Capítulo 2: Un carmín enamorado

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Entre tres jóvenes fueron capaces de acorralar y magullar a Yuichi Amane, justo en el camino hacia su casa, después de la escuela. Para los atacantes fue bastante sencillo atraparlo y conducirlo por una ruta en donde no hubiese testigos o alguien que pudiera ayudarlo. Sin embargo, Yuichi firmemente negaba la existencia de alguien que se preocupara por él, no importaba dónde se encontrara; es decir, ¿quién lo haría? Todo el tiempo le echaban en cara que era un chico problemático, indeseado y que solo traía vergüenza a la familia Hiragi.

Tras el último choque luego de lanzarlo contra la pared, Yuichi resbaló y cayó de sentón al suelo. Mientras uno de los agresores reía sarcástico, otro le escupió para simplemente retirarse del lugar. Ahí tuvo un momento para reflexionar sobre todos los errores que cometió en el pasado, no obstante, solo había pocos de los que se arrepentía. Un golpe desaparece; con medicamento y atención es más rápido aliviar el dolor, pero para él es muy complicado llenar el vacío que toda su vida ha tenido, porque se sentía como un pozo sin fondo que absorbía todo rastro de alegría y satisfacción.

Con el dorso de su mano tuvo fuerzas para frotar sobre la comisura de sus labios, sintiendo lo resecos que estaban al ser untados con sangre que en algún momento seguro escupió, así como también había suciedad en el surco subnasal tras haber sangrado por su nariz. El dolor en sus piernas lo hacía temblar apenas intentaba ponerse de pie, por lo que pensó quedarse un rato sentado, después de todo, nadie se estaría preguntando a qué hora llegaría Yuichi a su casa... Bueno, salvo su hermano, Yuichiro.

Los deseos de Yuichi eran complicados y contradictorios, ya que él anhelaba encontrar alguien que pudiera entenderlo y darle cariño. Creía necesitar a una persona en la que pudiese confiar, empero, incluso cuando Yu tuvo el valor de pelear para defenderlo de esos mismos chicos en una pasada ocasión, Yuichi seguía sin aceptarlo. Cualquiera estaría bien, excepto Yuichiro.

Desde hacía un tiempo atrás, una inexplicable ira llenaba el corazón de Yuichi cuando Yu se le acercaba demasiado, y todo empeoró cuando este lo encontró peleando con los mismos chicos que día con día lo acosaban y golpeaban. En un acto de gallardía, Yuichiro intervino por Yuichi, demandando paz para su hermano, pero esto solo hizo que los demás se burlaran de él y de su "hombría" al ser defendido por su hermanito.

Sintiendo que lo avergonzó y más porque la fuerza de Yu no pudo vencer a los agresores, le ordenó rotundamente no volver a dirigirle la palabra y no meterse en sus problemas.

一Pero, Yuichi-

一¡Si tratas de controlar mi vida, lo vas a pagar caro!

Espetó para luego encerrarse en su habitación con llave.

Fue el mismo caso con Yuma, pues a él le enervaba siempre que Yuichi hacía llorar a Yu, porque además de lastimarlo emocionalmente, le gritaba que parara de llorar. Yuichi odiaba ver las lágrimas en Yu, y su mejor solución era siempre golpearle hasta el alma con tal de que se quedara sin lágrimas, por estúpido que sonara, simplemente para dejar de sentirse culpable. Porque, en efecto, le transmitía una sensación amarga de culpa que sabía silenciar únicamente con violencia.

Con el paso del tiempo, Yuma y Yuichiro se fueron distanciando de Yuichi, quedándose con nadie quien pudiera auxiliarlo, como en ese justo momento. Tarde o temprano tendría que volver a casa, incluso si nadie lo esperaba de vuelta, solo era cuestión de tiempo para poder abandonar esa casa y principalmente esa familia. Tenía una gran fe en que la espera valdría la pena cuando pudiera ser liberado de esa soledad.

Con la mente saciada por ese pensamiento, trató de apoyarse con sus brazos en la pared donde descansaba, y con la altura alcanzada, un mareo desequilibró toda su postura, casi volviendo a caer. Pese a que sus piernas todavía no recuperaban fuerza, puso su pie en un costado del muro, deteniendo su torpeza y ganándole a la gravedad.

Limerencia (MikaYu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora