-Arriba! Vamos!- Gritó Hillary golpeando puertas y abriendo cortinas.
-Hillary... Ya cállate.- Dijo Natalia entre dientes, cubriéndose la cabeza con una almohada.
Joaquín apareció en la sala común muy pronto. Al estar cerca de la cocina, había un agradable aroma a panqueques y naranjas. Vestido de camisa y corbata se adelantó al desayuno mientras Hillary deshacía la cama de Natalia intentando levantarla.
-Por Merlín! No vamos a hacer esto todos los años!- Espetó la prefecta. Natalia estaba incorporándose cuando Alondra entró con el cabello mojado.
-Qué hacías?- Preguntó una de las tejonas.
-Ducharme?- Contestó sonriendo.
-En serio no sé cómo lo haces...- Dijo Natalia tallándose los ojos.
-Si no te quedaras despierta hasta tan tarde, no tendrías problemas.- Alondra arqueó una ceja.- Vamos, a desayunar.
Sebs ya estaba bañado y perfumado en el Gran Comedor cuando las Hufflepuff entraron. Las saludó a la distancia. Marcos se acercó de a poco a él.
-Primer día...- Se sentó a su lado.
-Qué hace un tejón tan cerca del nido de las serpientes?
-Sebs, esa broma dejó de ser chistosa hace 2 años.- Marcos rió.
-Di lo que quieras, guapo, pero aún te ríes.- Sebs guiñó el ojo mientras bebía un sorbo de café.
-Debería ser ilegal tener Herbología tan temprano...
-Amo Herbología. Sabes? Hay plantas con propiedades muy interesantes...
-Sí, pero los inverdaderos son muy fríos de mañana.
-Al menos no es tan aburrido como estudios muggles...
Laura ya había intentado levantar a Malía dos veces cuando Amara entró en la habitación.
-Sigue dormida?!
-Lo intenté.- Laura se encogió de hombros.
-Malía!- Amara la removió.- Malía arriba!! Vamos a llegar tarde a Transformaciones otra vez.
-Ocupen el baño, ya voy.- Malía se dio vuelta en la cama.
-Bue... Parece que no ve que estamos duchadas y vestidas...- Musitó Laura saliendo del dormitorio.
-Malía! Vamos!- Amara la jaló del brazo.
-Voy! Voy!- Refunfuñando, Malía se levantó.
Luego de unos minutos, las tres Ravenclaw estaban en el Gran Comedor. Marcos terminó su desayuno y se despidió.
La primera clase del día para los Ravenclaw y Slytherin de primer año era Encantamientos.
Bianca estaba muy emocionada. Desde que recibió su carta de Hogwarts, todo lo que soñaba era estar en el banco de al frente en esa clase.
El pequeño profesor entró en el salón.
-Buenos días! Bienvenidos y bienvenidas a la clase de Encantamientos!- Saludó alegre.- Ya que todos están en sus asientos, procederé a explicar las reglas:
En primer lugar, es importante que estén siempre atentos y que modulen muy bien. No queremos accidentes. Lo segundo es siempre mantener el respeto en el aula, cualquier falta será penalizada. Y lo último y más importante, cualquier hechizo de duelo que sea utilizado fuera del salón, será estrictamente castigado. Está por completo prohibido batirse en duelo sin supervisión de un docente en los terrenos de la escuela.
El profesor Flitwick fue muy enfático en el último punto.
La clase de Herbología para Hufflepuff y Gryffindor de quinto año ya había terminado. Marcos había quedado agotado con las raíces de Ajenjo.
A Amara, por otra parte, le estaba costando más de la cuenta un encantamiento de transformación.
Luego de unas horas, los estudiantes de primero estaban exhaustos. Tres horas de Encantamientos parecen freír el cerebro si pones atención.
Valeria, Alen y Angie salieron del salón conversando animadamente.
-Has visto a Miranda?- Preguntó Laura una vez que terminó la clase de transformaciones.
-Creo que no...- Respondió Malía.
A lo lejos se veía una cabeza rubia corriendo.
-Hola nenas!- Exclamó Sebs, acomodando su cabello por la carrera.- Preparadas para escoltarme a clases de pociones?- Guiñó un ojo con picardía.
-En serio, a veces no te soporto...- Amara rodó los ojos.
-Me amas nena.- dijo sujetando la barbilla de la chica.
-Como te decía Malía, estaba pensando en pedirle a la profesora McGonagall una sesión de estudio...- Amara pasó de Sebs con risa en sus ojos.
-Ya vamos, Snape odia que lleguemos tarde.
Pociones era la materia preferida de Amara. Se le daba muy bien, y de alguna forma había logrado que Snape no la tachara de incompetente.
Para Malía era todo lo contrario. En tercer año hizo una poción tan desastrosa que tuvieron que evacuar a toda la clase lejos de las mazmorras.
-Nuevamente veo sus asquerosos rostos brillantes en mi clase...- Farfulló Snape.
-Buen día, profesor.- Amara lo saludó.
-No pretendo invitarlos a pasar a mi clase. Si desean seguir parados ahí como los inútiles que realmente son, siéntanse con completa libertad de hacerlo.
Malía y Amara, como era costumbre, se sentaron juntas, mientras Sebs y Laura estaban en el banco tras ellas.
-Comenzamos otro año con una gran esperanza de no volverlos a ver fracasando en mi clase. Espero que no sean esperanzas vacías otra vez.- El profesor enfatizó su mirada en Malía. Sebs no fue capaz de contener una risita.- Hay algo que desee compartir con la clase, Señor?
-Eh... Yo...
-Como era de suponer.- Dijo escrutando a Sebs con la mirada.- Como decía. Hoy estudiaremos una poción sanadora fundamental para cualquier mago. No es un secreto la utilidad que representa siempre portar un frasco de esta solución en su chaqueta. Ahora, abran sus libros en la página 273 y comiencen. No quiero ver tontas varitas agitándose ni molestos murmullos en el salón. Trabajarán en parejas, no queremos accidentes. Tienen una hora.
Malía y Amara se apuraron a reunir todos los ingredientes.
-Okay... Todo va a salir muy bien... Nada de humo esta vez...
-Malía, eso pasó hace dos años! Ya relaja, todo saldrá bien.
-Bien entonces... Hay que cortar las bayas así... Y...
-Sí, ahora revuelvelo lento, con cariño.
Finalmente, lograron una poción sanadora impecable.
Nadie sospecharía que esa poción les salvaría la vida tan sólo unos meses después.
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Puertas Adentro
FanfictionUn grupo de estudiantes reciben su carta para asistir a Hogwarts. De todas partes del mundo se encuentran en el Hogwarts Express. ¿Qué pasará con nuestros queridos pupilos?