El Libro de Portales de Amara

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Luego de las fiestas, se acercaba lo que para muchos era la peor masacre que podía existir: Período de exámenes.

-Te lo dije, no hay un secreto.- Amara se cruzó de brazos.

-Te lo ruego, necesito la poción que usas para ser más inteligente.

-YOAN YA TE LO DIJE. La poción es estudiar todos los días una hora cada materia y ya está.

-Pero Sebs ya no quiere ayudarnos...- Jhoan refunfuñó. A Amara le dio la electricidad de sólo escuchar ese nombre. Seguía enojadísima con él.

-Eso no es mi problema.- la prefecta puso los brazos en jarras.- Puedo ayudarlos a estudiar, pero ya dije que no tengo ninguna poción.

Yoan se retiró de la sala común y Amara volvió a libro.

-Te vas a despegar de eso?- Dijo Malía quitándole un pergamino.- Qué es?

-Según este libro, se pueden abrir portales a otras dimensiones, incluso al infierno. Pero para eso se necesita un evento celestial poco común... Como...

-Como un cometa? O un eclipse?- Laura se sentó a su lado.

-Sí, o la luna llena. Hay muchas cosas. Lo que me llama la atención es que dice cosas muy vagas, pero del infierno hay descripciones interesantes...

-Se supone que hay luna llena la este fin de semana.- Miranda se acercó a los libros.- Pero parecen hechizos muy complicados...

-Yo no dije que los iba a hacer...- Las tres amigas miraron a Amara con cara de ya saber que no era cierto.- ESTÁ BIEN ESTÁ BIEN. Me gustaría. Pero no tengo el potencial. Te imaginas sostener un portal abierto? Nadie tiene la fuerza. Se supone que se debe hacer en grupo.

Las chicas miraron a la prefecta extrañadas, pero Malía ya tenía la idea en su cabeza.

-Y si abrimos un portal?

-Qué?

-Eso... Puede ser... Uno chiquito, no necesitamos entrar.

-Estás loca. Sabes lo arriesgado que es?

Amara se dedicó a reprenderla desde la sala común hasta el gran comedor.

-Imagínate si nos quedamos en la otra dimensión, o peor, en el infierno...- La prefecta enumeraba con los dedos todas las posibilidades desastrosas que existían en las que morían o no podían volver a su hogar cuando Sebs apareció en frente del grupo. Amara arrugó la nariz, se dio media vuelta y se fue.

-Ay por favor. Sigue enojada?- Refunfuñó el chico. Miranda se encogió de hombros y le hizo una seña.

-Ve tras ella.

El muchacho miró a Amara alejarse por el pasillo y fue por ella.

-Ey!- Exclamó al tiempo que llegaba a su lado y le sujetaba el hombro. Su amiga tenía una expresión muy dura.- Vamos... No puedes estar enojada por siempre.- Amara arqueó una ceja en señal de desafío. Pero era cierto, no podía estar enojada con él por tanto tiempo, y ya habían pasado cerca de dos semanas desde el incidente congelado.- Vas a hablarme?

-No.

-JA. Me hablaste.- la prefecta quitó su mano del hombro y se dio media vuelta. Todos estaban almorzando y el pasillo estaba vacío.

-Sabes que me esforcé mucho por la prefectura...- Sebs no había caído en cuenta hasta ese momento. Era cierto. Amara se había esforzado el doble que todos para alcanzar la prefectura y trabajaba muy duro.

-Me perdonas?...- la muchacha lo miró, comenzaba a ceder.- Vamos... Te invito unas cervezas de mantequilla el fin de semana.

Sonrió.

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