciosamente, cerró sus ojos y dejó salir el aire que sin saberlo había retenido, cerró la puerta y salió a paso veloz a su oficina, recogió sus pertencias y huyó, así creyó Donnatella que hacía, salir corriendo de sus problemas, de su dolor; se entregó a esposo, al hombre del que se enamoró perdidamente, a pesar de sus malos momentos al inicio de su relación y fama de mujeriego,  confió en él, en sus palabras, en caricias. Su mundo se vino abajo, la burbuja en la que ella estaba había explotado, ----me mintió, jugó conmigo, sólo fui una más, de máximo, "el grande" pensó con ironía.

En la oficina Maximiliano sintió que la puerta se cerraba y giró su rostro  y creyó ver la larga y dorada cabellera de su esposa, sintiendo el temor y el dolor en su pecho reaccionó y trató de salir tras ella, a comprobar que no fuera su mujer, éso quería creer su corazón, que su amada esposa no los hubiera visto, pero al momento de emprender camino la mujer casi desnuda lo detiene y con una sonrisa hipócrita le confirma que la mujer que los vio era su esposa, Maximiliano siente que su ira lo posee y jamás pensó en lastimar a una mujer pero su reacción violenta la arroja lejos de él haciendo que ésta caiga bruscamente al piso, sin ningún remordimiento la mira lleno de rabia y asco, toma el teléfono y llama a seguridad inmediatamente para que arrojen a la calle a la intrusa, sin el mínimo tacto o sutileza se dirige a ella, ---- hasta hoy viste mi lado pacífico, si por tú maldita culpa MI ESPOSA me abandona, sabrás de lo que soy capaz, y sabrás lo que puede hacer el dinero, levanta tu asquerosa humanidad y largo de mi vida y mi edificio---

En cuanto entran los de seguridad sin importar la vestimenta de la mujer la toman para sacarla, sin antes éste dejar claro y fuerte que no puede volver a entrar a su empresa, la mujer estupefacta y temerosa, llora y maldice a Maximiliano,  gritando que un tipo cómo él no merecía el amor real de ninguna mujer y que se alegraba que su esposa los hubiera visto.

Maximiliano nunca imaginó que el destino le pasaría factura, cuando creyó que él también podía ser feliz con su amada esposa, su Donnatella, la había defraudado, limpió su rostro y salió corriendo en busca de ella, sin antes despedir en un sólo grito a su secretaria, ya que sabía que ella ayudó a la intrusa a entrar a su oficina, este se había enterado muchos meses atrás que eran amigas, y la intrusa siempre casualmente sabía en que lugar estaba max, o en que hotel se hospedaba, dedujo que eran complices para tratar de ocupar el lugar de esposa, la ambición de la mujer había llegado a su límite y desespero por atrapar al magnate.
Gracias a  sus locos amigos lo habían descubierto y por eso max la sacó de su vida, aunque la descarda no se había dado por vencida.

Corrió por los pisos cómo un loco, cuando llegó a la oficina de Donna, vio el desorden y el asistente de ésta le confirmó que ella salió llorando y sin decirle ni una palabra, ahí max supo que la había perdido...




Llega el final....
Continuará.

Mi Esposa, Mi Obsesión... (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora