Capítulo 2:
Formas de Despertar Al Estilo de Samuel
La presentación estuvo terminada a las 4. Samuel fue muy inteligente e hizo un poco de café para mantenerme al día. Una parte de mí se sentía muy orgullosa por nuestra presentación. Los dos éramos estudiantes de arquitectura, lo sé, se deben estar preguntando ¿Cómo? Si él es un año mayor que yo. Bueno, después de graduarse, él había decidido tomarse un año sabático e ir a otro país a estudiar un idioma. Así que termino matriculándose conmigo en una de las universidades técnicas más importante de la ciudad. Por lo tanto ahora los dos somos compañeros.
Nuestra presentación, a entregar, consistía en crear una maqueta donde mostráramos lo que nos gusta de leer. Por suerte, Samuel es un lector al igual que yo; así que no fue tan difícil encontrar nuestro enfoque.
Después de terminar, Samuel se despidió alegando que debía encargarse de unos asuntos; y así dejándome sola en el apartamento. Bueno, no sola. Emanuel no había salido en todo el día de su habitación, pero sabía que no duraría mucho. La pizza que había encargado no debería tardar tanto en llegar, y cuando se trata de comida, digamos que el olvida cualquiera cosa.
Estaba a mitad de mi libro, cuando el timbre sonó. Dejando atrás mi libro y mi manta, fui a la puerta. Ahí estaba el repartidor de pizza, al principio no lo reconocí, pero después supe quién era.
-Rubén, hola- dije sonriéndole, a un viejo amigo de la escuela- ¿Ahora eres repartidor de pizza? ¿Qué sucedió con la tienda de deportes?
-Hola Marianne- el me entrego la pizza- No funciono
-Lastima- dije- ¿Cuánto es?
-20.60
-Ok- dije tomando mi bolso y pasándole 25 dólares- Quédate con el resto
-Gracias- el sonrió- Fue un gusto volver a verte, Marianne
-Lo mismo digo- dije sonriéndole y cerrando la puerta
Con la pizza en mano, camine hacia cocina y busque un plato para unas pizzas. Como amaba la pizza de combinación. Viviría de ella si fuese posible. Estaba saboreando mi primer trozo, cuando alguien entro en la cocina. Quite la atención de mi pizza y vi hacia la entrada de la cocina. Emanuel seguía sin camisa, aunque no me sorprendió, estaba a punto de creer que sufría de déficit de camisas. El no avanzo más de la puerta, él se quedó solo ahí parado mirando entre la cajeta de pizzas y a mí.
-12 horas fue todo lo que duraste en huelga de hambre- dije dándole un mordisco a mi pizza- ¿Sigues enojado? Después de todo, ¿Por qué estás enojado?
-Me mojaste con agua fría- dijo entrando a la cocina y sentándose a mi lado
-Oh por favor, tú me chupeteaste- dijo apuntándolo con mi dedo
-Sobre eso, te juro que no recuerdo nada. Tengo una laguna mental ¿eso es normal?- pregunto confundido
-Creo que no, quizás las noches de fiestas te están pasando crédito. Ya estas viejo- dije dramáticamente
-Tengo 20 años- dijo indignado
-En la edad media, era como tener 30- dije tomando otro trozo. Y le di una sonrisa malvada.
El me miro frunciendo el ceño
-Eres una mala persona- yo me reí, mordiendo la pizza.
Iba a decir un ingenioso comentario cuando el teléfono del apartamento sonó. Me estire en la silla, para tomarlo. Cuando sentí como una mano impactaba en mi trasero. Indignada con el teléfono en mano, me voltee a ver a Emanuel, que se reí divertido. Iba a darle un buen golpe cuando el teléfono volvió a sonar. Dándole una mirada enojada, conteste el teléfono.
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Mi Convivencia Con Los Sexys Chicos Almanza: Parte 1
Roman d'amourEllos son 3 chicos. El idiota, el amigable y el amoroso. Y yo, por otro lado, soy la chica que tiene el desafío de convivir con ellos y además de averiguar de cuál de ellos esta de verdad enamorada. ...