No es fácil ocultar lo que uno siente, menos por tantos años, después de todo, ¿Quién podría ser capaz de aguantar tanto?
Es fácil realmente la respuesta. Ellos saben a la perfección lo que es eso, lo que es tener cerca a esa persona especial y siq...
—¿Se están divirtiendo? —pregunto animado el de mechas verdes mirando a las dos niñas.
—¡Sí~! —exclamaron ambas niñas animadas— ¡Gracias hermano y gracias Jungkook!
—No es nada, para mí es un placer verlas felices —sonrió con total dulcera.
—¿Podemos ir al carrusel? —pregunto la más pequeña.
—Claro. Vamos.
Los cinco fueron hasta el gran carrusel donde esperaron unos pocos minutos para que las niñas suban. No paso mucho y al fin subieron: la más pequeña se subió a un mini bombero mientras que la mayor de subió a uno de los caballos.
Jinyoung y los chicos se sentaron en una banca justo al frente del carrusel para vigilarlas. Él sonrió al verlas reír, al verlas felices. Aquel momento para él fue precioso, porque para Jinyoung no hay nada más importante que ver felices a los dos amores de su vida.
—Ellas en verdad son un amor de personas —esbozo de la nada el pelinegro mirandolas.
—La verdad sí.
—¿Jinyoung?
—Dime, jungkook.
—El lunes mi tía nos quiere vernos en su oficina, ¿Puedes ese día?
—Sí puedo.
—Bien. El lunes a las 3:30 nos encontraremos —su contrario tan solo asintio con la cabeza más que decidido.
—Entonces, ¿En verdad lo harás? —pregunto curioso a la respuesta de su contrario.
—Sí. Como ya le dije a Jungkook, ya no tolero más está situación, además quiero que mis hermanas puedan tener una vida tranquila sin miedo de que un día despierten en otro lugar, como ya pasó —suspiró al decir aquello último.
—Ya veo. Si necesitas algo también podrás contar conmigo —sutilmente sonrió.
—Muchas gracias, Yugyeom —le dedicó una pequeña sonrisa de labios cerrados— una cosa más, no quisiera que tocaran en tema enfrente de las chicas, porque sí todo sale bien les quiero dar una sorpresa —les pidió como un gran favor mientras observaba a sus hermanas volver a lo cual ellos solo asintieron.
—¡Hermano, Jungkook, Yugyeom, vamos allí! —gritaron animas las dos minas en un mismo coro apuntando a la gran montaña rusa.
Los tres chicos asombrados solo asintiendo mientras eran llevados de la mano hasta dicho lugar.
Su día transcurrió con total normalidad: todos decidieron dejar ese tema de lado y tan solo divertirse en lo que quedaba del día llendo a casi todos los juegos del parque.
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—¿Quién es?
pregunto tallando sus ojos dirigiéndose a la puerta principal tratando de observar por la pantalla de quien se trataba.
