Capítulo 17

1.7K 199 50
                                    

(Narra TN)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Narra TN)

—Te noto como si estuvieras en las nubes. —Las palabras de mi hermanastro me hicieron volver a la realidad.

—Es que estoy contenta —comenté, antes de hundir de nuevo la cuchara en el tazón de cereales.

—¿Hay algún chico nuevo? —preguntó, manteniendo un tono amable para sacarme información.

—No es eso, Ace. Es simplemente que papá va a estar más tiempo en casa —mentí. Bueno, no era del todo mentira—. ¡Mira que hora es! No puedo entretenerme más.

—Tranquila, yo recojo todo —dijo él, mientras yo me levantaba rápidamente y me dirigía hacia la habitación a por el abrigo y el bolso—, ¡pero solo por esta vez!

Ni si quiera respondí a sus últimas palabras. Cogí mis cosas y me despedí mientras corría hacia la puerta. Y menos mal que fui rápida, ya que el autobús y yo llegamos a la parada prácticamente al mismo tiempo. Aproveché que había cola para recolocarme el jersey bajo el abrigo y sacudía un poco mis vaqueros negros.

Suspiré aliviada al ver que todavía quedaban asientos libres. Me senté en la parte trasera del vehículo, junto a la ventana y me coloqué los auriculares.

¿Estaba nerviosa? Sí, estaba nerviosa. Iba a volver a ver a Law después de... Declararnos, por así decirlo. Sentía algo por mí. ¡Sentía algo por mí! Tenía un poco de miedo porque había posibilidades de que acabara mal, pero estaba demasiado emocionada.

Tenía ganas de llegar a la consulta y comerle a besos, pero no quería pasarme. Debía bajar un poco mi nivel de intensidad. ¿Cómo podía haber pasado de no querer absolutamente nada a querer tanto? Desde luego, era una chica de extremos. Nada, nada. Debía controlarme.

Un rato después, tras entrar a la consulta y dejar el abrigo y el bolso, pensé en acercarme a su despacho para darle los buenos días. Sin embargo, él se adelantó.

—Buenos días, (TN)-ya. —Escuché su voz a mis espaldas, mientras acababa de dejar las cosas en el perchero.

—Buenos días, doctor Trafalgar —saludé, después de darme la vuelta. Cada día estaba más guapo.

—Hoy tenemos de nuevo el día completo, espero que haya descansado bien. —Sí, soñando contigo.

—Sí, he descansado bien. Gracias por preocuparse.

—Voy a terminar de preparar las cosas, el primer paciente no tardará en llegar —avisó.

Se quedó unos segundos quieto, mirándome fijamente. Finalmente, asentí y él se dio la vuelta. Giró la esquina hacia el pasillo y le perdí de vista.

¿Tal vez él tampoco sabía si debía besarme o no para saludarnos? ¿Estaría igual de nervioso que yo por no saber exactamente cómo actuar?

Intenté apartarse mi mente cualquier duda que no podía resolver hasta que acabara la jornada laboral, o al menos las horas de la mañana. No podía dejar que aquello afectara a mi trabajo, ya que eso supondría un punto negativo para aquella especie de relación que había surgido.

Giros del destino «Law x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora