Capítulo 21 - Read Me. Touch Me. Fuck Me.

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💥🔥💥

Hola! 

Bueno, después de mucho tiempo les dejo un nuevo capítulo. 

Aclaro que está bastante HOT.  Viene muy detallado y no es para leer en público 🔞🔥

El próximo será el ÚLTIMO CAPÍTULO así que espero que me acompañenen en el final de esta aventura on fire  🔥💔

Espero que les guste el capítulo y si es así, ojalá me dejen algún comentario. ✍🏻

Si leen, no cuesta nada y créanme que me haría muy feliz.

A LEER.... (hoy más que nunca) 👀🔥📖📚

💥

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Sergio escuchó un portazo y levantó la vista.

— ¿Todo bien, Raquel? ¿Pasa algo?

— No, no. Todo bien. Solo que al parecer la sorpresa se retrasó y no estará hasta mañana.

Sergio sonrió y se acomodó las gafas con el pulgar y el dedo índice.

— La sorpresa. Estás disfrutando no decirme nada ¿verdad? Te encanta la intriga.

Raquel abrió los ojos como si esas palabras la hubieran encandilado.

— Mira quién habla, Señor me llamo Salvador Martín y me dedico a hacer sidra cuando en realidad soy el atracador que va a arruinarle la vida a la inspectora a cargo del asalto — hizo una pausa y sonrió — O sea, a mí.

Sergio dejó el libro que estaba leyendo a un costado y sonrió, bajando la mirada. No podía refutarle nada.

— Me retracto. Esa sonrisa me arruina aún más — contestó Raquel predicando nada más que la verdad porque aquello que hacía tan inocentemente la ponía demasiado.

Él volvió a sonreír pero esta vez viéndola a los ojos. Le encantaba la manera en que coqueteaba con él cuando estaban solos. Siempre hacía que un simple cumplido fuera suficiente para que él la deseara cada vez un poco más. Era como si tirara lentamente de una cuerda para terminar teniéndolo a sus pies como un maldito esclavo y haciendo cosas que jamás hubiera imaginado hacer ni en sueños como tener sexo en lugares públicos o hasta en un bus como lo había convencido un par de horas atrás.

No podía negar que le gustaba la adrenalina y el juego del gato y el ratón en el que se habían involucrado desde que se habían conocido, le resultaba cada vez más excitante. La realidad era que ya no se cuestionaba demasiado cuando ella lo desafiaba a hacer algo salvaje aunque no estuvieran solos porque en el fondo se lo proponía con un atrevimiento y con un deseo que solo hacían que él quisiera probarlo todo con ella.

Porque con su mujer nunca se sabía donde estaba la línea de lo permitido y lo prohibido y eso lo ponía muchísimo. Sin embargo, cuando estaban solos él se permitía muchas más cosas. En el fondo seguía siendo esa especie de Clark Kent a la vista de todos al que solo ella podía convertir en Superman.

Se levantó de la cama y se acercó a ella rápidamente dejando que lo rodeara por el cuello.

— ¿Así que le arruiné la vida, Inspectora? — preguntó rozando su nariz con la suya.

— Bueno, en realidad me refiero a que me volví adicta a ti y te convertiste en un hábito. Un mal hábito. Nos pusimos a jugar a los policías y a los ladrones como dos niños y como en una película nos enamoramos y... ahora yo no puedo estar sin ti. Así que sí, estoy arruinada.

Bad HabitsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora