Bad Habits

Capítulo 14 - Smile at my Jealousy and Burn

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Hola! Una vez más pido disculpas por haber avisado la semana pasada que subiría este capítulo y al final no lo hice. No estoy en mi mejor momento, siento que todo lo que escribo no está a la altura, no solo con las fics, también me pasa en la vida porque estudio una carrera que tiene que ver con la escritura así que de todas maneras quise compartir lo que terminé escribiendo. Lo gracioso es que como siempre me costó arrancar y ya luego me ha quedado más largo que se costumbre, jajaja

En fin, si les gusta, me encantaría saberlo porque estos días no me haría mal algo de cariño.

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Que lo disfruten. Tiene de todo, están Martín, Andrés y Ágata como invitados especiales y hay humor, mucho hot y como siempre mucho amor como debe ser con Serquel. 🤍🔥

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- Vaya, vaya – dijo Raquel moviendo la copa de champagne en su mano - ¿Quién iba a decirte que te darían una distinción algún día? Tú y yo sabemos que estabas más cerca de recibir una condena que una distinción – sonrió – ¿No viste con que entusiasmo te aplaudían aquellas jóvenes a las que les das clase? – levanto las cejas y revoleó los ojos – Demasiaaaaado entusiasmo.

Había sido una expresión extraña, pensó Sergio. Si hubiera tenido gafas las habría bajado como una profesora exigente que... exige una respuesta inmediata. Se acercó intentando disimular aquella mueca que estaba convirtiéndose en sonrisa.

- No me digas que estás celosa, Raquel Murillo.

- Ya quisieras – dijo volteando en dirección a los libros para evitarlo. La realidad era que estaba segura de que nadie podía ponerlo como ella por más joven y guapa que fuera pero tampoco le gustaba que la competencia estuviera al acecho – Además, si supieran que eres unos de los atracadores más buscados del mundo, a lo mejor las niñas se asustan – cruzó los brazos por detrás de su cuello y mordió su labio inferior – Todo lo contrario a como yo me sentí cuando supe que Salvador no existía y que era nada más y nada menos que aquella sexy voz detrás del teléfono que me había obligado a llamarlo igual que como te llaman ellas. Profesor – susurró sobre sus labios para terminar provocándolo con la punta de la lengua.

Profesor. Aquella última palabra había sonado como un orgasmo auditivo, nunca se cansaba de escuchar la manera en que ella lo llamaba por aquel apodo con el que se habían conocido cada vez que se ponía cachonda.

- ¿Ah, sí? ¿Así te sentiste? – preguntó él acomodándose las gafas mientras ella asentía con la cabeza - Pues, yo cambio este premio y todas las veces que me llaman Profesor tan solo por escuchar ese apodo de tu boca – dijo mientras la acercaba de la cintura y la besaba en los labios – No hay dinero ni premio que se compare con esta boca.

Raquel enterró los dedos en su cabello y volvió a besarlo con más fuerza. Ambos desviaron la mirada, había ruido y se escuchaban voces, a lo lejos los invitados estaban entrando ya al salón de aquella gran biblioteca pasada la ceremonia. Raquel se separó de sus labios pero él mantuvo el brazo alrededor de su menuda figura.

- ¿Estás tratando de ligar, Marquina? – no pudo evitar sonreír – Como si necesitaras endulzarme el oído. Desde que estamos juntos ligas todas las noches. No pongas esa cara de pobrecito – dijo Raquel sabiendo que no había verdad más absoluta que esa.

Sergio sonrió y asintió con la cabeza. Era cierto, siempre ligaba y más de una vez, por todas las veces que no había ligado en su vida, ella lo había cansado bastante ya pero era un placer agotarse así con la mujer de su vida. Ambos se separaron cuando el bullicio en el salón comenzó a ser más intenso. Cada vez que se rozaban eran como dos cerrillas contra una superficie rugosa y sabían que pronto comenzarían a arder.