Capítulo 16: Acercándose y alejándose

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Sabiendo de antemano los actos que se realizaban en las cenas de Tenri Hiragi, tanto Shinya como Kureto supieron idear un buen plan para llevar a Guren ante la princesa de la familia, sin que el dragón se diera cuenta.

Por extraño que pareciera, luego de una llamada, Shinya pudo convencer a su hermano para que los ayudara. Y es que la verdad era que, aunque tenía un profundo resentimiento hacia Guren, no podía decir lo mismo de Shinya. Eran hermanos después de todo, y pese a que su padre no le permitía asistir a sus celebraciones o visitarlos a la casa principal, Kureto, tiempo después, le dejó en claro que era bienvenido en la casa en donde él y los trillizos vivían.

Por supuesto esa bienvenida era algo cuestionable, al menos de parte de Yuma y Yuichi. Shinya pensó que lo mejor era distanciarse y por ello no los visitó en esos cuatro años que pasaron lejos. Aunque poco a poco, las cosas iban cambiando.

Fuera de la casa de los Hiragi, de hecho junto a las calles nocturnas, el sonido de un motor de motocicleta se estaba apagando gradualmente, y dos hombres bajaron tranquilamente del vehículo. Guren se retiró el casco mientras se acercaba a la entrada de la casa, observando el lugar desde afuera.

Shinya, por otro lado, estaba comunicándose con su hermano, dando aviso de que ambos ya se encontraban afuera. Kureto recibió rápidamente el mensaje y aprovechó que su padre estaba distraído, hablando con los Tepes, para acercarse a la cocina. Dentro atisbó a las dos empleadas del patriarca, quienes parecían ya haber terminado de preparar la cena, pues estaban organizando los cubiertos y la vajilla que Tenri ya había seleccionado.

Ambas muchachas miraron al joven Hiragi con entusiasmo.

一Joven Kureto, no se preocupe 一dijo la más alegre de las dos一. Ya está lista la cena. En un momento le avisaremos a su padre.

一De eso vengo a hablarles 一anunció Kureto. Luego de aclarar su voz, habló no muy convencido一. Les pido una disculpa, pero tendré que pedir que retrasen la cena por unos minutos.

一¡¿Qué?! 一exclamó la misma muchacha.

Su compañera, aunque no dijo nada, también estaba sorprendida.

一¡No, señor Kureto! Su padre es muy riguroso con la puntualidad. Si le decimos que hay un retraso en la cena, ¡es capaz de despedirnos! ¡No nos pida eso!

一Calma, Sayuri 一pidió Kureto, viéndose cansado一. Miren, eh... No tienen que decir nada. Solo quédense aquí unos minutos y no salgan de la cocina. Yo tendré a mi padre ocupado para que no venga. Eso es lo único que les pido.

一¿Pero por qué, joven Kureto? 一preguntó Yukimi, no pudiendo seguir callada.

Kureto se veía reacio a responder, mas sintiéndose ansioso, les contó.

一Todo esto es por culpa del bastardo de Guren. Él quiere hablar con Mahiru y necesita unos minutos, así que no podemos cenar todavía.

一¡¿El joven Ichinose está aquí?! ¡¿Le va a pedir a la señorita Mahiru que regresen?! 一preguntó eufórica Sayuri.

A su amiga también le brillaron los ojos mientras que a Kureto se le ensombrecía la mirada.

一No, no, no. Nada de eso. Solo quiere decirle algo sin importancia y ya... 一Se quedó callado unos segundos mientras respiraba cada vez más enojado一. ¿Saben qué? Olvídenlo. Que se regrese por donde vino ese infeliz.

一¡No, no, no, joven Kureto! 一protestaron ambas一. ¡Le ayudaremos a retrasar la cena! Por el joven Ichinose seríamos capaces de renunciar hasta a nuestro trabajo, ¿verdad, Yukimi?

Ella asintió.

Kureto solo suspiró y salió de la cocina lo más rápido que pudo. Lamentablemente, aunque se había arrepentido, los planes seguían en pie.

Limerencia (MikaYu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora