Capítulo 6: El disfraz de una víctima

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Yuichiro se concentró únicamente en dirigirse a la habitación de Yuma, la cual dio permiso a su ingreso con la puerta abierta. Quería preguntarle personalmente si estaba de acuerdo con lo que el abuelo Tenri quería, es decir, sobre sus estudios en aquel seminario, porque si solo escuchaba las palabras de Tenri, entonces no iba a creerlo.

一Es verdad 一confirmó Yuma一. Me iré de casa para convertirme en sacerdote, como nuestro padre.

一Pero, volverás, ¿verdad? Es que no sé cómo funciona eso del seminario 一confesó con nerviosismo, con una mano rascando su cuello.

Los ojos dorados de Yuma dieron la premisa de que sería una despedida, probablemente definitiva.

一Son siete años de aislamiento y desconexión con el mundo, eso incluye a esta familia. No tendré contacto con nadie, ni siquiera contigo, Yu.

一¿No volverás?

Yuma no quiso contestarle, solo evitó la mirada que hizo Yuichiro, la misma que despidió de su cuarto y la misma que fue a encerrarse a su habitación, bajo las sábanas donde tendría que haber calor y sin embargo, solo nacía un terrible frío en la que era su cama.

Tal vez el drama estaba comenzando demasiado antes; les faltaban dos años para acabar el bachillerato, entonces y solo entonces, Yuma se iría de la casa. Aun así, Yuichiro no lo podía aceptar desde ese momento; siempre había sentido que todo lo que tenía en su vida eran sus hermanos, sin embargo, ya se estaba percibiendo la lejanía entre los tres; Yuichi seguía sin hablar con Yu y ahora Yuma se iría; probablemente Yuichi querría hacer lo mismo, entonces, ¿qué haría él?

Entre sollozos recordó las palabras de Crowley; cuánta razón tenía, porque una vez que sus hermanos se fueran de su vida, ¿qué sueño habría que perseguir? ¿Qué haría Yuichiro? No quería pensar en un sueño diferente, mucho menos quería pensar en el futuro. Deseaba desde el fondo de su alma que el tiempo se detuviera.

Sacó su celular de debajo de su almohada y luego de limpiar un rostro desaliñado, marcó al número de Yoichi, el único que seguramente no haría preguntas de más y con quien podría pasar el tiempo para hacer cualquier otra cosa, lo que fuera menos pensar.

一Hola, Yoichi 一saludó ni bien escuchó la voz de su amigo一. Disculpa, ¿Tienes tiempo ahora? Quisiera distraerme un rato.

一¡Claro, Yu! Podemos ir a comer donde siempre, ¡me muero de hambre!

Aunque su amigo no lo notase con la distancia, Yuichiro sonrió al prontamente colgar. Incluso si sentía que no lo merecía, estaba feliz de tener a alguien con quien poder hablar como Yoichi.

Tomó dinero de sus ahorros, una mochila, sus auriculares con su celular y salió de su habitación. Afortunadamente el abuelo Tenri ya se había ido de la casa junto con Mahiru; Kureto estaba encerrado en su mundo, así como sus hermanos en sus respectivas habitaciones, y como nunca nadie preguntaba por él, salió sin más de la casa.



La muchacha que los atendió terminó de anotar el pedido solicitado por ambos jóvenes y se retiró con prisa, dispuesta a encargarse de más clientes en ese pequeño local de comida rápida.

Unas papas a la francesa, hamburguesas y sodas fueron suficiente para llenarles el apetito, mientras que a su vez, terminaban de platicar sobre futuros planes.

一Creo que los exámenes no son lo que te preocupa, ¿verdad? 一preguntó Yoichi, tratando de indagar sobre los sentimientos de Yu.

Él, con su singular ignorancia y con media hamburguesa casi terminada, confesó que había olvidado por completo que estaba por llegar la semana más difícil para la comunidad estudiantil; la semana de exámenes.

Limerencia (MikaYu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora