Bad Habits

Capítulo 17 - Don't Love me like a Coward

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Hola! Quería dejarles el capítulo hoy después de haber roto demasiados corazones con el último capítulo 😉 Sinceramente siento que todo lo que escribo últimamente es una mierda pero quizás ustedes no opinen igual o al menos eso espero.

Si me quieren dejar algún mensaje, me alegraría mucho. ✍🏻💖

Espero que puedan disfrutar lo que escribí. 🙏🏻

QUEDAN 3 CAPÍTULOS PARA EL FINAL 💔

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 🚨🚨🚨 ACLARACIÓN 🚨🚨🚨

Raquel nunca le dijo ESTOY CONTIGO a Sergio en el hangar como en la serie. En esta historia es distinto como se presentan estas palabras tan bonitas.

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Raquel empujó la puerta intentando dejarlo fuera pero Sergio colocó el pie, trabándola.

- ¿En serio? ¿En serio crees que cerrándome la puerta en la cara voy a irme después de lo que me has dicho?

Raquel mantuvo la mano en la puerta pero bajó la mirada. No podía enfrentarlo, creía que lo había convencido fuera del bar pero después ella misma había perdido el control y lo había llamado porque necesitaba que él escuchara lo que sentía y ella necesitaba escuchar su voz por última vez.

Y así habiendo actuado con un dolor inmenso en el pecho, lo había jodido todo con un te amo.

- Me amas, Raquel y me costó muchísimo que lo admitieras cuando dejamos de jugar pero tú ahora me dices que el juego sigue.

Raquel mantuvo la mirada sobre el suelo sintiendo como su mano se aflojaba sobre la puerta y su corazón se calmaba porque él la estaba obligando a dejar de ser lo que nunca había sido, una cobarde.

- Vale! Seguimos jugando entonces, pues, yo tengo un juego para ti – empujó la puerta y entró en la habitación – Es el juego de las confesiones. A ver si ahora te atreves mirándome a la cara - hizo una pausa y respiró hondo – Porque yo voy a hacerlo ahora mismo a pesar de todo.

Raquel lo observó confundida, tendría que lidiar con las consecuencias de aquella reciente llamada después de todo y no estaba segura de donde sacaría la fuerza.

- Te estuve mintiendo todo este tiempo, Raquel y es el momento de decirte la verdad.

Raquel frunció el ceño ¿podía haberle estado mintiendo otra vez como durante el atraco? ¿Estaría él jugando con ella todo este tiempo?

Ella estaba dándole una excusa pero tendría el corazón roto si él de verdad hubiera estado fingiendo y más después de haberla engañado antes. No podría soportarlo, no otra vez, la aterraba que él siguiera hablando. No estaba segura de querer escuchar nada, prefería que todo terminara así sin ninguna explicación. Claro que en ambos casos su corazón terminaría roto y era mejor no vivir con la duda de lo que le podría haber dicho en esa confesión.

Ella volteó dándole la espalda, observó la habitación del hotel como si buscara la fuerza de voluntad fuera de su interior, la que necesitaba y que sentía que ya no tenía para alejarlo y mucho menos para escuchar sobre una mentira.

Karma, pensó.

Ella había decidido que en esta segunda vuelta de los dos se jugaría y ahora que ella no quería jugar más, él le proponía hacerlo. El señor que solo jugaba a los juegos de mesa y terminaba con un jaque mate en materia de atracos, aprendía rápido. Escuchó la puerta cerrarse y supo que ya no tenía otra salida, debía seguir jugando.