Capítulo 10 - P.S. I love you

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(Gracias a Estela (ydemalahostia) por la foto del header 🔺♥

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Hola! Primero que nada quiero decirles GRACIAS INFINITAS por tanto apoyo y tantos comentarios lindos que me dejan aquí, en twitter, en IG, es realmente increíble. Les confieso que nunca creí que la historia  fuera a gustar tanto. Quería hacer algo HOT como hice al principio en IG cuando empecé a escribir Serquel  fanfics hace unos años (wow, ya pasó tanto) pero no esperaba tanto cariño como el que estoy recibiendo así que sepan que no solo escribir me hace muy feliz sino recibir palabras tan alentadoras y cariñosas de todos ustedes.

Vale! Ahora sobre el capítulo...  

Finalmente, llegó EL capítulo esperado por todos ✍🏻

Quiero que sepan que no sentí mucha presión por escribirlo sino más bien muchísima, jjajaj porque sabía que tenía que ser perfecto y que la mayoría de ustedes estaban ansiosos por leerlo. Me costó muchísimo que quedara como quería porque deseaba que tuviera de todo y que fuera sexy, apasionado, emotivo, intenso, con deja vus y hasta algunos toques de humor así que si lo disfrutan....

Espero que me dejen algún comentario de lo que les gustó, si les gustó o lo que me quieran compartir porque creo que fue el capítulo que más canas verdes me ha sacado, jajaja

Tiene muchos detalles y es para leerlo con tranquilidad porque además está más largo que de costumbre.

A propósito, ya antes les di una pista antes sin querer de algo MUY importante en este capítulo así que les recomiendo que antes de leer bajEn hasta el final del capítulo y vean la foto que adjunté. Cuando lo lean, entenderán la razón de esta sugerencia. Ya saben que soy muy visual y quiero que ustedes lo sean conmigo 😉

Bueno, espero que les guste y que me cuenten qué les pareció cuando terminen. 

Que lo disfruten muchísimo de todo corazón!  🥰♥✍🏻

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No sabía qué hora era pero por el cielo rosado estaba seguro de que amanecería pronto. Una vez más no había podido dormir con ella a su lado y mucho menos esta vez cuando ella le había dicho que lo amaba. No importaba que no fuera a recordarlo, que lo hubiera dicho bajo los efectos del alcohol, él sabía que era cierto porque lo sentía cada vez que estaban juntos, cada vez que ella se entregaba a él como lo hacía, cada vez que la besaba y sentía que se perdía un poco más en ella. Cuando estaban juntos parecía que el pasado se empeñaba en resurgir para demostrarles que el presente valía la pena para que dejaran de jugar tanto y observaran que la historia entre ellos todavía no había alcanzado el punto final. Pero ella era orgullosa y había tenido que estar ebria para confesarle lo que todavía le pasaba con él. La amaba salvaje, atrevida, peleadora, no estaba seguro de que estuviera hecha de sangre y huesos sino más bien de tormentas y fuego, era un dulce caos constante, así la había conocido y así lo había enamorado. Pero verla así tranquila y dormida a su lado era otro nivel y no hacía más que cortarle el aliento. No habían sido demasiadas veces las que habían dormido juntos pero habían sido suficientes para saber que era la mujer de su vida y lo sabría para siempre, aún cuando no hubieran vuelto a verse, aún cuando no volviera a verla después de lo que pensaba hacer. En algún momento de la madrugada ella se había apoyado sobre su pecho probablemente creyendo que era una extensión de la almohada y había descansado la mano sobre su lado izquierdo. Si ella supiera lo natural que se sentía todo, que se veían como una pareja que nunca había vivido un engaño, un desencanto, un dolor que todavía persistía por lo que podría haber sido. La manera en que su cuerpo se había acercado a él había sido tan sutil y a la vez tan inocente que deseaba estar viendo una película para poder ir hacia atrás a ese segundo cada vez que quisiera. Hacía horas que aquella delicada mano estaba sobre su corazón y él solo había rogado porque no estuviera latiendo fuertemente como creía que lo estaba haciendo para no despertarla hasta alejarla de su lado. Había intentado respirar con cautela, había aprendido técnicas para combatir el stress y los ataques de ansiedad que podían surgir durante el atraco tres años atrás y ahora era tiempo de ver si recordaba cómo llevarlo a la práctica. Solo sabía que si hubiera podido dejar de respirar y así no temer perderla otra vez lo hubiera hecho sin dudarlo porque no deseaba tenerla lejos nunca más. Perderla no era una opción pero era una posibilidad que estaba ahí fuera sin importar lo que él hiciera. Aún así no bajaría los brazos hasta el final sin importar el resultado, por eso había decidido que la venganza sería la última jugada aún con ese riesgo latente de perderlo todo. La sintió moverse con dulzura como si estuviera inmersa en un sueño del que no quería despertar y decidió cerrar los ojos. Se moría por ver su mirada en la mañana, aquella sonrisa que lo desarmaba siempre, el calor de su cuerpo queriendo quedarse enredado en el suyo como si fueran las más cómodas sábanas pero si quería llevar a cabo su venganza, debía seguir el juego hasta el final. Sabía que ella no reaccionaría como si aquel fuera el comienzo del mejor día de su vida como podía pasarle a él, no lo admitiría y por eso muy a su pesar, lo mejor era hacerse el dormido y dejar que ella se fuera por la puerta.

Bad HabitsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora