CAPÍTULO 20

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Danisa:

Las cuerdas blancas se tiñen de rojo delante de mis ojos, son lo único que puedo ver en toda está oscuridad.
MI muñeca del brazo derecho todavía sigue sangrando, de apoco, pero sigue, las gotas de sangre recorren lento la piel de mis manos, algo incómodo «todo en está situación es incómodo».
Escucho y siento los pasos de alguien que se acerca, y en toda está oscuridad donde sólo veía cuerdas, ahora sobre salen dos ojos enormes que iluminan en su color celeste, con sus pupilas negras exorbitantes(una mirada llena de locura).
No veo sus rostro, solos sus ojos, y algunos espejos (que no reflejan nada), el reflejo de un libro abierto lejos de mi, y ella...

La asesora del departamento de Policía tendida en el suelo, con los pies sangrando, la mirada en el techo, (mirada apagada, sin vida).
Su cuerpo cubierto con sangre, su poca ropa desgarrada... Y
De fondo la oscura risa de un loco.
Risas acompañadas de ecos de pasos y otras voces extrañas, y ruidos de golpes secos contra una pared.

Cierro los ojos al notar la mirada loca e hipnotizante sobre mi.
Siento su respiración en mi rostro, una respiración fuerte, (entre carcajadas grandes). Su aliento tiene un hediondo hedor a putrefacción, tan fuerte que hace que mi estómago se revuelva y la poca comida que llevaba dentro suba hasta mi garganta, dejando un horrendo sabor a vómito.

Algo gotea sobre mi:

Abro los ojos, y todo volvió a ser normal «Si es que alguna vez algo fue normal».
La luz blanca del hospital ilumina como siempre, «Tan molesta, como siempre».
Isabel está hablando con Luana, mientras caminan por el pasillo.

Un día normal. Pensé, y realmente lo es.

Suspiro de alivio y me encaminó hacia mi área de trabajo, contando los pasos:
Uno, dos, tres, cuatro, cin...

La pierna se me hunde en el lodo, el lodo del pequeño bosque cerca de donde vivo; las ramas se enredan en mis piernas y de fondo escuchó gritos, gritos, y más gritos de una chica pidiendo ayuda, una voz que se me hace familiar. Y sí, lo es.
Es la voz de Isaura, (La chica que murió hace más de 6 años) Pero ¿por qué?... Si ella murió, ¿Qué hace aquí?

-Los secretos pesan...

-¿Pesan?.

«Pregunta estúpida, sin sentido, obvio que pesan, todos lo saben, no hay que ser un gran genio para eso. Los secretos tienen su chiste, mientras más grande son, más son las ganas de contarlos».

-más de lo que puedes imaginar.

La voz de Isaura, era firme pero algo chillona, pero en este momento es oscura y fría, aunque de algunas risas ante cada palabra.

-¿Dónde estás?...

«De nuevo otra pregunta estúpida ¿No aprendes nada de las películas de terror Danisa? ¿Crees que te responderá? ¿En serio? No entiendo de donde sacaste tanta idiotez. ¡Usa esas pequeñas neuronas!».

-En tu mente, siempre estaré ahí, nunca te libraras de mi recuerdo, nunca soltaras nuestro secreto...

-¿Nuestro? de que...

-tu secreto, tus manos manchadas con mi sangre, Danisa.

Sus palabras se clavan en mis pensamientos, «¿Mis manos, su sangre?»

-Mis manos, su sangre -Pronuncie en voz alta como si hubiera alguien más en este bosque que me escuchara.

Los ojos de Isaura están blancos, su mirada penetra en mi como un baúl de recuerdos encontrados...

Pero sé, yo sé que todo esto es un sueño, del cual no logró despertar; cierro y abro los ojos cada cinco segundos para lograrlo, pero no hay caso; cada vez que los abro sólo está Isaura más cerca de mi:
Con sus brazo izquierdo estirado hacia delante, pero con la mano caída, como si tuviera quebrado algún hueso en el antebrazo; su cabello lacio, (ahora oscuro, cuando en realidad siempre fue de un castaño claro) le cae por los hombros, y también cubren gran parte de su rostro. Dejando así visible sólo su ojo izquierdo y parte de sus pequeños labios, rojos, pero sombríos, sin ninguna mueca ni expresión.

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