Diez

528 90 61
                                    

No podía detener aquella extraña sensación, tu mirada clavada sobre la mía hacía que de repente todo comenzará a alterarse. Ya ni siquiera dolía el hecho de saber que probablemente te hayas entregado a Dohyun antes de venir a verme. De algún modo, muy en el fondo, yo soy el dueño de tus suspiros.

Iba a levantarme y correr a la ducha, pero sinceramente este duelo de miradas se estaba volviendo interesante, ni siquiera el saber que era el aniversario del local me haría cambiar de actitud. Beomgyu se veía tan tierno, inútilmente.

Nadie hablaba, era como una pelea de gladiadores, pero en la sala principal y en lugar de portar peligrosas armas, solo competimos a base de miradas y una que otra mueca. Supongo que se deben preguntar la razón de ese hecho, pero si digo la verdad, ni yo entendía, llegó muy temprano y actuó extraño. Pasó de comer lo primero que encontró en la cocina a enfrentarme sin argumentos. No me hubiera sorprendido saber que Dohyun estaba detrás de todo eso.

Beomgyu abrió ligeramente sus labios, yo estaba listo para responder a todos sus reproches, aún quedaba un poco de tiempo para partir a mi trabajo, podía charlar con él, aunque fueran solo diez minutos.

—¿Por qué hacemos esto?

Desvíe momentáneamente mi mirada buscando una respuesta lógica y no otra de mis muchas excusas idiotas que utilizaba usualmente para esquivarlo de la mejor manera.

—¿Te refieres a mirarnos como si quisiéramos matarnos? —genial, Soobin, ¿No hubo una mejor respuesta?

Beomgyu asintió unas cuatro veces seguidas, aproximadamente. Yo suspiré y en ese momento, no sabía si adentrarme en el tema o huir sin dar explicación.

—Creo no hay razón. Me pareció, más que amenazante, tierno —dirán que estoy loco, y vaya que lo estoy —. De igual forma, aunque me hagas algo muy malo, no creo poder enojarme contigo. Eres muy tierno, siempre caigo por tus encantos.

—Soobin —jadeó y se levantó para estar más cerca mío, supongo, o eso es lo que aparentó. Se puso en cuclillas frente mío, como si quisiera verme a la cara, pero solo plantó un suave beso en mis mejillas.

Beomgyu es tan voluble, que me da miedo el tan siquiera pensar que en cualquier momento me puede estar abrazando y después es probable que me tiré una patada en los bajos.

Me dejé querer, aunque fuera unos minutos. Él me daba mimos, como acariciar mi cabello, pasar sus delicados dedos sobre mi rostro o estirar poco a poco mis mejillas. Algo dentro de mi comenzaba a tomar conciencia, era como abrir los ojos, pero yo era más fuerte, mi ceguera era más fuerte y decía que siguiera, aunque todo eso era un fruto prohibido.

¿Realmente era tan pérfido de mi parte jugar a ser amigable con Dohyun, aunque a sus espaldas hacía cosas tan pequeñas y hasta peores con su novio?

No quisiera imaginar en el problema que me hubiera metido sin tan solo se hubiera enterado de aquella vez en la que tuve algo más que caricias y juegos de chicos en busca de afecto sobre las sábanas en las cuales él también ha estado.

En fin, su cara sería muy graciosa, pero el posible golpe sobre mis labios no. Me lo merezco, pero si pensamos un poco, no soy el único que quería, me corresponde el cincuenta por ciento de la culpa, no más.

Me levanté con rapidez, Beomgyu no supo como reaccionar, corrió a aferrarse a mi espalda, pero yo debía estar listo en menos de media hora.

—¿Puedes quedarte hoy? Quiero estar contigo —cerré mis ojos bloqueando mi sentido auditivo para evitar caer ante su voz y las posibles intenciones detrás de tal.

—Hoy será un día pesado, no puedo dejar a las chicas solas —sentí mayor fuerza en el agarre de mi cintura —. Mañana es sábado.

—¿Y eso qué? —dejo de sostenerme —. Es muy probable que alguno de nosotros tenga que hacer algo importante, además, la idea de los fines de semana se está volviendo aburrida.

Fruncí mi entrecejo muy notoriamente.

—¿Qué quieres decir con que se está volviendo aburrido? —encogió un poco sus hombros con un ligero mohín —. Tal vez dentro de ti exista un posible sentimiento de culpa, ¿O me equivoco?

Su semblante cambio radicalmente, se alejó un poco de mi. Comencé a arrepentirme de ponerlo a pensar de esa forma o quizás, me arrepentía de la posibilidad de que dejará de ser tan cariñoso conmigo. Simplemente me arrepentía y eso era todo.

—Soobin, creo que soy todo un idiota —uh, ¿Cómo debería reaccionar?

Me dieron muchísimas ganas de decirle todo lo que yo opino al respecto.
Número uno, no debería sentirse culpable por algo que seguramente Dohyun también hace. Dohyun no es un ángel como todos suelen verlo.
Número dos, su relación no tiene sentido, es difícil creer que él seguía atado a una ambición.
Número tres, él siente la necesidad de desahogar sus ganas de besarlo, decirle palabras lindas y esas cosas cursis que amo, conmigo a falta de Dohyun, que solo aparece cuando quiere.

Hasta ese punto me resultaba difícil saber con claridad lo que estaba bien y lo que no. Pero mi mamá siempre decía que para el amor no tenía que haber impedimentos. Quizás estaba loco, pero juraba que Beomgyu me amaba como yo a él y esa era una de mis muchas razones para seguir aferrandome al castillo de papel que no resistiría ni a la más mínima llovizna.

Suspiré más frustrado que nunca.

Gracias Diosito por este pequeño pedazo de inspiración 😔✌️ En realidad se lo debo a la música de Selena sisi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gracias Diosito por este pequeño pedazo de inspiración 😔✌️ En realidad se lo debo a la música de Selena sisi.

Espero les haya gustado ;)

Weekend | SooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora