Capítulo 43: Home

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Capítulo 43: Home

Me había levantado de la cama hace casi una hora. Era casi las 3 de la tarde y Marianne aun no despertaba. Quizás estaba más agotada de lo que creí. Además no podía quedarme con un psicópata viéndola dormir hasta que despertara. Así que había optado por salir de la cama y empezar uno de esos cientos trabajos que tenía atrasados.


No lo diría frente a ella, porque sabía que se sentiría culpable, pero ese viajecito a casa me había salido caro. Debía un parcial sorpresa  y me había atrasado por lo mínimo en dos materias. Las cantidades de tareas y trabajos que tenían me iban a tener ocupado por las siguientes dos o tres semanas. Genial, más problemas para conquistarla.


Era como si el universo se alineara para que yo no pudiera estar con ella. Esto me tendrá alejado de ella por semanas. Y súmale a eso su miedo de relaciones a distancias, su terquedad, y su necesidad alocada de mantener la amistad, o y claro, ella aún cree que me gustan los hombres. Si solo supiera que no ha habido otros desde Steve. Ya no veo a los chicos de esa manera. Creo que nunca lo hice, o sea al principio me gusto esa sensación de experimentar algo más, pero a medida que paso el tiempo, solo le seguía haciendo como una especie de hobby. Un molesto hobby. Un hobby que debía cortar por completo.


-Hola- salte asustado y varios papeles que tenía en mi mano cayeron. Una risa se escuchó y yo alce mi mirada. Marianne estaba parada ahí en medio de la sala con solo una vieja camiseta mía.- ¿Tareas?- mire las hojas en mi mano


-Algo así- dije acomodándolas en el suelo con los demás libros que tenía apilados- ¿Dormiste bien?- ella camino hasta mí y se sentó cruzando las piernas aun con las medias blancas. Eso me hizo recordar que no tenía ropa interior detrás de esa ropa. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no gemir. Debíamos hablar.


-Sí. ¿Qué hora es?


-Las 3 de la tarde- ella abrió los ojos sorprendida


-Wao, cuanto he dormido- jugo con el borde de mi camiseta- ¿Llevas mucho tiempo despierto?


-Nunca me dormí. No estaba cansado- eso la hizo sonrojar levemente.


-Oh…- estuvimos en silencio durante un rato- ¿Cómo paso lo de Lindsey con Samuel?- Yo la mire debatiéndome entre hablar o no hablar- No me mientas


-Samuel contuvo sus ganas de pegarle a Chris toda la noche y se enfocó en beber. Creo que estaba en algo así como de necesidad. No lo había visto con ninguna mujer luego de Elena- Marianne se quedó pensativa, mientras su mirada se perdía a través de la ventana.


-No que tu sepas- la mire confundido- Creo que Samuel tiene una doble vida- tuve que contener una sonrisa. Claro que la tenía. No me sorprendía si debajo de su cama había esposas y látigos- Samuel es tan controlado y tan paciente, que parece irreal. El oculta algo, que, no sé; pero algo me dice que Samuel le gusta esos rollos de momento. Coger a una chica y follarla rápido ¿Me entiendes?- yo asentí- Creo que él es casi como un rompecabezas imposible de resolver.


-Siempre ha sido así. Creo que Elena fue la primera en abrirse a través de todas esas capas.


-Si…- murmuro. Ella me miro y no sabía descifrar su expresión. Era algo así entre culpa y dolor- Me tengo que ir…


-Cosa que no quiero- eso le saco una pequeña sonrisa


-Pero sabes lo que significa- yo asentí. Lo sabía- No quiero perder a mi mejor amigo


-No sé porque tienes la loca idea de que más a perder. El mundo fuera de aquí se puede estar acabando, pero yo jamás me alejare de ti. Ni aunque tú misma lo quieras- sus ojos se llenaron de lágrimas y se abalanzó sobre mí en un abrazo.

Mi Convivencia Con Los Sexys Chicos Almanza: Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora