15: Mi mayor error

585 99 28
                                    

Katerine Diana Beckett Pov

¿Cuánto tiempo tenía que estar esperando en el sofá de su salón? Quería subir, pero no deseaba hacerla enojar más. «¿Se habrá calmado?» Había pasado treinta minutos desde que me dijo aquellas palabras que me lastimaron un poco.

Mas me había herido verla lastimada a ella. «¿Acaso no tengo un poco más de consideración conmigo misma?» No lo creía. La amaba demasiado que había dado todo por ella y seguía haciéndolo. ¿Pero qué más podía dar? Tal vez me estuviera excediendo y eso le creaba disgusto.

Me reí ligeramente. «Le propuse ser mi novia cuando tenía quince años». Posiblemente se sintió obligada en el momento de que lo había hecho público frente a las demás. «Soy un estúpida y apresurada». Estaba tan locamente perdida en el amor que sentía por ella que, hasta le propuse matrimonio con tan sólo cinco meses de relación. Actualmente llevábamos siete.

Miré nuevamente las escaleras dudando otra vez si subir o no. De todos modos, ella me había ordenado no hacerlo. «¡Esto es muy confuso! ¡¿Qué debería hacer?! ¡¿Llamo a una de mis amigas para preguntarle?!» Eso no sería buena idea. «¿Qué pasa si le pregunto a Amanda lo que sucedió?» Hannah dijo que la había ido a buscar. «¿La encontró? ¿O Akko regresó a casa por su cuenta?»

Mi ceño se frunció. «¡Muchas preguntas! ¡Estoy cansada! ¡Subiré y no me importa lo que me diga! ¡Necesito respuestas!»

Me levanté decidida mirando una vez más los escalones y suspiré profundamente antes de dirigirme a su habitación. Con cada paso mis nervios aumentaron y, al encontrarme frente a su puerta no escuché nada que me trasmitiera ese sentimiento de preocupación, aunque lo tuviera. Pensé en tocar la puerta, pero no deseaba hacer mucho ruido, sin embargo, lo hice con intenciones de respetar su privacidad.

Estando dentro no logré ver mucho debido a la oscuridad, sólo un bulto en la cama que me causó tranquilidad. «Esta dormida con el aire apagado». Agarré el control y lo encendí poniéndolo en un numero alto para que no hiciera tanto frio. Cerré la puerta, y con ayuda de la luz de la pantalla de mi celular caminé hasta su cama con un propósito en mente. Verla mejor.

Al estar en el lado vacío incliné mis rodillas y posé mis manos en el colchón. Levanté el celular y alumbré su rostro. Lo primero que contemplé fueron las lágrimas secas en sus mejillas, y luego la parte rota de su labio que tenía un poco de sangre seca.

Desplacé lentamente mi móvil hacia un lado observando esa marca visible de uñas en su clavícula que bajaba hasta su pecho izquierdo. Arrugué disgustada el entrecejo preguntándome quien habría dejado aquel rastro en su hermosa y delicada piel.

De tan sólo pensar en una persona desconocida intentando tocarla, me creó repugnancia y enojo. Unas ganas inevitables de buscarla y romperle la cara se hicieron presentes, pero las controlé. «¿Cómo se atreve a tocar a mi princesa? No debí haberla dejado sola tanto tiempo». Vera tenía razón, pero... era entendible que también necesitara del mío para pensar las cosas.

«Espera». No podía llegar a una conclusión tan rápido de que una persona la hirió, aunque esa marca de uñas daba una clara prueba de que fue un humano, no un animal. Sin embargo, «¿Si se cayó y ella misma se aruñó?» No lo creía posible, pero entraba dentro de las posibilidades.

Exhalé suavemente y de nuevo moví mi celular para encontrar otros rastros en su cuerpo, no obstante, éstos se hallaban cubierto por las sabanas y no pensaba quitárselas. La despertaría. Al menos, había cambiado su vestimenta mojada y sucia. Y, probablemente se dio una ducha antes de acostarse. Debía hacer lo mismo si deseaba quedarme a su lado. Suerte para mí, tenía ropa de mi talla en la otra habitación.

Reencarnación (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora