Athena entra en el gran hospital y todos la miran con intriga.
—¿Athena Jones? —Pregunta una señora morena de ojos cafés mientras se acerca a ella.
—Sí.
—Yo soy Miriam, la jefa de enfermeros. La llevaré al área de casilleros.
—Ok —Athena la sigue hasta una habitación donde hay un sin número de personas cambiándose de ropa. Al entrar, en seguida ve a Patricia así que va hacia ella. —Hola —La saluda desanimada
—A ver —Se refiere a su anillo. Athena se lo muestra y una brillante sonrisa aparece en su rostro. —Es justo el indicado para ti —La castaña se coloca la bata médica y sale de la habitación junto a su amiga.
—¿Por qué siento que todo el mundo me mira? —Pregunta Athena un poco avergonzada.
—Todos se enteraron de que eres la prometida de Damon.
—No me digas que todos conocen a Damon.
—Sí.
—¡Yupi, que divertido! —Dice fastidiada y entra en una habitación para atender a su primer paciente.
Las horas van pasando lentamente hasta que llega la hora de almorzar, Athena se reúne con Patricia y van hasta la pequeña cafetería.
—Hola —Las saluda un hombre de algunos treinta y tantos, de ojos azules y buen cuerpo. Lleva bata medica lo que indica que es doctor. —Tú debes ser la nueva cirujana general —Le ofrece la mano a la castaña y está la toma.
—Athena Jones, un placer.
—Víctor Rodríguez, el gusto es mío. ¿Puedo tomar asiento?
—Claro —En silencio, los tres siguen almorzando hasta que una enfermera se acerca a ellos.
—Doctora Athena, su prometido está afuera. Dice querer hablar con usted —La mirada de Víctor va directamente a ella ya que en ningún momento creyó que la hermosa y pequeña castaña de ojos verdes estaría comprometida.
—Muchas gracias —Se pone de pie y va hasta un banco a las afueras del hospital donde se encuentra su prometido. El lugar perfecto para poder hablar libremente. —¿Qué haces aquí?
—¿Cómo es eso de que no quieres una boda religiosa?
—¿Viniste hasta aquí por eso?
—Puede que sí. Mi madre tiene la ilusión de planear nuestra boda y no permitiré que arruines su sueño —Le habla con aquel tono de superioridad que desde que lo conoció a odiado.
—Mira, Damon. Estoy cansada de tu actitud, no me interesa quien se haya ilusionado con planear la boda, lo que me interesa es casarme contigo para que así el acuerdo sea oficial. No me casaré en una boda religiosa solo para engañar a la prensa porque a Dios no seré capaz de mentirle. Nos casaremos de forma legal y punto —Las palabras de su prometida logran dejarlo sin habla. Es la primera mujer que lo desafía de tal forma.
Los ojos de Damon inspeccionan a detalle el rostro de la pequeña mujer frente a él. Cabello hasta los hombros, labios perfectos, ojos verdes, pestañas largas y abundantes. Los segundos se convierten en minutos y, Damon y Athena permanecen mirándose fijamente a los ojos, como si nada a su alrededor tuviera importancia, como si el frío mundo pudiera ser calentado por sus intensas miradas y el tiempo se detuviera
<<No, no puede ser. ¿Por qué miro a Damon de esta forma? No me puedo permitir perderme en el verde siniestro y misterioso de sus ojos, o en las largas pestañas que los resguardan, o en sus rosados y deseosos labios perfectos. No puedo continuar mirándolo de esta forma o las cosas saldrán mal>>. Piensa Athena dándose pequeños golpes mentales para así apartar su vista de él.
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Jugando al matrimonio, me enamoré de él.
JugendliteraturLos Jones y los Silverio, dos familias muy unidas. Desde hace más de treinta años han compartido la vida y la empresa, pero ahora también compartirán la familia ya que por ciertas circunstancias, sus herederos Athena Jones y Damon Silverio, deberán...