Trece

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¿Qué puedo decir?
Lunes, descubrí junto a Yeonjun la visita de los señores Choi. Martes, Beomgyu solo apareció para alistarse e irse a la universidad, ni siquiera me dijo "Adiós". Miércoles, los horribles sonidos de besos por parte de Beomgyu y su novio molesto. Jueves, el agotador día de trabajo y la ausencia tan notoria de Beomgyu. Debo aclarar que no durmió aquí y si llegaba al departamento, solo era por minutos.

Desperté aquel viernes con la idea de que estaría ahí esperándome. No sé si sus padres están detrás de eso, pero al menos esperaba ansiosamente que el fin de semana fuera como los de siempre.

Todas esas ilusiones vacías que me hice mientras vivía un estado de éxtasis cuando Beomgyu estaba conmigo, fueron destruidas. Fuí un tonto, ¿Cómo pude creer que yo sería el chico del que terminaría enamorado? Definitivamente estaba llegando a mi máximo nivel de locura, necesitaba una señal de que hacer, pero a ese grado, ya era más que obvio que debía renunciar o simplemente todo se volvería peor todavía.

Fue difícil abrir mis ojos y entender que yo solo era el remedio contra la soledad que él sentía. Estaba tirado sobre mi cama, preguntándome si debo seguir actuando como un adolescente enamorado. Aunque quisiera quedarme a reflexionar todo el día, no podía, yo tenía que salir al trabajo y ganarme la vida que probablemente en ese momento veía como perdida.

Siempre supe que este lindo y horrible sentimiento sería un grave problema.

Aliste mis cosas y en media hora ya estaba frente al mostrador con un rostro tan apagado –como dijo Jennie– y que alejaba a las personas –como dijo Chaeryeong–. Ni siquiera podía darles explicación de mi pesar, lo más probable sería una ronda de burlas y eso era lo que menos quería.

Al parecer lo único bueno de ese día fue la aparición de Yoomi. Puedo decir que fue un buen apoyo, incluso sin decirle todo lo que sentía, me supo consolar. Estoy agradecido de que haya ido justo ese día. Mis dos compañeras vigilaban, eran tan obvias que fue casi imposible pasarlo por alto.

Yoomi fue la que me acompañó hasta casa, aunque yo intenté evitarlo, ella fue tan linda que no me dejó en ningún segundo, incluso se despidió de mí con un abrazo. Sentí la necesidad de llorar por lo conmovido que estaba, pero me contuve para no hacer que se preocupará por mí.

Finalmente entre a mi triste hogar, no era tan tarde –como de costumbre– pero aún así había una luz encendida. Supuse que había una de las tres personas que no quería ver ahí, pero definitivamente no podía hacer nada para evitarlo. Me dirigí a la cocina, puse en un vaso agua y la bebí en segundos, pude haber sufrido una deshidratación, pasaron horas desde que no tomaba ni una gota de agua.

Caminé por el pasillo hasta mi habitación con la sorpresa de que no había nadie en casa, pensé que seguramente esa luz se había quedado encendida desde la noche anterior, hasta que oí la puerta abrirse, ignore por completo eso y comencé a responder los mensajes de mis amigos. Oí voces, la inconfundible de Beomgyu y la odiosa de Dohyun. Si tan solo hubieras puesto atención, entendería porque parecían estar molestos. Luego de que la puerta haya sido cerrada agresivamente, dejé mi móvil a un lado y mire al pasillo. Al parecer Beomgyu no había notado que ya estaba en casa.

Me acerqué a su habitación con sigilo, tenía miedo de asustarlo. Me vio entrar, él estaba llorando. No iba a permitir que siguiera de ese modo, caminé hasta donde él estaba sentando y tomé su hombro. Nos miramos fijamente a los ojos, pude ver como los de él proyectaban tristeza. 

—¿Qué ha pasado? Te extrañé tanto esta semana —dije, pero ahora mi mano estaba acariciando su suave cabello.

—Lo siento mucho, ni siquiera hablé contigo —detuvo por un momento sus lágrimas, comenzó a hablar despacio, era tierno y doloroso.

—No hay problema —en realidad me sentí fatal, pero quiero creer que tuviste un buen motivo para hacerlo.

Se mantuvo en silencio, de un momento a otro, se levantó un poco su cuerpo para pegarse al mío y extender sus brazos pidiendo un abrazo, se lo dí, no escuché sollozos, pero puedo jurar que seguía sufriendo. Intenté darle ánimos con unas palabras, mientras él respiraba en mi cuello y se aferraba a no soltarme. Lo único que separó de mí, fue su rostro, nos miramos y sentí como mi corazón de detuvo por un instante, esos ojos me hacen sentir muchas emociones.

Estaba a punto de besar sus lindos y rosaditos labios, pero no pude porque la luz de esa habitación se iluminó y la voz femenina de una mujer no tan grande llamó a Beomgyu desesperadamente.

Nos alejamos, pero yo no pude dar la cara, Beomgyu salió a acompañar a su madre y yo abandoné la habitación cuando ellos ya no estaban cerca.

Me golpeé con la plana de mi mano una parte de mi rostro. Había olvidado que ellos estaban ahí y tenían acceso al departamento sin siquiera tocar la puerta.

—Estúpido Soobin.

¿Qué harían ustedes en su lugar? Yo me mato ª

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¿Qué harían ustedes en su lugar?
Yo me mato ª

Weekend | SooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora