(TN) vive con su padre Gold D. Roger y su hermanastro Portgas D. Ace, en las a fueras de una ciudad de Estados Unidos. Su padre sufre una depresión y, finalmente, es internado en un centro psiquiátrico. Los dos hermanastros deben trabajar para sacar...
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(Narra TN)
El restaurante de aquel hotel no podía ser más tradicional, por supuesto acorde con el resto del edificio.
Kaori había estado dormida durante todo el viaje —bueno, al igual que yo—, pero aquella noche daría guerra a sus padres.
Después de disfrutar de una deliciosa cena típica japonesa, había llegado el momento de visitar los baños termales.
Eran mis vacaciones soñadas.
—Tenemos los tres tipos de baño: para mujeres, para hombre y mixto —explicó la dueña, una mujer de avanzada edad—. Ahora mismo están todos libres.
—Kaori y yo estamos un poco cansaditas. Creo que nos quedaremos en la habitación leyendo algún cuento —comentó Lami, que tenía a la pequeña sobre el regazo.
—Podemos ir... A los mixtos —escuché susurrar a Law de repente, cerca de mi oído.
—Está bien —acepté.
No me hubiera importado disfrutar sola de la experiencia en caso de que Law hubiera preferido ir con sus amigos, pero su compañía era más que bienvenida.
Me moría por estar a solas con él.
El caminito de piedra a los baños termales compartía una parte, pero después se dividía en tres senderos. Ahí fue donde Law y yo nos separamos para ir al baño mixto.
Antes de entrar había una pequeña caseta donde podíamos dejar la ropa y coger una toalla grande y otra pequeña, minúscula más bien.
Una vez en los baños, dejamos la toalla grande sobre unas banquetas y nos acercamos con la pequeña en la mano, la cual dejamos sobre las rocas que bordeaban el agua.
Si hubiera habido gente habría tratado de cubrirme. La verdad es que era un poco vergonzoso, al menos para mí.
Pero allí estábamos. Solos y desnudos bajando entrando poco a poco en el agua caliente.
Solté un sonoro suspiro cuando por fin nos introdujimos por completo. La temperatura del agua hizo que mis músculos se relajaran por completo.
—Esto es increíble —murmuré, alzando la vista hacia el cielo.
Las estrellas podían observarse a la perfección, ya que no había mucha luz que alumbrara la zona. Baños termales al aire libre. Tal vez en inverno te helabas al salir, pero no se estaba tan mal en verano.
—¿Te está gustando la experiencia, (TN)-ya? —preguntó Law, había ladeado la cabeza y notaba su rostro muy cerca del mío.
Teníamos la espalda apoyada sobre unas rocas más o menos planas que habíamos encontrado.
