La sala común de las serpientes era muy fría.
Sebs se recostó en el sofá de cuero de dragón (un lujo que, a juicio del prefecto, era muy innecesario, pero estaba dispuesto a aceptar) y cerró los ojos un segundo. Estaba agotado.
La recuperación del ataque de las doxys iba muy bien. Las mordidas ya casi habían cicatrizado, y debía tomar una medida de antídoto antes del desayuno que no sabía para nada bien. Él no la necesitaba, pero Marcos, Malía y Amara ignoraban sus reclamos y supervisaban excesivamente bien su ingesta.
El rubio de incorporó al escuchar risitas y parloteos acercándose. Le dolía la cabeza.
Diana y Alejandra lo saludaron desde lejos y se fueron a los dormitorios. La clase de vuelo había sido realmente agotadora para las chicas de tercer año.
Sebs miró a Diana a lo lejos.
-Oye niña.- Ambas se voltearon.- Ven aquí.
-Bien... Te veo después...- Alejandra se despidió y siguió su camino.
-Qué sucede?- Preguntó la chiquilla acercándose.
-No te he visto por el Gran Comedor.
-Ah... Bueno... Es que yo eh... Pues hoy no tuve tiempo pero comí algo después.- Diana se volteó y caminó.
-Espero verte desayunando mañana, Diana.- Sentenció Sebs.- No me obligues a decirle a Madame Pomfrey.
Diana no respondió y siguió su camino a los dormitorios. Los exámenes la ponían nerviosa y eso le quitaba el apetito.
Alejandra y Diana eran mejores amigas desde primero.
Vuelo era la clase favorita de Diana, el sentir el vértigo en su estómago, la forma en que se elevaba del piso era simplemente gloriosa. Alejandra prefería las pociones, eran simples, tenían instrucciones y pasos estructurados. Ambas serpientes se adentraron al estudio de ciencias muggles hasta ya entrada la noche.Fernando estaba ahí nuevamente mirando al techo, se sentía tan incómodo ahí... No se sentía parte de la casa y Snape no se enorgullecía de tenerlo dentro.
Resopló.
Había elevado recientemente su solicitud para el cambio de casa, pero la tramitación era demorosa... Se removió en la cama y apagó los orbes luminosos que flotaban en la habitación. Miró su bufanda verde y gris... Qué no daría porque fuera amarilla... De pronto, un precioso gorrión de papel entró en su habitación. Francisco sonrió, era de Andrea.
-"Sala común."- Fernando rió y se levantó como un rayo. No tardó en estar en el helado salón sentado al lado de su amiga, que estaba envuelta en una manta.
-Ayúdame en Transformaciones.- Hizo un puchero.- Porfiiiii
-Andrea, no sé en qué te puedo ayudar...- Rió por su gesto.
-Eres el mejor de tu clase!- Frunció el seño.
-...Está bien...
Se quedaron hasta pasadas las 00.00 hrs estudiando hasta que finalmente Andrea se quedó dormida. Fernando la miró. Habían crecido tanto desde que se conocieron...
-Despierta!- La removió.- A la cama, vamos!- Andrea refunfuñó y se fue a regañadientes a su habitación.
Fernando hizo lo mismo. Se metió en la cama y se durmió.
Lala fue la primera en salir de la sala común al día siguiente. Caminó hasta el Gran Comedor y se cruzó con Amara.
-Despierta ya?- Nona la saludó con un gran abrazo.- Desayunas?
-Qué demonios haces despierta?!- Lala la miró con extrañeza.
-La prefectura me da ansiedad...- Soltó una risita nerviosa.- Me levanto temprano para poder hacer mis cosas y tener toda la mañana disponible para mis águilas.
-Estás loca.- Dijo Sebs a sus espaldas.- Vamos, a comer.
Los tres caminaron por el lugar casi vacío y se sentaron. El prefecto de ojos azules comía en silencio cuando vio pasar a Diana.
-Ya regreso.- Y salió corriendo a alcanzarla.- A comer.
-Hola Sebs, cómo estás' Yo bien, por cierto, gracias por preguntar. Así es, tengo examen. No tengo hambre, gracias.- Diana se cruzó de brazos y terminó su escena sarcástica.
-Que suerte que no me interesa nada de eso.- El rubio esbozó una risita de suficiencia y la arrastró a la mesa.
-Diiianaaaa!!- Saludó la pelinegra con calidez.- Siéntate con nosotros!
-Hola... Yo... Tengo un examen.- Dijo sentándose en frente de la prefecta, junto a Sebs.
-Uh... No querrás ir con el estómago vacío. Sabías que no desayunar puede causar daños neuronales lo suficientemente graves como para desarrollar problemas?- Amara comenzó a llenar su plato con cereal y fruta y le sirvió té caliente.- Ah y mira, siempre tengo este tónico en el bolsillo por si me fallan los nervios, es para las náuseas.- Le dio un pequeño frasquito con una dosis de tónico para náuseas.
Amara desprendía un aura rosa que era difícil de ignorar. Siempre tenía lo correcto en su bolsillo para hacerte sentir mejor y con Diana no fue la excepción.
La serpiente miró su plato y tragó saliva, pero su amiga se veía tan feliz de que estuviera desayunando con ellos que no pudo negarse. Al final fue mejor de lo que esperaba.
Fernando apareció en el comedor y fue directo a la mesa en la que se encontraba el grupo. Suspiró.
El desayuno no estuvo nada mal, lo que era malo era tener Adivinación a primera hora en la mañana. No sabía qué era lo que más le desagradaba de esa materia: La materia o no tener talento en ella.
-Sabías que en la biblioteca hay un libro sobre portales?- Amara seguía demasiado sumida en sus ideas cuando Fernando se puso de pie.- Uh... Ya te vas Fer?
-Lo de los portales suena fascinante, Amis.- Guiñó el ojo y se despidió con la mano.
Justo al salir del Gran Comedor, el profesor Snape lo alcanzó.
-Tu solicitud aún está en trámite.- Le informó.- He notado que tus calificaciones están bajando, muchacho.- Lo miró por sobre su nariz aguileña. El muchacho bajó la cabeza. Quién se preocuparía de calificaciones estando tan incómodo en la casa en la que estaba?- El profesor Dumbledore en persona me pidió que te dijera que tienes una audiencia en su despacho.- Hizo una pausa exageradamente larga.- Ahora.
-Ahora?!- El profesor Snape se volteó y se fue.
El agitado alumno corrió al segundo piso. El director lo estaba esperando al pie de la gárgola de piedra.
-Te esperaba...- Dijo con una sonrisa.- Por favor, subamos.
Ambos ascendieron por la escalera de caracol y pronto estuvieron sentados en la oficina.
-He notado cierta incomodidad en ti últimamente... Puedes contarme qué sucede?- El chico se sintió muy triste de pronto.
-Profesor, creo que el Sombrero se equivocó al ubicarme en Slytherin...
-Debes comprender que el Sombrero Seleccionador es un objeto mágico muy poderoso, es muy improbable un error de su parte. Serías el primero.
-Comprendo, profesor...- Agachó la cabeza.- Lo justo es justo.
-Tu comprensión me da calma, Fernando.
Al final del día, se volvió a tumbar en la cama, deseando que su uniforme se volviera amarillo, pero no había nada que hacer.
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Puertas Adentro
FanficUn grupo de estudiantes reciben su carta para asistir a Hogwarts. De todas partes del mundo se encuentran en el Hogwarts Express. ¿Qué pasará con nuestros queridos pupilos?