Seis

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Quería salir corriendo, pero la adrenalina hizo que mis huesos se sintieran tiesos y lo impidió. Me mordí el labio inferior para no soltar el grito que está atorado en mi garganta provocando un nudo bastante molesto. Me aferré más al agarre de mi compañero, cerré mis ojos y oímos esa extraña y tenebrosa melodía. Las paredes parecen contraerse y la casa se vuelve un lugar lóbrego.

Nosotros dos escuchamos un grito  desesperado y dejamos caer las palomitas por todo el alrededor, dejé de apretar el brazo de Beomgyu y apagué la televisión.

—Fue mucho por hoy —dije tratando de respirar con normalidad luego de haber estado conteniendo el aire.

—Era entretenida —comentó Beomgyu sobre la película que acabábamos de ver, después encogió sus delicados hombros.

—Casi nos provoca un infarto.

—Pero eso no niega que tenga buena trama —suspiró —creo que no dormiré bien está noche, tendré sueños en los que ese mounstro me tortura y me deja al igual que esos pobres chicos.

—No te dejare volver a ver películas de terror —me levanté para encender las luces y ver con mejor claridad a Beomgyu mientras seguía hablando —. Me preocupo por ti, quiero que duermas bien, así que apartir de hoy estarán prohibidas dentro de la casa.

—No puedes impedir que me gusten. Lo divertido de las películas de terror es que sientas el pánico por tus huesos, que al ver en cualquier dirección sientas que te observan, que empieces a temblar cuando oyes los efectos especiales y la música de fondo —exclamó y sonrió ampliamente con cada palabra.

—Está bien, después veremos otra que tú gustes, ¿Vale?

Asintió muchas veces con su cabeza.
Yo, después de caminar un poco, me coloqué frente suyo y dejé un pequeño beso en su mejilla. El tono carmesí en toda mi cara no se hizo esperar, mis latidos intensos tampoco, ni siquiera mi estúpida sonrisa faltó en el momento.

Después de un par de suspiros, Beomgyu se levantó rumbo a la cocina, no quería hacerlo sentir incómodo, así que lo dejé ir. Me quedé cerca del sofá y empecé a recoger el desorden que había en la sala, palomitas por doquier y un vaso de refresco derramado.

Beomgyu regresó con una fresa en la mano y comió de ella, intenté aparentar que estaba ignorando su presencia y seguir con mi deber. Beomgyu golpeó levemente mi espalda, apenas y alcance a sentir su tacto, es como si una pluma hubiera rozado contra mi espalda. Lo miré, me sonrió, yo también lo hice

Aparté mi mirada cuando empecé a sentir necesidad de decir todo lo que sentía, todo lo que me hacía experimentar, algo que nunca había sentido y no podía decir que era un sueño porque en su mayoría, ellos son buenos, mi situación parecía una pesadilla, más que nada por estar amando al novio de alguien más.

Agobiante, aburrido y atroz, la tripleta que describió mi lunes

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Agobiante, aburrido y atroz, la tripleta que describió mi lunes. Durante el domingo –si hablabamos en presente, me refiero a ayer– la pasé mal, creí que Beomgyu iba a estar todo el día conmigo y no fue así, al menos la razón no me incomodó. Beomgyu salió a ver a sus padres, ellos fueron a Seúl desde Daegu para verlo y estuve feliz por él, yo extraño a mis progenitores en exceso.

Los señores Choi, no me quieren o eso es lo que creía. Cuando se enteraron que Beomgyu había rentando una habitación en su departamento, se molestaron. Cuando se enteraron que yo sería el inquilino, se molestaron y no se puede negar, no tienes que ser un experto en lenguaje corporal para notar toda la ira que salía a través de los poros de su piel al verme. Gracias a eso, Beomgyu los ve siempre en el mismo restaurante de comida italiana no tan lejos de casa.

Ellos adoraban –con gran sentido de la palabra– a Dohyun, lo admiraban y decían que es el ser más perfecto para Beomgyu, me daba rabia que ellos alimentarán más el ego de ese chico. Pensé que serían personas rectas y con un poco sentido común, lo digo porque Dohyun se ha comportado terrible con Beomgyu frente a ellos, pero les da igual, inferí que lo ven normal y me asusta.

Volvió muy tarde, me dijo que lo llevaron a muchos lugares para convivir, aunque la verdad, yo lo veo como que aprovecharon para no dejarlo tanto tiempo conmigo sabiendo que Dohyun salió de la ciudad. Empezaba a sospechar que saben todo lo que hacía con Beomgyu cuando estábamos solos en casa, la forma en la que lo alejaban de mí cada que podían, ponía esa teoría en juego.

Cuando desperté esa mañana, Beomgyu ya no estaba. Como siempre, solo me quedó hacer suposiciones, la más lógica fue que salió muy temprano a la universidad, el viernes se quedó llorando en casa, debió haber sido por eso. Aliste mis cosas muy rápido y de igual manera, salí temprano.

El día fue agotador y solo me estaba preparando para el viernes, ya estaba fuera y feliz. Me atreví a tomar el elevador y por suerte, sirvió, llegué seguro al noveno piso. Esa vez no olvide las llaves, inserté la indicada en la perilla y abrí

—¿Beomgyu?

Detuve mi respiración por un segundo, cerré mis ojos.

—Soobin, llegaste temprano.

Los abrí de nuevo.
Sabía que no debía llegar, debí haber cedido a ayudar a Jennie con las compras.

—¡Maldita sea, Soobin!

—¡Dohyun! —fue Beomgyu quien lo reprendió.

Suspiré, dejé mis cosas en el mueble y salí a mi habitación, era momento de dormir, aunque todavía era temprano.

No sé si seguir, me duele mucho mi mano =( Espero les este gustando la corrección jeje ^^

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No sé si seguir, me duele mucho mi mano =(
Espero les este gustando la corrección jeje ^^

Weekend | SooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora