Athena despierta al sentir una extraña sensación en su hombro, abre los ojos y se encuentra el rostro de su esposo recostado en su hombro. Debido a la poquita barba que comienza a crecer en su rostro, ella siente un poco de comezón. Él se ve tan relajado y sereno, justo como se ha visto en esta última semana.
Poco a poco, sus feroces ojos verdes comienzan a abrirse mostrándole la octava belleza del mundo.
—Buenos días, esposo mío —Lo saluda la castaña con una sonrisa.
—Buenos días, preciosa.
—Tu barba me despertó, me hace cosquillas. Creo que ya debes rasurarte.
—Tal vez o tal vez... —No termina la frase ya que comienza a hacer cosquillas a su esposa. Ella solo va vestida con unas bragas y una de sus camisetas, que de por cierto le queda como un vestido, pero al moverse, la camiseta se sube dándole a Damon una increíble vista de su pequeño y hermoso cuerpo. El timbre se escucha en el primer piso y en respuesta Damon suelta un quejido.
—Debo abrir —Habla Athena en medio de risas.
—No, quédate.
—¡Debo abrir la puerta, puede ser importante! —Ríe.
—¡No! —Le hace cosquillas.
—¡Damon, debo abrir! —Se pone de pie como puede, baja al primer piso del departamento corriendo y se dirige directamente a la puerta. Abre y ve a una morena espectacular frente a ella, su rostro se le hace conocido, pero no identifica de dónde —Hola. ¿Qué necesita? —Pregunta con aquella sonrisa propia.
—Por lo que veo, Damon reemplazó a Julia. ¿Dónde está él? —Pregunta entrando en lleno al departamento sin siquiera ser invitada.
—¿Disculpe, quién es Julia y quién es usted?
—Julia es la ama de llaves y supongo que Damon la reemplazó contigo.
—Supone mal, soy Athena Silverio, la esposa de Damon.
—¿Dónde está él?
—¿Para qué quiere verlo?
—Ese no es tu asunto.
—Me disculpa, pero ciertamente sí es mi asunto. Damon es mi esposo.
—¡Felicidades, querida! —Habla con cinismo.
—¿Amor, quién es? —Pregunta Damon bajando las escaleras, vestido solo con un pantalón de pijama, pero al ver la mujer frente a su esposa se queda estático. —¿Micela, que haces aquí?
—¿Micela? —Reacciona Athena recordando a la mujer que apareció en el periódico junto a su esposo.
—¿Cómo te atreves a preguntar qué hago aquí? Me dijiste que viniera ya que te desharías de tu esposa —Habla con todo el cinismo del mundo.
—¿Qué? —Reacciona Athena y mira a su esposo quién mira furioso a la mujer. —¡No puede ser! —Cruza por el lado del rubio con intención de subir las escaleras, pero los gritos de este se lo impiden.
—¡Athena, escúchame!
—¡No, Damon. Tú escúchame! —Se gira hacía él. —¡No te quiero ver jamás en mi vida! —Sube a su habitación donde se encierra.
—¿Por qué carajo viniste? —Le pregunta enojado a Micela.
—Vine a recordar los maravillosos momentos que pasamos juntos.
—Eso quedó en el pasado. Ahora con la única persona que me interesa crear recuerdos es con Athena, mi esposa y te voy a pedir que te largues.
—Puede que ahora quieras eso, pero te conozco. Te cansarás de ella y regresarás a mí.
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Jugando al matrimonio, me enamoré de él.
Novela JuvenilLos Jones y los Silverio, dos familias muy unidas. Desde hace más de treinta años han compartido la vida y la empresa, pero ahora también compartirán la familia ya que por ciertas circunstancias, sus herederos Athena Jones y Damon Silverio, deberán...