—Bienvenida, hija —Saluda el señor Noel Jones a su hija y niña consentida, Athena.
—Gracias, papá —Baja del auto con ayuda de su padre y ve la mansión que fue su refugio en malos tiempos, pero que en los buenos fue olvidada. —La casa sigue igual que antes —Opina con una sonrisa.
—Bueno, llevas casi diez años en Barcelona, estoy segura de que algo cambio —Bromea su madre, la señora Estefanía Jones, acercándose a ella.
Los cálidos y reconfortantes brazos de su madre vuelven a rodearla y a regalarle aquella seguridad y confianza que tanto extrañaba. El abrazo finaliza cuando los Jones deciden ingresar en la casa familiar.
Conforme Athena se va introduciendo en su interior, pequeñas fracciones de recuerdos aparecen en su memoria. Hace años que no pisaba ese lugar, pero los recuerdos siguen estando a flor de piel.
—Tu habitación sigue justo como la dejaste —Le dice su padre.
—Subiré a darme una ducha.
—Está bien, cariño. A tu padre y a mí nos gustaría hablar contigo luego.
—Claro —Athena sube las escaleras y va hasta la que era su habitación aunque nunca la ocupó por mucho tiempo.
Pasó la mayor parte de su vida en internados alrededor España aunque eso no la detuvo de tener la clásica vida de chica millonaria que acostumbra a gastar la fortuna de sus padres.
En los tantos internados en los que estuvo conoció a grandes amistades que marcaron significativamente su vida como Jessica, una mexicana de intercambio quien la ayudó con problemas de autoestima, pero lamentablemente perdió contacto hace tres años. Carlos, con quién tuvo una bonita relación que luego se convirtió en una amistad aunque por un absurdo pleito dejaron de hablarse. Y Jared, quién ha sido su mejor amigo desde el principio hasta la actualidad aunque hace dos meses se separaron porque a él se le presentó una emergencia familiar y tuvo que abandonar el hospital en el que juntos trabajaban.
A pesar de ello, siguen manteniendo una estrecha amistad, al igual que con Patricia, su mejor amiga de toda la vida. Con ella inició en los internados y los finalizó aunque hace algunos años, cuando Patricia terminó la carrera de enfermera profesional, regresó aquí (Los Ángeles) para ejercer dicha carrera. A Athena le costó dos años regresar aunque no se lamenta.
Dejando de lado sus pensamientos, decide ingresar a la ducha y darse una de aquellas duchas liberadoras que suele darse luego de un largo turno en el hospital. Su cuerpo se relaja completamente mientras el agua recorre cada fibra de su ser, llevando consigo todo residuo de cansancio.
Después de unos minutos, Athena sale de la ducha y se coloca algo cómodo. Son apenas las dos y treinta de la tarde, en la noche se encontrará con Patricia ya que ella se encuentra de turno hasta la noche. Su cabello llega hasta sus hombros lo que hace más fácil la tarea de peinarlo aunque está vez decide dejarlo suelto ya que se mojó en la ducha.
—Hola, ¿dónde están mis padres? —Le pregunta a una empleada que iba cruzando por el pasillo con dirección a la cocina.
—Bienvenida, señorita Athena —La saluda girándose hacia ella. —Sus padres se encuentran en la oficina del señor Noel.
—Gracias —Se aleja y va al ala norte de la mansión dónde se encuentra el despacho de su padre. —¿Se puede? —Pregunta frente de la puerta.
—¡Adelante! —Escucha la voz de su madre en el interior. Abre la puerta y los encuentra sentados frente a la chimenea. Sus rostros están mucho más serios que cuando los vio hace unos minutos y por la cara de su padre debe suponer que es algo serio de lo que quieren hablarle.
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Jugando al matrimonio, me enamoré de él.
Novela JuvenilLos Jones y los Silverio, dos familias muy unidas. Desde hace más de treinta años han compartido la vida y la empresa, pero ahora también compartirán la familia ya que por ciertas circunstancias, sus herederos Athena Jones y Damon Silverio, deberán...