14 de Febrero

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Los exámenes se acercaban en aquel frío invierno, pero nadie estaba realmente concentrado en eso. Nicolás llevaba tiempo considerándolo y al fin estaba decidido: La invitaría a salir.

Miranda se las había ingeniado para hacer una sorpresa obviamente para nada ostentosa ni brillante. Los globos rosa y el olor a chocolate inundaba todo el cuarto. Le había dejado un pequeño presente a cada una de sus tres compañeras sobre sus camas. Había intentado recoger un poco el cuarto pero el espacio de Amara no daba más de apuntes y libros tirados por todas partes. Había una sola explicación: TIMOS.

Amara habitualmente era tranquila y alegre con sus amigos, sin embargo era cuestión de que se acercara la más mínima evaluación para que la frágil estabilidad emocional de la prefecta se quebrara y olvidara muchas veces hasta comer. Cada vez que eso pasaba, Laura tenía deseos incontrolables de aventarle los libros por la cabeza y mandarla a dormir.

Malía por su parte tenía siempre muchos vasos o tazas en su mesita de noche y uno que otro libro de romance que solía comentar con sus amigas.

Miranda rió por lo bajo viendo las fotos que habían en la habitación. Todos esos buenos momentos que habían pasado eran tesoros dentro de su corazón. Recordaba cada aventura y cada palabra. Los bailecitos de Lau, las canciones de Amara y los chistes y cumplidos de Malía.

Terminó de poner los globos dorados y se fue hacia el Gran Comedor.

Natalia estaba dormida como un tronco cuando los gritos de Hillary la despertaron.

-POR MERLÍN ES UNA CITA!- Exclamó la prefecta de los tejones agitando una carta en sobre rojo y dorado en su mano.

Diana se la quitó de las manos y Fer se acercó a leer.

-¿Qué hacen ustedes aquí?- Dijo, disimulando el rastro de baba que corría por su mejilla.

-Dios, que cursi es...- Diana se la dio a Fer.

-Yo creo que es tierno.

-¿Pero qué cosa es?

Natalia no entendía nada. El sobre rojo pasaba de mano en mano mientras sus amigas discutían si era algo tierno o exageradamente cursi.

Hillary la levantó de un brazo y la arrastró hasta la ducha sin siquiera dejar que la tejona se desvistiera.

-Escúchame bien, zorra. Vas a ducharte y vestirte bonita y vas a ir a verlo con tu mejor sonrisa.- Natalia intentó decir algo pero fue callada con el gesto de la prefecta.- Te callas.- Hillary la miró en la ducha bajo el agua helada y le aventó el shampoo mientras Natalia seguía completamente desconcertada y vestida.- Báñate.- A Natalia no le quedó opción más que hacer caso y comenzar a ponerse shampoo aún sin sacarse la pijama.- Luego de eso van a ir al gran comedor y van a tener un MUY ROMÁNTICO ALMUERZO. ¿Escuchaste?- Natalia asintió en silencio, castañeando los dientes por el frío.- Me lleva la verga que no encendí el agua caliente.

-¿Puedo preguntar con quién voy a salir?- Natalia cortó el agua, con espuma en el cabello. Hillary le dio el papel rojo.

"Querida Natalia:
Espero que estés muy bien.
Te extiendo esta invitación a que pases el día del amor y la amistad conmigo. Te espero en el pasillo principal.
Con cariño
-Nico"

-Es...

-QUE SÍ. AHORA BÁÑATE.- Hillary salió del baño y se dedicó a ordenar el cuarto mientras sus amigas comentaban un chisme.

Joaquín estaba en la habitación con Fernando cuando las cosas comenzaron a pasar. La gata de Fernando dormía con ellos habitualmente, al menos hasta ese día.

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