Capitulo 12: Por El Paseo de La Verguenza

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Capitulo 12

Por El Paseo de La Verguenza

Vivíamos en una ciudad a solo 65 km de Boston llamada Worcester. Era un buen lugar para vivir. Teníamos un centro comercial, había buenos clubes y las universidades estaban entre las mejores del país. Definitivamente era un buen lugar para vivir.

Todos crecimos en una barriada residencial a las afuera de la ciudad. La mayoría de las casas siempre estaban lejos de la ciudad. Siempre recordare ese lugar. Fue el lugar donde crecí, donde me caí de la bicicleta por primera. Donde conocí a mis mejores amigos; y hoy debía volver para cenar con los padres de esos amigos.

O sea, no me malinterpreten. Los papas Almanza eran dos de las personas más maravillosas personas que conocía. Alice, la mama de los chicos, era todo un amor. Sinceramente la considero como a una segunda madre. Ella siempre deseo una niña, pero solo tuvo varones, así que a mí me veía como la hija que no pudo tener. Eso no quiere decir que no ame a sus hijos, ella daría la vida por ellos si fuese posible. Jhon, el papá, era un muy paciente hombre y muy amable; era una gran persona. Además de ser guapo, algo que sus hijos supieron heredar muy bien. Alice era una diseñadora de interiores retirada, desde que los chicos cumplieron 5 decidió quedarse en casa a criarlos. Jhon en cambio era un médico.

Podría decir que mi problema con esta cena, era la presencia de mis padres. Ahora, no me vuelvan a malinterpretar. Amaba a mis padres, eran dos de las personas que más amaba en el mundo. El problema con la cena es que mis padres van a querer saber que está pasando en mi vida, ahora que vivo lejos, o tan lejos como ellos no me pueden custodiar las 24 horas del día. Y con Emanuel y Samuel juntos no sabía a qué atenerme. Solo esperaba que Emanuel no mencionara que amaba pasearse por la casa en ropa interior. O que Samuel comentara mi pésima imitación de Britney Spears del sábado con Emanuel, mientras bebíamos.

Solo esperaba que esos dos se comportaran.

Me mire en mi espejo de cuerpo completo y me gusto lo que vi. Llevaba un lindo e informal vestido de flores, con un cinturón en mi cintura, unas plataformas que combinaban con el vestido y mi cabello iba suelto. Mis ondas caían sobre mis hombros de una hermosa forma. Esperaba que se mantuviera así. Mi maquillaje era moderado, pero bastante acuerdo a lo que vestía. Si, estaba orgullosa de mí.

Tome mi celular y una pequeña bolsita junto a una chaqueta para el frio. Cuando baje a la planta baja solo me encontré a Samuel viendo televisión aburrido.

-¿Y Emanuel?- pregunte parándome frente a él. Samuel como por arte de magia despertó y me miro con los ojos abiertos, viéndome fijamente. Fruncí el ceño ante su mirada. Me mire el vestido y estaba tan impecable como hace un momento en mi habitación- ¿Qué pasa? ¿Se me corrió el maquillaje?- me toque el rostro, haciendo énfasis en mi pregunta. El sacudió su cabeza como saliendo de un trance y se levantó, mirándome. Había algo raro en esa mirada. Algo distinto

-Estas perfecta- murmuro. Yo incline mi cabeza confundida

-Esto... gracias- lo mire y luego negué. Raro. Pase a su lado y me senté donde antes estaba él sentado - Y entonces, ¿Emanuel?- le pregunte, mientras cambiaba de canales

- En su habitación- volvió y se sentó junto a mí. Me miro y luego quito la mirada rápidamente- Es peor que una mujer- yo reí

-Eres su hermano y jamás lo habías notado. Hasta yo que vivía en la casa de a lado  lo note- el rio

-¿Qué puedo decir? Soy distraído- dijo encogiéndose de hombros

-Demasiado diría yo- me detuve en un canal, que estaba pasando Iron Man. Oh, yo amo a Iron Man

Mi Convivencia Con Los Sexys Chicos Almanza: Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora