Tres años después...
—Buenos días, Luisa. ¿Damon está libre? —Le pregunta Athena a la asistente del antes mencionado llegando al piso en el que se encuentra la oficina de su marido.
—No, señora. El señor se encuentra en una junta aunque ya está terminando, si gusta puede sentarse a esperarlo.
—Claro —Se sienta en uno de los sillones de espera viendo cómo sus pequeños hijos juegan entre ellos. Toma una de las tantas revistas puestas allí para hacer la espera más agradable y comienza a pasar las hojas sin interés alguno. —Destiny, sé más cuidadosa, recuerda que Darell aún es muy pequeño —Le reprocha a su segunda hija. Aparta la mirada de la revista y ve a su hija mayor quien está un poco distanciada. —¿Amely, puedes venir aquí? —La rubia camina con pasos lentos, en medio de refunfuños hasta sentarse junto a su madre.
—¿Qué pasa, mamá?
—Eso te pregunto a ti, ¿quieres decirme que pasa y por qué peleaste con esa chica o prefieres esperar a tu padre?
—Quiero hablar con papá... —Habla en un tono de voz muy bajito.
—Claro, sería extraño si no —La puerta de la sala de juntas se abre y un grupo de personas, hombres y mujeres, salen de allí. La castaña se pone de pie y se acerca a Luisa nuevamente. —¿Ya puedo pasar?
—El señor aún se encuentra con una señora, es la representante de la empresa Morel.
—¿Qué? —Mira hacia la puerta sintiendo como una gran rabia se apodera de ella. —Permiso.
—Señora, no puede entrar si antes yo avisarle.
—Luisa, creo que lo mejor es que salgas de mi camino —Sugiere y está le hace caso. Abre la puerta y ve como una gran mesa ocupa la mayor parte de la habitación. Hace mucho que no visitaba las oficina de la revista debido a su trabajo, el cuidado de sus hijos y el hogar.
En un extremo de la mesa, dándole la espalda divisa a su marido y al lado izquierdo de este, una rubia plástica fingiendo ser París Hilton.
—Por estos pasillos escuché maravillas sobre usted... —Le dice al rubio en un intento de seducción, sin percatarse de la presencia de la castaña. —Han dicho que era un hombre que complacía bastante a las mujeres... —Pasa su uña falsa de color rojo sobre la manga de su saco.
—Sí, pero eso era antes de casarse —Habla la castaña ingresando en el espacio. Encantado por la situación, los labios del rubio se curvan en una sonrisa.
—¿Disculpe? ¿Usted es?
—Soy su esposa y la única mujer que ahora complace. Sino es mucha molestia voy a pedirle que se retire.
—¿Qué? ¿No sabe quién soy y de qué compañía vengo?
—Sí, sé que es una representante del señor Morel porque fui yo quien lo recomendó con mi esposo y estoy segura de que él se sentirá más que decepcionado al saber que su representante está más interesada en que el señor complazca sus deseos carnales a que firme el documento —Se acerca a la mesa y se posiciona del lado derecho de su marido, quedando de pie. —Así que, creo que lo mejor es que se valla y le diga al señor Morel que lo estamos considerando.
—Permiso —Se levanta, recoge sus cosas y sale de la habitación.
—Athena Silverio, esposa ejemplar, madre de ensueño y mejor cirujana del país, ¿celosa, por mí? —Cuestiona el rubio coqueto poniéndose de pie.
—Sí aunque también deseo golpearte, dejaste que esa mujer te coqueteara.
—Estaba a punto de decirle algo cuando mi magnífica mujer entró —Se acerca a ella. —¿Y los niños? —Le pregunta al oído ya que está se encuentra de espalda hacia él.
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Jugando al matrimonio, me enamoré de él.
Подростковая литератураLos Jones y los Silverio, dos familias muy unidas. Desde hace más de treinta años han compartido la vida y la empresa, pero ahora también compartirán la familia ya que por ciertas circunstancias, sus herederos Athena Jones y Damon Silverio, deberán...