Siete

568 110 43
                                    

Abrí lentamente mis ojos, seguía siendo oscuro, era de madrugada según la hora en mi celular. No hubiera despertado, vaya que no, pero desgraciadamente sentí un fuerte agarre en mi cintura y solo puede ser una persona en este mundo, Beomgyu.
Procuré no hacer ruido, podría despertarlo, pero cuando lo pensé, puede que ni siquiera estuviera dormido.

—Beomgyu —susurré llamándolo.

Con la poca luz artificial de mi móvil, pude ver que se movió y me miró. Así, casi dormido, se ve tan lindo.

—¿Pasa algo? -me preguntó con su voz ronca, naturalmente habla un poco más animado y casi siempre estaba gritando, es por eso que me gusta más su voz grave.

—¿Qué haces aquí? —ni siquiera sé por que susurraba, no había nadie más en casa.

—Pensé que te habías molestado conmigo, no quiero que nos separemos, somos muy unidos —murmuró—. Siento mucho lo de ayer, no quería que vieras algo así, ¿Puedes perdonarme?

—Beomgyu, no importa —hablé bajito, era mucho mejor volver a dormir y olvidarlo todo.

—Claro que importa, pensé que te molestaría verme en una pose algo comprometedora con Dohyun. Lo digo porque la mayoría del tiempo que estoy con él, eres extraño y actúas muy distinto.

Dejó de sostener mi cintura y se sentó en la cama, cruzó sus brazos. A contrario de lo que suponía, es como si él fuera el que estaba enojado conmigo.

—Beomgyu, son las cuatro de la madrugada, vuelve a la cama para que duermas —con un murmuro, intenté hacerlo volver a su habitación.

—Soobin, eres extraño —no pude ver sus expresiones, pero puedo jurar que debió actuar triste o quizás confundido.

—No es eso, Beomgyu —suspiré frustrado, no quería decir mis razones —Dohyun no me agrada en lo absoluto y creo que ya deberías saberlo, pero no quiero actuar extraño, como tú dices. Supongo que eso ya es involuntario.

—Al menos dime que el trato sigue en pie —sentí sus frías manos sobre las mías. Mi nerviosismo hizo que sacudiera un poco mi cuerpo, como si fuera un escalofrío.

—¿El de ser bueno con Dohyun?

—Algo así, solo quiero que se lleven bien. Y no quiero que malinterpretes mi petición, no te quiero obligar a ser su mejor amigo, solamente no peleen cuando estén en la misma habitación. Por favor, Soobin, házlo por mí —besó precipitadamente mi mano, casi se acerca a mis labios, pero se contuvo por alguna razón que todavía es difícil de entender.

No podía con ese tipo de chantajes, es incluso más fácil lograr convencerme en la madrugada, y seamos sinceros, ¿Qué no harían por la persona que les gusta?
Su intención no era del todo alocada, únicamente quería que su novio y su amigo se llevarán bien.

—Está bien, Beomgyu.

Me abrazó, casi en una clase de avalancha sobre mí, dejó caer todo su cuerpo sobre el mío. Me dio besos por todo mi rostro y también en algunas partes de mi cuello. Debió estar agradeciendo el gran esfuerzo que haría solo por verlo feliz y sonriente. Beomgyu hace que esa parte dura de mi se vaya como arena entre los dedos.

Detuvo su ronda de cariño recostando su cabeza sobre mi pecho, sentí su respiración que es completamente tranquila. Colocó sus piernas, derecha e izquierda, en cada lado de mi cadera respectivamente.

Pasaron algunos minutos de esa forma y ya podía oír unos pequeños ronquidos, tan lindos y adorables, dignos del rey de estos adjetivos. Beomgyu es tan delicado, tan fino que es como un verdadero ángel. Dios exagero con los niveles de divinidad sobre él.

Cerré mis ojos para concretar la acción de dormir, pero si soy sincero, me hubiera quedado lo que restaba de la madrugada acariciando el cabello tan suave de Beomgyu o estirando sus mejillas.

Sé que no era un fin de semana, pero se sentía como uno, desearía que esa hora hubiera sido eterna.

Sé que no era un fin de semana, pero se sentía como uno, desearía que esa hora hubiera sido eterna

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desperté y ví un Beomgyu con sus piernas sobre mi cuerpo, pero su cabeza colgando de la cama. Procuré no reírme muy fuerte, pero eso llegaba a ser complicado, nunca creí verlo así y como cereza del pastel, su boca estaba abierta lo suficientemente grande como para que un bicho entrará por ahí.

—Beomie —susurré y agité delicadamente su cuerpo.

Balbuceó palabras que no logré entender, luego de un momento de reflexión, inferí en que me pidió más tiempo para descansar.

—Se hará tarde para que vayas a tus clases.

Negó con su cabeza.
No podía creer que aún no sintiera que puede caerse en cualquier momento y lo peor, se llevaría un gran golpe en la cabeza.

Lo convencí finamente luego de darle besos en las mejillas, se levantó con una velocidad increíble y me miró, sonrió y se fue corriendo de mi habitación. No podía creer que de ese chico estoy enamorado, es tan diferente al resto, cada aspecto de él es lo que me hace caer a sus pies cada que está cerca de mí o tan siquiera al ver una de sus fotos.

Al igual que él, yo debía correr a alistarme, quizás yo no iba a la universidad, pero pronto sería, solo me faltaba conseguir el dinero para pagar mis estudios, justo por esa razón trabajaba en la tienda de licuados.  

Intenté hacer todo rápido y funcionó.
Oí casualmente que la puerta de entrada se abrió, lo más seguro es que solo haya sido una ilusión de mi cerebro, pensé.

Caminé al comedor para robar alguna fruta de la mesa, desgraciadamente Dohyun estaba ahí. Suspiré profundamente y por desgracia, me escucharon aún cuando no quería que notarán mi incómoda presencia. 

La incomodidad podía notarse a millas de distancia.
Beomgyu aclaró su garganta y me miró, sabía lo que está buscaba. Dejé mi mente en blanco y me atreví a terminar con el silencio.

—Buen día, Dohyun.

Beomgyu sonrió muy feliz, eso hizo que dejará mi orgullo de lado. No creí a que fuera una mala decisión cumplir su petición para ser más amable con Dohyun.

Weekend | SooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora