Capítulo 31 Hermanos

217 8 0
                                    

Capítulo 31

Hermanos



-Así que de verdad estas diciéndome que estas saliendo con un chico. O sea sabía que te gustaban, pero no sabía que andabas con uno- pregunte mientras comía un poco de nerds, de la cajeta familiar que Alex me había comprado

-Estoy intentándolo señorita- dijo quitándome de los nerds

-¿Lo conozco?- pregunte intentando quitarle la cajeta

-No, pero solo lo he besado. Aun no sé si lo llegues a conocer- yo lo mire

-¿Es guapo?- él asintió, tomando otro puñado de nerds- ¿Te gusto besarlo?

-Fue diferente, pero no desagradable- yo sonreí

-Te gusto- le dije maliciosamente- Debe ser raro ¿No? Besar a una persona de tu mismo sexo. Siempre he sentido la curiosidad de saber que se siente besar a una chica

-Yo soy medio chica ¿Cuenta?- yo negué divertida

-No- le respondí. De pronto fuertes jadeos y gritos se escucharon de la habitación continua- ¿Esos son Elena y Samuel?

-Aja. No pueden mantener sus manos alejados uno del otro. Son como una pareja de recién casados- yo me reí-¿Quieres una coca- cola?- yo asentí

-Voy yo a buscarla. Necesito estirarme un poco- él se encogió de hombros y tomo su laptop en las piernas

Sin colocarme mis zapatos, camine por el pasillo. Los gritos se escucharon más fuerte al pasar por la puerta de Samuel. Elena tenía buenos pulmones. Llegue a la mitad de las escaleras, pero me detuve abruptamente al ver a Emanuel teniendo sexo en el sillón de la sala. Ambos estaban desnudos y desde donde estaba parada podía ver a Emanuel entrar y salir en la chica. Sintiéndome una fisgona me di vuelta y regrese a la habitación.

-Oye y las sodas- Alex frunció el ceño

-Tu casa es como una fraternidad universitaria- él rio

-Emanuel, está teniendo sexo también ¿No?- yo asentí

-Eso tardara, ven y ve unas fotos que Richard- camine y me senté junto a Alex, aunque no le prestaba mucha a atención al guapo chico que me mostraba. Estaba más bien reviviendo lo que había visto abajo. Aún era virgen y no sabía cuánto tiempo, permanecería así, pero ver lo que Emanuel le hacía a la chica y como ella lo disfrutaba, no sé… fue… excitante.- Ey lo estas mirando con lujuria- parpadee sorprendida. Alex me mostraba una foto del chico sin camiseta. Lindos abdominales- Sabes, no me importa compartir- yo me reí y le pegue en su cuerpo divertida. Debo a aprender a controlar mis pensamientos pecaminosos.


---------------.-------------------

-Oh sí…Emanuel… sigue así- gemí mientras sentía a Emanuel embestir sobre mí. Después de todo si terminamos teniendo sexo en el sillón, antes de que Samuel llegara.

-Vamos Marianne- Emanuel agacho su cabeza y chupo uno de mis pechos- Samuel está por llegar, debes venirte- hice un mohín de descontento. Aun no quería que acabara. Emanuel noto mi malestar y sonrió divertido. Claro, a él le divierte esto. Emanuel bajo su mano hasta mi botón del placer, donde empezó a mover sus dedos en círculos de manera ruda.

-Oh mierda- grite mientras me venía, muy seguida de Emanuel.

El cuerpo de Emanuel cayó sobre mí de manera cansada, aunque debíamos levantarnos y vestirnos rápidos antes de que Samuel llegara.

-Mmm… Marianne… creo que no te gustara esto, pero creo que tuvimos espectadores- abrí mis ojos confundida y mire a Emanuel, que tenía su vista fija en la ventana.  Y él tenía razón, justo en el edificio de al frente, dos adolescentes de entre 12 a 14 años nos veían con los ojos y la boca abierta.

-Ah…- grite avergonzada intentando levantarme, apartando a Emanuel, pero solo logre quedar estrellada contra el suelo. Emanuel aún seguía en el sillón y me miraba divertido

-Estas consiente que tenemos ventanas hasta el suelo y que nuestros queridos espectadores aun te ven completamente- fruncí el ceño enojada

-En vez de estar diciendo idioteces, pásame algo para cubrirme- Emanuel alcanzo su camiseta y me la lanzo. Dándole la espalda a la ventana me coloque la camisa de Emanuel que por suerte me llegaba debajo de mi trasero- Esto es lo que ganamos por andar teniendo sexo desenfrenado en el sillón. -Emanuel se sentó y me tomo de las caderas acercándome a él. Aún seguía desnudo.

-Eso no es problema. Le dimos porno gratis- me guiño un ojo y yo le pegue en el hombro- No te preocupes, esos chicos lo más que habían llegado a ver de una mujer desnuda era todo proveniente de revistas para adultos… Hasta ahora

-Y ahora están viendo como luce un pene erecto en un adulto- Emanuel agacho su mirada y sonrió

-¿Quieres ayudar?- yo bufe y me separe de él

-Samuel debe estar por llegar. Así que no, levántate y vístete- él se levantó y su 1.85 quedo en evidencia frente a mi 1.75 de estatura

-Tú tienes mi camiseta- susurro, pegando su frente a la mía

-Te la devolveré una vez tenga mi ropa nuevamente puesta- Emanuel envolvió sus manos en mi cintura

-Me gusta tenerte así. Es más excitante- yo sonreí

-Bien, pero no será la ocasión. Vamos los minutos corren- él gruño en descontento y me beso duramente

-Bien. Vamos a vestirnos- yo sonreí divertida, por verlo enojado, mientras se separa y buscaba sus bóxer entre el montón de ropa

Logre dar con mi short y camiseta, así como con mis bragas; las cuales misteriosamente fueron a parar encima del televisor.

Apenas llegue nuevamente a la sala, vestida, y le lance la camiseta a Emanuel; escuche la puerta principal ser abierta. Samuel entro con tres cajas grandes de pizzas en sus manos.

El olor a pizza recién hecha lleno el apartamento y despertó a mi estómago. No bromeaba cuando dije que estaba hambrienta.

-Hey- nos saludó Samuel desde la entrada. Yo sonreí y fui hacia él plantándole un beso en su mejilla

-Me alegra que estés devuelta- “Aunque dos horas más de retraso, no hubiesen venido mal” dije para mis adentros-  Y con comida, no he desayunado- Samuel frunció el ceño y miro a Emanuel que había mantenido la distancia

-¿No me digan que siguen enojados?- pregunto Samuel intercambiando la mirada entre Emanuel y yo

-No, ya nos contentamos- dije, concentrada más en el olor a pizza, que en las preguntas de Samuel- ¿Ya puedo tomar un pedazo?- pregunte esperanzada

-Espera- el las aparto de mí. Yo hice un puchero- Debo mostrarte algo- yo fruncí el ceño confundida.

-¿Qué? ¿No fuiste a Boston y en cambio te fuiste a las Vegas? ¿Te hiciste un tatuaje? Para ver- dije intentando alzar la camisa de Samuel, pero él se separó de mi tacto

-No, si estuve en Boston y te traje una sorpresa- yo lo mire expectante a lo que diría

-¿Qué es?- él sonrió  

-Entra- grito hacia el pasillo. Yo lo mire confundida ¿A quién llamaba? ¿Un perro?

Mis dudas fueron resueltas cuando un cuerpo apareció por la puerta. Lo reconocería donde fuera. Su oscuro cabello esta desordenado, sus hombros lucían tensos, sus manos estaban ocultas en los bolsillos de su pantalón  y su mirada estaba en algún punto en el suelo.

-Alex…- lo llame, él suspiro lentamente y alzo suavemente la mirada. Sus ojos avellanas se encontraron con los míos. En sus ojos se reflejaban miedo, angustia y un poco de tristeza.

Apenas me miro supe, que si aún tenía algún enojo hacia él, este ya había desaparecido. Por lo tanto no lo pensé dos veces, cuando camine-corrí hacia Alex lanzándome sobre él. Fue recibida con un fuerte abrazo.

-Lo siento- murmuro en mi oído. Yo lo abrace más fuerte

-Ya olvidémoslo- me separe y tome sus manos- Está todo bien- el me miro y sonrió mientras me atraía nuevamente en un abrazo

-Pero…- volvió a hablar en mi oído

-Hablaremos después- dije el asintió, mientras ocultaba sus rostro en mi cuello, donde inhalo suavemente, pero se separó rápidamente. Sus ojos me veían con confusión, como si estuviese buscando y analizando minuciosamente algo. Yo no entendía que pasaba, así que decidí hacer una pregunta para romper la tensión en el ambiente- ¿Te vas a quedar a comer?- pregunte, y miro a los hermanos que la miraban fijamente. Samuel la miraba con pokerface, porque de verdad no podía definir en que estaba pensando, pero Emanuel no lucia muy feliz.

-Pensaba ir a casa de mamá y papá…- pero fue interrumpido por Samuel

-Quédate, después de todo creo que a Marianne le gustaría hablar un poco contigo. Después puedes ir y visitar a mamá y papá

-Pero…- lo mire suplicante- Bien, me quedare- empecé a dar saltitos de felicidad, mientras tomaba la mano de Alex y lo guiaba hacia la cocina, de paso tome la mano de Emanuel  también.

Senté a Alex en la mesa mientras  tomaba asiento junto a Emanuel, que lucía un poco molesto. Eso era raro, hasta solo unos minutos él estaba completamente feliz. Alex por otro lado lucía un poco consternado y perdido. Aunque para mí esto si era un poco raro, estaba sentada con los dos hermanos con los cuales había tenido sexo. Muy raro.

-¿No vas a saludar a tu hermano?- pregunte tomando la mano de Emanuel por debajo de la mesa. Emanuel salto sobresaltado y me miro, para luego mirar a Alex

-¿Cómo estas, Alex?- el susodicho entrecerró los ojos en dirección a Emanuel

-Bien y ¿Tú? Muchas chicas cerca o ya dejaste las andanzas- pregunto como si buscara algo. Emanuel sonrió de lado

-Un par- se encogió de hombros ¿Un par? Solté inmediatamente su mano. Ugh, quería pegarle en su bonito rostro por idiota

-Aquí la pizza- dijo Samuel colocando las cajas de pizzas en la mesa. Hongos y jamón, combinación piña con peperonni. Oh bendito seas comida chatarra.

Sin pensarlo dos veces alargue mi mano y tome un trozo de la de piña y peperroni. Con solo darle un solo mordico, se me hizo agua la boca.

-Mmmm… amo esta pizza, el sabor picante del peperoni junto a la acidez dulzona de la piña, lo vuelve en una combinación casi orgásmica- dije mientras tragaba la pizza. Abrí mis ojos y me encontré con tres pares de ojos mirándome fijamente, ¿Qué? ¿Tenía un trozo de pizza en el rostro?- ¿Por qué me miran?- pregunte frunciendo el ceño

-Recuerdas aquella conversación que tuvimos cuando te mudaste. Las cosas que no debías hacer cuando comíamos- dijo Samuel lentamente como si estuviese conteniendo al hablar

-¿De qué… Oh, sí lo siento. No palabras sexuales en la mesa, mientras comemos. Claro, lo había olvidado- les sonreí y comí de mi trozo de pizza en silencio

Escuche tres suspiros a la par y vi como ellos empezaban a tomar trozos de pizzas.

-No puedo creer que tuvieras razón- Alex alargo la mano y tomo un trozo de pizza de la misma que yo comía- A ella de verdad le gusta esto- miro la pizza- ¿Siquiera está bueno?

-Está delicioso- le dije

-Ves, yo no miento y ella tampoco. Tiene un buen sabor, cómela- Alex era muy tradicional en cuanto a comida se refería, muy pocas veces se arriesgaba a probar algo nuevo

-Un trozo y si esta malo jamás la volveré a probar- Samuel se encogió de hombros. Emanuel nos veía en silencio en nuestra pequeña

Alex tomo el trozo de la pizza de piña con peperoni; y se lo llevo a la boca masticándola lentamente. Durante lo que pareció un minuto Alex mastico degustando el trozo de pizza. Luego de tragar nos miró a cada uno y volvió a darle otro mordisco. Oh sí, habíamos ganado. Le gusto.

-Esta… bien- dijo Alex. Los tres sonreímos divertidos- Ustedes ganan- nadie dijo nada, pero cada uno nos regodeábamos interiormente- Cuénteme… ustedes dos- nos señaló a mí y Emanuel- ¿Ya se arreglaron?

Mire a Emanuel que bajo la mirada a su plato y yo creo que me sonroje. Más obvios no podíamos ser.

-Sí- respondí yo- El viernes

-¿Y no se han peleado de nuevo?- pregunto Samuel, mientras Alex me miraba fijamente. Casi  podía sentir su mirada buscando la verdad

-Cosas pequeñas- respondí

-Apuesto que no duran hasta el viernes sin tener una gran pelea- dijo Alex tomando otro trozo de pizza. Emanuel levanto la mirada y miro a Alex enojado. No le había gustado para nada ese comentario

-Eso no es cierto. Nosotros no pelearemos más- dijo con voz irritada. Alex lo miro sorprendido, alzando las cejas

-¿Las cabras vuelan? Ustedes no aguantaran  ni una semana sin lanzarse algo a la cabeza. Samuel, llámame cuando eso suceda- Samuel lo miro y rio levemente. Él tampoco creía en que no pelearíamos más

-Nosotros no pelearemos más. Es tan difícil creerlo- Emanuel estaba de verdad irritado, desafiando con la mirada a Alex. Tome la mano de Emanuel por debajo de la mesa y le di un leve apretón a su mano. Mire a los chicos y dije

-¿Cómo fue su fin de semana? ¿Divertido?- pregunte, intentando cambiar de tema.

-Considerando que me tocó ver a Alex la mayor parte del tiempo leyendo de un libro de Bioquímica, creo que fue divertido- respondió Samuel. Alex aparto su atención de Emanuel y miro a Samuel

-No es cierto, salimos anoche ¿No? Y no te quejaste hasta donde pude ver- Samuel se sonrojo levemente

-¿Quiero saber que sucedió?- pregunte mirándolos a ambos, mientras tomaba otro trozo de pizza

-No-respondió Samuel rápidamente. Yo lo mire, pero él me aparto la mirada. ¿Qué habrá hecho?- Mejor comamos

Pasamos el resto de los minutos comiendo pizza. Yo solo tome 4 pedazos, mientras que los demás se los comieron los chicos. Aun no comprendía como no engordaban con la cantidad industrial de comida que los tres comían. No las pasamos hablando, mientras comíamos sobre el fin de semana de los chicos, sin saber lo que hizo Samuel, y sobre la fiesta a la que asistimos yo y Emanuel. Obviamente omitimos ciertos detalles. Por suerte Emanuel se relajó y se comportó más normal. Hasta hizo sus comentarios, tan de él.

-Estoy tan llena- dije, los tres chicos me miraban divertidos- No entiendo cómo pueden comer tanto sin que les cause nada

-Somos chicos- yo rodee los ojos

-Eso es obvio- me acomode en mi puesto- Alex- lo llame. Él levanto la mirada- ¿Podemos hablar?

-Claro- respondió tranquilamente

-¿En mi cuarto?- ahora me miro sorprendido y trago sonoramente, mientras asentía levemente

Me levante de mi puesto y empecé a salir de la cocina, pero antes de salir por completo me percate de Emanuel que parecía perdido en sus pensamientos.

-Alex y Samuel creen que me pueden dejar unos minutos a solas con Emanuel

Ambos asintieron y salieron de la cocina dejándome a solas con Emanuel.

-¿Qué sucede cariño?- le dije en oído, mientras lo abrazaba por el cuello. Él se reclino contra mis manos

-No tienes miedo de que mis hermanos te vean- yo me reí suavemente

-Bueno si nos ven, tendremos mucho que explicar, pero admito que prefiero ocultarlo hasta que seamos más serios- el asintió mirando la caja vacía de pizzas- ¿Estas celoso de Alex no?- todo el cuerpo de Emanuel se tensó. Creo que todo esto podría ser peor si Emanuel supiera me verdadera historia con Alex- Lo sé, estas celoso de tu hermano- le deje un beso en su mejilla- Confianza Emanuel, confianza- le dije contra su mejilla

-Lo sé, Marianne- suspiro y planto un beso en mi mano- Ve y habla con mi hermano. Había olvidado que ustedes dos están peleados, ve y arréglate con él- yo sonreí y mire para ver si alguien me estaba viendo. Nadie. Me incline y plante un beso en sus labios

-Ahora, yo iré a hablar con Alex y tú te quedaras con Samuel charlando sobre el fin de semana, sin entrar en detalles pecaminosos- el rio, mientras yo me separaba y salía para encontrarme con Alex y Samuel que charlaban en el sillón.

-Listo- dije- Alex ¿vienes?- él asintió y se levantó llegando hasta mí. Empecé a subir la escalera con Alex siguiendo.

Abrí mi puerta y le di espacio para que entrara. Una vez dentro, cerré la puerta con llave.

-Tu cuarto luce igual que el de la casa de tus padres- yo me reí, mientras iba y me sentaba en sillón junto a la ventana- Y hasta tienes tu rincón de lectura

-Debía tenerlo. Este sillón lucia tan tentador apenas lo vi- él río y se sentó junto a mí

-¿Cómo has estado? ¿Bien?- yo asentí, y me mordí el labio nerviosa

-Una semana algo agotadora y estresante, pero puedo decir que estoy bien- él alargo la mano y acaricio mi mejilla

Sé que le había dado una oportunidad a Emanuel, pero el toque de Alex aún me causaba efecto.

-Me alegro que Samuel me haya convencido de venir, definitivamente necesitaba hablar contigo. Pensar que tal vez seguías enojada conmigo me estaba volviendo loco- yo suspire y me abalance abrazándolo. Él me respondió inmediatamente estrechándome contra su cuerpo.

-Ya no estoy enojada contigo. No sé ni porque me enoje. Debo entender que ya tienes una vida además de mi- Alex rio suavemente contra mi cabello.

-Tú siempre estarás como la principal en mi vida- yo sonreí contra su pecho- Además Steve y yo…

-No, no quiero saber- dije tercamente. Alex nuevamente rio

-Steve y yo ya no tenemos nada- yo alce mi rostro y lo mire sorprendida

-¿No es por mí? ¿Cierto?- aunque sinceramente internamente estaba un poco feliz. Sentí a Alex tensarse y lucir nervioso- Alex no tomes decisiones por…

-Para ahí señorita. Termine con Steve porque no me interesaba como pareja. Es un gran chico, pero creo que jamás funcionaria. Además ya me encontró reemplazo- yo fruncí el ceño

-¿Tan rápido?- Alex me miro divertido

-Cierto, debería estar sintiéndome mal ¿No? Me han reemplazada tan rápido- el sonó dramático, pero sabía que estaba bromeando. Yo me reí y me acomode  en su pecho, nuevamente,  mientras el me abrazaba

-¿Cómo logro Emanuel tu perdón?- pregunto mientras acariciaba suavemente mi espalda

-Chocolate- respondí simplemente

-Por supuesto, como no se me ocurrió, debí haber traído un poco- yo sonreí-Y de verdad han estado bien durante todo el fin de semana- yo aparte la mirada de él

-Más o menos, discutimos un poco el viernes, porque me dejo botada en la fiesta

-¿Te dejo botada?- casi grito. Tuve que tomar su mano para que no saliera por la puerta a pegarle a Emanuel

-Se disculpó y el planeaba recogerme, pero igual Peter me trajo

-Eso no justifica nada- dijo

-Basta, él se redimió. Anoche hubo noche de tormenta- él me miro con los ojos abiertos- Él lo hizo bastante bien, tranquilizándome

-¿Estas bien?- yo asentí- ¿Segura?

-Sí, mejor hablemos de otra cosa - recordar la noche anterior, me dejaba un poco caliente y no era bueno teniendo a Alex cerca.

-Ok ¿Qué más puedes contarme? Me contaron que te encontraron besándote con alguien- yo me tense. Grandioso cambio de tema. De seguro también me iba a regañar

-Sí, fue algo… perturbador de ver cuando paso ¿También me vas a acusar?- sentía el cuerpo de Alex tenso contra el mío

-No me hizo feliz cuando me entere y de seguro si hubiese estado ahí, hubiese enloquecido, pero como tu acabas de decir ahora tienes una vida además de mi- yo suspire

-Entonces eso quiere decir que si ahora vieras a Carter entrar por la puerta, no te entrarían ganas de pegarle

-Demonios si, si quisiera pegarle, pero eso te haría enojar, así que tal vez optaría por una sutil amenaza- yo me reí, acomodándome en el asiento

-¿Sutil? Tú no eres muy sutil, pero apremio tu esfuerzo por no enloquecer- él se encogió de hombros- Pero mejor cuéntame tú sobre tu fin de semana con Samuel. El mío no fue tan interesante- bueno, si supieras- ¿Dime que hizo Samuel?- Alex se removió incomodo

-Samuel y yo salimos, anduvimos un poco por la ciudad, me acompaño a estudiar y el sábado en la noche fuimos a un bar- dijo un poco nervioso, mientras veía a través de la ventana. Él estaba evitando mirarme a los ojos.

-¿A un bar? ¿Ustedes dos solos? ¿Samuel se emborracho?- dije pregunta tras pregunta ansiosamente. Nunca había visto a Samuel borracho.

-No, fuimos con mis amigos y Samuel tal vez si se emborracho un poco- aún seguía sin mirarme

-Espera ¿Amigos? ¿Chris estuvo ahí?- inmediatamente me levente y me pare frente a él- ¿No me digas que Samuel sabe de lo que paso entre nosotros?

-Cálmate- Alex se levantó y me tomo por los hombros- Samuel no sabe nada sobre lo que paso en Boston- yo suspire aliviada- Pero Chris si estaba ahí- el pánico volvió a mí- Pero ambos se comportaron. Le pedí a Samuel que no abordara nada y Chris no hizo hincapié en el asunto. Nuestro secreto esta aun a salvo- lo mire aliviada y me aparte de él volviéndome a sentar

-Entonces ¿Qué fue lo que hizo Samuel? Se trepo y bailo sobre una mesa- él rio permaneciendo parado frente a mí

-No, pero no te lo puedo decir. Él me mataría- yo resople, permanecimos en silencio unos minutos- ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Claro- yo lo mire

-Sé que me habías dicho que no te arrepentías de acostarte conmigo, pero dime la verdad ¿Te arrepientes?- yo lo mire directamente a los ojos

-No, no me arrepiento de que hayas sido mi primera vez- él sonrió y se agacho tomando mi rostro. Oh no, me iba a besar, pero antes de que pasara me aparte rápidamente- No, me prometiste que no más besos- “Y yo le prometí a Emanuel, que no habría más nadie”. Alex suspiro en mi rostro y en vez del beso en mi boca, lo dejo en mi frente

-Sí eso es lo que te hace feliz- murmuro y luego se apartó- Creo que será mejor que me vaya. Me gustaría pasar un buen rato como mamá y papá- yo asentí- ¿A qué hora iras la universidad?

-Tengo clases a las 8

-¿Y cómo te vas?- pregunto

-Normalmente me voy con Samuel los lunes-él asintió lentamente

-Bien, pues dile a Samuel que se vaya solo, voy a llevarte a la universidad. Así pasamos un rato juntos antes de irme nuevamente a Boston ¿Qué te parece?

-Me encantaría- me levante y lo volví a abrazar a Alex- Como me gustaría que esta visita fuese más larga

-A mí también- murmuro en mi cabello- Pero debo volver- Alex se separó de mí y dejo un beso en mi mejilla- Nos vemos mañana a más tardar 7:30

-7:30, claro- él sonrió y acaricio suavemente mi mejilla

-Hasta mañana, descansa

-Igual- se separó y me dio una última sonrisa, mientras salía de la habitación.

-Oye espera- le grite antes que saliera por la puerta- ¿Por qué no te quedas a dormir aquí?

-¿En tu habitación?- pregunto alzando una ceja- Pensé que ya no querías hacer esas cosas

-No me refiero a eso, bobo- él sonrió. Él estaba jugando conmigo- Me refiero en el apartamento

-Sé que mi cuarto está ahí esperando por mí, pero de seguro no está amueblado y arreglado; y para serte sincero no me llama dormir otro día en el sillón

-¿Otro día?- pregunte confundida. ¿A qué se refería con otro día? El me miro divertido

-Me voy, Marianne- me guiño un ojo y cerró la puerta  tras de él.

¿En el sillón otra vez? ¿Qué diablos significaba eso? ¿Su cama se dañó?

Luego que Alex se fuera. Emanuel se fue alegando que debía terminar de arreglar unos asuntos, por lo cual me quede sola con Samuel toda la tarde.

Y aunque de verdad intente sacar a la luz lo que había hecho en Boston no lo pude lograr. Lo más que logre sacarle fue que la había pasado bien junto a Alex, y que de verdad había extrañado a su otro hermano. También le pregunte sobre si de verdad había ido a averiguar sobre mi discusión con Alex, y termino aceptando que esos si habían sido sus motivos, pero que al estar ahí los había olvida completamente. Aunque claro, aun quería saber que había pasado entre nosotros dos. Pero se tuvo con conformar con saber que ahora estábamos bien.

Ambos nos quedamos hasta las 9 de la noche realizando tareas pendientes, que debíamos entregar en el transcurso de la semana, e incluso a esa hora Emanuel aun no volvía al apartamento. Me preguntaba si tal vez estaba enojado o algo así, puesto que durante el almuerzo no lucia muy feliz. Luego de comer unos emparedados junto a Samuel, cada uno subió a su habitación, para comenzar descansar. Aunque yo, después de bañarme, me quede un rato más leyendo, para un parcial que tenía el miércoles.

Eran las 10:30, cuando escuche la puerta del apartamento abrirse, de seguro se trataba de Emanuel, aunque no me atrevía a salir y preguntarle en donde había estado. Así que opte por seguir leyendo mi libro de Tópicos. Cuando el reloj marco las 11:30 decidí irme a dormir, aunque no estaba muy feliz, porque Emanuel aun no pasaba por mi habitación ni tan siquiera para decir “Buenas noche, Marianne. Duerme bien”, y eso que lo había escuchado moverse por todo el apartamento en la ultima hora.

Me estaba casi durmiendo cuando sentí unos brazos envolverse alrededor de mi cintura.

-Te ibas a dormir sin esperarme- murmuro Emanuel en mi oído. Yo me gire y lo encare- ¿Qué? ¿Qué hice ahora?

-Mira yo no voy a ser de ese tipo de chicas que te acosan y te preguntan a cada hora del día en donde estas, pero tampoco deberías desaparecer así hasta casi medianoche- dije, con una necesidad de cruzar mis brazos en mi pecho, para hacer énfasis, pero la posición no me lo permitía

-Oh, estabas preocupada por mí- dijo divertido mientras jugaba con un mechón de mi cabello- Pero si llegue hace una hora

-Lo sé- rodee los ojos

-¿Entonces? No me hubiese importado si ibas y me recibías con solo una tanga y sostén- yo suspire

-Eso no iba a pasar- dije. Él sonrió

-Soñar no cuesta nada. Además tengo una razón por la cual llegue tarde- yo alce una ceja. Emanuel se separó y se movió hasta tomar algo del suelo. Era una bolsa de regalo- Toma, creo que te va a gustar- yo lo miraba confundida, pero  igual me acomode en la cama para poder ver el interior de la bolsa

Dentro envuelta alrededor de papel de regalo, se encontraba una bola de nieve, de esas que uno ve para navidad. La saque y la tome en mis manos observándola bien. Y cuando logre ver que era, las lágrimas empezaron a formarse en mis ojos.

-El año pasado me tiraste tu bola de nieve, haciendo que esta se rompiera en mil pedazos. Sabía cuánto amabas esa bola firmada por Celine Dion, de edición limitada. Ese día lloraste y me mandaste a la mierda como cien veces. Este- tomo la bola en sus manos- era mi verdadero regalo de perdón

-¿Así que no era ese delicioso Muffin?- él sonrió

-Esa era mi opción uno, está la opción dos. Debía esperar a que esta llegara

-Te debió salir caro- él se encogió de hombros

-Tengo mis contacto ¿Te gusto?- yo asentí

-Me encanto- me acerque y envolví mi mano en su cuello atrayéndolo a un beso

-Espera- dijo separándose y tomando la bola en su mano y colocándola en mi mesita- Ahora sí, fue difícil de encontrar y no deseo que esta también se dañe

Yo sonreí y lo volví a atraer besándolo, esta vez sin nada de por medio. Sus labios se movieron suaves sobre los míos, mientras me recostaba sobre la cama.

-No podemos tener sexo con Samuel en la habitación de al lado- dije sobre sus labios

-¿Podemos ser silenciosos?- dijo alzando una ceja de manera maliciosa. Yo me reí y recorrí con mis dedos su definido pecho

-Lo dudo- él hizo un puchero- pero podemos dormir juntos, eso sí debes irte antes del amanecer

-Me parece justo- Emanuel me acomodo sobre su cuerpo, mientras yo me recostaba sobre su pecho- Duerme, princesa

Mi Convivencia Con Los Sexys Chicos Almanza: Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora